domingo, 10 de marzo de 2013

The master

Paul Thomas Anderson consigue realizar un personaje complejo, perdido, tremendamente rebuscado y magníficamente interpretado por un Joaquín Phoenix que es capaz de lo mejor, pero también de lo peor. Pesada por su duración y por la incógnita de hacia dónde se dirige, que es lo que realmente necesita y la pregunta clave de todo la película: es verdaderamente un maestro, mejora su vida, le dirige y ayuda o sólo va creando conforme tiene delante la audiencia. La manifiesta creencia en él es clara aunque no lo es tanto su resultado; mal encaminada y presentada como primeros inicios de la cienciología, la unión de estos dos grandes actores de teatro -Philip Seymour Hoffman está realmente desaprovechado-, en pantalla, es explosiva, admirable y disfrutable al cien por cien. Basado en su segundo libro y como fondo las neo-religiones, asusta confirmar el poder que son capaces de reunir en sus manos y la influencia sobre persona, personajes despistados y extraviados que  no parecen tener rendición a ningún amo superior, sólo a ellos mismos y a su violencia interior. Diferente, larga duración, no fácilmente atrae ni mantiene tu atención de forma constante -tienes que hacer un sobreesfuerzo para seguir al protagonista y entenderlo, si lo logras claro!- pero, una vez conseguido, la sensación de haber visto algo que verdaderamente valía la pena no podrás evita sentirlo. Ánimo!!

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