martes, 15 de noviembre de 2016

Bridget Jone's baby

Después de romper con Mark Darcy, Bridget Jones, con los cuarenta recién cumplidos y soltera de nuevo, decide centrarse en su trabajo y rodearse de antiguos y nuevos amigos. Pero su vida amorosa toma una nueva dirección cuando conoce a un elegante estadounidense llamado Jack, un galán que tiene todo lo que no tiene el Sr. Darcy. Descubre que está embarazada, pero no sabe a ciencia cierta quién es el padre.


Una indiferente velada, de recuerdo leve.

La primera gustó, era la novedad, la segunda resultó entretenida, más de lo mismo con un poco menos de gracia y estilo, la tercera ¿es rizar en exceso el rizo?, ¿abusar demasiado de la desenvoltura del personaje?
“Sólo di la verdad, Bridget”, ¿no estás cansada de representar este papel?, ¿de dar vueltas alrededor de un traje, que ya no divierte tanto como solía?
Tu marca ha evolucionado cortésmente, diez años después, no está mal el lugar donde te han colocado y las circunstancias envolventes; sigues siendo un desastre simpático, has cambiado tu diario de papel por una tablet, tus angustias personales no cesan, ahora más acordes con la edad alcanzada, continuas siendo tú en parte, sólo que la audiencia ya te descubrió hace tiempo y las correrías de siempre, ya no son una ingeniosa sorpresa.
Reconozco que se echa mucho en falta el papel de Hugh Grant, pues el nuevo dúo peleón, no posee tanto tirón ni estímulo como el previo; tú mantienes el tipo, de hecho has adelgazado, pero el trío es un poco anémico a la hora de la juerga y la locura, y no
es Colin Firth el desajuste, pues sigue en su elegante porte caballeresco, de torpeza intimista, sino que Patrick Dempsey, por muy esforzado y querido que se muestre, no halla la magia picaresca que ofrecía su predecesor.
Pero pasemos de comparaciones odiosas y vayamos al presente guión, donde se intenta combinar la madurez de la protagonista, con su ineptitud y desbarajuste emocional que la caracterizan, pero ya no es la desbordante sonrisa de antaño, ahora la mueca labial es amable, cariñosa, de asequible encanto, pero no fascina, ni hechiza ni impacta con la alegría y diversión, que tan bien hacía.
“Te quiero de la forma que eres, de la forma que siempre serás”, y no he cambiado de idea, pero eres más un bonito recuerdo, que un efectivo presente; puede que hubiera que rematar la historia, cerrar el
mágico cuento con el adecuado “..., y fueron felices y comieron perdices”, y en ese aspecto es adecuada y pronosticable, pero las volteretas desequilibras, de una aspirante a todo, que atolondrada se estrellaba continuamente sin saber qué demonios hacía, se echan mucho de falta; puede que no sea época ya para esas tonterías, que haya que evolucionar y pasar a cuarentena etapa pero, que quieres que te diga, ¡como la primera ninguna!
Suave, tibia, de templado desparpajo, sin malicia rufianera, la nueva incorporación parece más bien un possit recordatorio, de mejores tiempos; todo es conveniente, pero el nivel del resultado ha descendido, tu visión no es captada con disfrutada pasión de quien lo está pasando genial, en grande;
de hecho es fácil distraerse y abstenerse del relato, éste es superficial y barato, tampoco es que se hayan esforzado mucho ¡en el escrito de la historia!
Se sabe lo que el espectador espera, unas cuantas risas y que triunfe el amor verdadero, lo cual tampoco es excusa para que lo ofertado, sea tan simple y rebajado.
La incursión de Jack algo forzada, la presencia de Mark más serena, todo predecible (no lo digo como un pero, se cuenta con ello), pero con menos chispa y salero; la empatía de Zellweger-Firth llena aún la pantalla, el romance sigue presidiendo la cena, con clase de demostrado atractivo, en el divertimento de los entrantes se ha optado por lo banal y típico, de
apenas esfuerzo inventivo y, en resumen, Bridget y su eterno Mark se han tratado con el mimo de la sazón alcanzada, mientras que el oportuno interventor de líos y estropicios, Jack, es utilizado febrilmente sin demasiado éxito, ni tiempo dedicado a su logrado encaje en el nuevo panorama.
“Nunca falta un roto para un descosido”, y aquí están claros los candidatos, al tiempo que nos entretienen con una baratija de opción posible; no es muy creíble su construcción pero, ¡parece que no importe!, pues con eso de tener al chico y la chica, con beso final a la vista, los precedentes se desvalorizan y son menospreciados a un llano, pasar el rato y ocupar tiempo.
Y, ¿quién será el padre?, ¿estás de broma? ¡ni que hubiera duda en ello!
Bridget Jones espero, por bien de tu recuerdo, ésta sea una acorde despedida; siempre será el primer
encuentro lo mejor de la relación establecida, una cuarta sería atrofiar y quemar el rizo.
Una retirada a tiempo es una victoria, una parte triunfa/otra es más ñoña, la jubilación, tras tres sesiones, es un deseable acierto.

Lo mejor; el recuerdo de la esencia que evoca el nombre de Bridget Jones.
Lo peor; están abusando de dicho recuerdo y esencia.
Nota 5,6
interpretación 6 guión 5 música 5,5 fotografía 5,5 realización 6 montaje 5,5


No hay comentarios: