viernes, 31 de enero de 2014

Hércules, el origen de la leyenda

Si Hércules, hijo de Zeus, viera esta pésima representación de su venerada historia, los mataba a todos -incluido el inocente chico de los bocadillos!!!-; no dejaba ni uno vivo!!!. Un poco más de respeto, por amor a los dioses, que sólo la mención de su nombre, HÉRCULES, ya impone!!! Aparte del tufo a videojuego que se observa en las escenas de lucha, aparte del aire copiado de 300, aparte de los pectorales musculados, aparte de diálogos cutres con vistas homéricas, aparte del maltrato personal a unos dioses y mitología legendarias, aparte de la insultante superficialidad de su recorrido, aparte del bochornoso relato expuesto, aparte de la penosa actuación de los actores, aparte del ridículo circo montado..., y sigue y sigue y sigue el despropósito en el cual han gastado tan ingente cantidad de dinero!!! Incluso pensada para el público joven, de pocas luces, que solicita "nada" en la calidad pero mucho de relleno superfluo, acción y sangre gratis, que lo engulle todo sin protestar..., no da la talla; es tan nefasta en su confección, cutre en su exhibición, ridícula en su representación que..., ZEUS!!! Manda un rayo y haz ver a los presentes lo que ocurre con aquellos que se mofan, que se atreven a menospreciar  tu leyenda!!! Eso que nos hubieras ahorrado!!!





jueves, 30 de enero de 2014

La herida

Dolor físico para apagar y silenciar el insoportable dolor emocional; un inexplicable desapego por la vida del que no logra evadirse, una amargura de su propia existencia que le corroe y mata silenciosamente. Cámara estática, fija e inerte, sin adornos ni florituras, para un único personaje que no causa el efecto deseado en el espectador; su inmenso dolor, su manifiesta pesadilla diaria, su obsesiva autodestrucción, su exasperante supervivencia, sus drásticos vaivenes emocionales no se ven reflejados en el interés del público; explosivos cuadros de ansiedad que no absorben tu esencia más sensible pues la falta de afinidad y comunicación es, progresivamente, palpable causando una sensación -aunque mínima- de hastío y desapego, leve aburrimiento denunciable. Triste cansancio en una impresionante interpretación de una existencia que sólo permite ser observada pues no deja paso a saber de su historia, a conocer y descubrir su "por qué"; vela incandescente que mantiene du diminuta llama únicamente frente a un ignorante exterior que nada sabe de su más que oscuro y terrible interior. Inercia de movimientos vacíos de imposible escape para una magnífica dirección, ardua interpretación y atrevido guión que, a pesar de contar con todos los elementos, no satisface ni complace completamente pues la necesidad de más información, conexión es demasiado latente; desnudez osada que se apaga y no llega al espíritu de un demandante "presto" de una mayor y más completa relación. Mostrar una robotizada y desierta repetición de pasos memorizados resulta escaso e insuficiente -por muy osado y admirable que sea todo el trabajo-; un incompetente aprobado justito por no llegar a cubrir todas las peticiones y demandas de la hambrienta y ansiosa concurrencia. 





miércoles, 29 de enero de 2014

Qué hacemos con Maisie?

Relato triste y amargo de una indeseable experiencia, un doloroso ejercicio reflejado de forma impactante en el rostro y los ojos de una niña desesperada de amor y comprensión que es tratada como una maleta al uso, llevada y transportada al antajo de unos, más que cuestionables, adultos; la ruptura de una familia, desestructuración paternal a los pies de una inocente víctima cuya interpretación es cautivadora y conquista tu más seco y apartado corazón. Cruel y vivida realidad reflejada con una terrible suavidad y quietud, una tranquilidad expeluznante aceptada sin remedio en el acompañamiento del viaje sin sentido de una protagonista involuntaria cuya opinión parece no tener voz ni voto -menos oído- para nadie; viaje inquieto, con grandes interpretaciones -Onata Oprile te atrapa con su descorazonadora incertidumbre- que te moviliza lo suficiente -tampoco en exceso- para enternecerte y sacar tus más tiernas emociones. Un respetado guión con claros elementos marcados y fotocopiados -los buenos, los malos, la víctima-; un periplo muy sentido en sus más profunda desazón, una inestabilidad, inseguridad, desasosiego y claro desconcierto de no saber dónde estás, cómo te sientes o hacia dónde vas. Tu afinidad para con el personaje, para con sus miedos e inquietudes es completa e impecable, logras involucrarte en la historia y en sus sentimientos con excelente placer, un eclosionado cuento que destapa tus emociones de forma apagada y calmada, sin apenas ser consciente de ello gracias a su suavidad y sutileza emotiva. Buen ejercicio, inteligente trabajo que no hace uso de la lágrima fácil y barata, que no explota una, más que clara, lástima hacia una superviviente maltratada. Complace todo el recorrido, tanto el amargo periodo como el alegre advenimiento; buena y oportuna elección que no excede el dramatismo. 





martes, 28 de enero de 2014

Memoria de mis putas tristes

Siempre es difícil y complicado llevar a la gran pantalla una obra de Gabriel García Márquez; su lectura siempre será mucho más placentera, sus efectos siempre serán mucho más sentidos por tu recóndita alma -obras de grandes sentimientos y emociones donde la palabra siempre devorará a la imagen-. Respecto la película, no hay mucho más que decir; llevada tibiamente a la gran pantalla, sin la pasión y el entusiasmo que merece el protagonista, con un respeto y "buen hacer" demasiado modestos, mantiene un nivel regular y en exceso humilde para la grandeza de la obra, una apropiada pero seca imagen respecto las palabras escritas, nunca oídas, de este reconocido escritor. Delicada en sus formas, sencilla en su exhibición, completa en su recorrido pero con manifiestas carencias; diálogos escasos que apenas exhiben el supuesto contenido del relato el cual, apenas florece pues no produce un gran atractivo ni fascinación en la mente del espectador. A falta de saber si su lectura produce más emociones, cumple fielmente con sus requerimientos, progresa adecuadamente -aunque no satisfactoriamente- hacia un texto entregado de forma anticipada. Elegante y suave en sus tiernas y amargas inquietudes no logra transmitir mucho al ignorante anónimo de la obra de este autor, ni siquiera el deseo irremediable de empezar la lectura del susodicho ejemplar; si tienes la suerte de haber avanzado dicha lectura, devorado letras, comas y puntos de esta agotadora y exquisita obra, tu deleite y gozo serán menores, incluso escasos. Punto aparte es ver la siempre perfecta, nunca menos que soberbia, interpretación de Geraldine Chaplin en su siempre perfecto "buen hacer"





La leyenda del samurái

No es difícil descifrar el devenir de la historia, su previsible discurrir -amén de que la misma es conocida-; presentación de la situación, colocación de los personajes, la traición y el deshonor, la venganza y buscada justica. El desarrollo y recorrido, así como su desenlace, son fácilmente deducibles; anticiparse a ello no es de gran dificultad. Pero, todo lo referido, lo mencionado da igual -aunque sólo sea en parte-; es algo ya previsto. El relato tiene importancia, nadie lo niega aunque, no deja de ser la excusa, el envoltorio de lo realmente apetecible; recrearte con la exhibición de su cultura, maravillarte con su espléndida fotografía, sus hermosos paisajes, deleitarde con sus ceñidas formas tan exquisitas como elegantes, su corsetado proceder, la hermosura de sus artes marciales, el respeto de su imponente acción, el honor y la obediencia como forma de vida, la sentida lealtad más allá de lo humano, la delicadeza y crueldad de su lenguaje, el requerido amor imposible..., todo un atractivo mundo, un antaño y lustroso contexto exhibido con gran gozo y placer para el sentido de la vista, que satisface gratamente al espectador amante de este tipo de género. Si no lo eres..., o te has perdido en la sala del cine o se sincero y admite que ha sido un más que aceptable pasatiempo temporal, una diversión más que sorprendente. Mantiene un buen nivel, cumple bien los requisitos solicitados -y con más calidad de lo supuesto pues complace en cada uno de sus elementos- y entretiene enormemente respetando la altura y calidad de lo que narra -historia japonesa convertida en leyenda-. Gusta en conjunto más de lo esperado y a más gente de la esperada!!!





domingo, 26 de enero de 2014

Área de descanso

Mira que un área de descanso da para muchas historias, ya sean cómicas, de drama, de compañerismo social, de falsa voluntad humana, de crueldad extrema, de buenos anhelos, es decir, experiencias variopintas..., lo que se quiera, vamos!, pero algo tan soso, de tan poca guisa, sin nada de chispa, con un guión tan pobre que no lloras por tristeza personal, un relato nimio, pequeño en abundancia, con unas escasas y a la vez penosas extravagancias, unas actuaciones vacías y desapegadas, diálogos que ni la mala publicidad..., un montón de detalles minoritarios que, en su conjunto, te hacen pensar..., acabo de verla?, dónde está la supuesta comedia? Demasiada levedad e insignificancia, un exceso de "nada" gratuito, abuso de la indiferencia y la superficialidad, una dañada ligereza que no interesa ni atrae al espectador; más movimiento, más acción, más comunicación, más intercambio..., más de lo que sea, por favor!!! Bueno..., tiene buenas intenciones pero..., de qué me valen? Vale..., hacia el final mejora un poco pero..., debo conformarme? En realidad te sientes como en una cutre y mísera área de descanso; paras para descansar y entretenerte fugazmente, un rato breve de diversión vacua sin daño alguno pero..., pronto te aburres y desesperas, te desapegas de una conexión nunca hallada, hastiado de una parada, lugar sin gracia ni sentido del que quieres salir lo más pronto y rápido posible; ni siquiera se puede decir que sea simpática o jovial, amable o tierna!!! Poco que ver, apenas nada que sentir salvo escasos trances nunca confirmados; aprecia, al menos, la simpática melodía que brevemente acompaña las inertes y flojas escenas. Y que tenga que admitir que el telediario emociona más!!!





En tierra de Jane Austen

No está mal, es bonita pero..., esperaba algo mejor!!! Y, para variar, ambas expresiones son ciertas. Porque eliges una comedia romántica y, aunque no hallas visionado el trailer o visto publicidad alguna sobre ella, sabes lo que quieres ver, sabes lo que buscas como necesidad imperiosa para calmar tu alma -vale, puede que un poco menos!!!-; romance eterno y dulzón, ni muy empalagoso ni muy lacrimógeno -no quieres indigestarte de tanto amor!!!-, con escenas divertidas y ocurrentes, con encuentros fortuitos de sonrojada alteración, frases perpétuas en fascinantes diálogos, situaciones espontáneas totalmente estudiadas..., soñar con los personajes, vivir apasionadamente una recreación largamente deseada -vale, puede que te conformaras con un poco menos según te encuentres más o menos motivado-. Pero, lo cierto es que reír, no vas a reír; solamente unas leves sonrisas de cortesía por la amabilidad del esfuerzo. Pero, lo cierto es que romance romance, hay muy poco que digamos; sólo leves gotas disueltas que frágilmente mojan la reseca calle. Pero, lo cierto es que apenas vas a emocionarte, la recreación del maravilloso y eterno mundo de Jean Austen es tan superficial, de tal levedad que no logrará saciar tu espíritu por mucho que tu reclamada esencia te lo pida. Pero, lo cierto es que la sutil y agradable combinación de realidad y fantasía no es lo bastante profunda ni está lo suficiente explotada como para colmar tu necesidad de hambre todavía no saciada. Pero, lo cierto es que, aún con todo pensarás..., no está mal, es bonita pero..., esperaba algo mejor; y, para variar, ambas expresiones serán ciertas!!!





sábado, 25 de enero de 2014

A propósito de Llewyn Davis

Una buena película, una sincera y efusiva historia que no conecta con el público; una desesperada búsqueda de la gran película que estabas dispuesto a ver, esa brillantez epocal de conocimiento musical pero que no hay formar de encontrar!!!. Consciente y racionalmente puedes captar la belleza de la estructura creada por los hermanos Coen, la delicadeza de un sentido guión, su magnífica y cuidada dirección, una presentación respetuosa/minimalista muy exquisita, una estética opaca muy elegante, una captura espontánea de los excelentes momentos musicales que lo detienen todo, el rastreo de un sentido personaje anónimo - un superviviente musical, un Ulises heróico que se enfrenta a las duras condiciones de la vida, víctima de la incomprensión terrenal de los que le rodean y que no abandona por muy grande que sea la fátiga y el agotamiento- toda una serie de elementos que te permiten admitir que si, tienen razón, es una película genial, tiene mucha grandeza en todo su formato, pero también ha lamentar afirmar, sin duda a equivocarte, que no consigue enlazar contigo, no es capaz de enganchar tus emociones y hacerte sentir con vehemencia dicho personaje. Porque, al igual que el susodicho, te desmoraliza acompañarle en su aventura, en su dramática resistencia de sus sueños y no evitar aburrirte -es duro admitirlo- y sentir cierta indiferencia; el protagonista, dentro de su profunda exposición humana, de la sobrecogedora manifestación de su alma más recóndita, no logra captar tu interés, apenas es capaz de hallar hueco en tus emociones o de conseguir levantar en tu esencia más que una negativa neutralidad y tibieza. Y, teniendo en cuenta el desvastador relato del espíritu infranqueable de un incansable músico por confiar en sí mismo y no abandonar su propia fe, es molesto, descorazonador no obtener las mismas emociones que son expuestas en dicha película; lamentar la nulidad en la alteración de tu interior más sensible, un entristecimiento de tus impresiones más amplias. Pasar por ella con cierta distancia y emocionarme, únicamente, es escasos momentos de entonación central es un arduo error que no se puede permitir, una aflicción y desconsuelo que no compensa la alegría y júbilo de su elección; aunque, para ser sinceros, tampoco tengo claro que se le pueda atribuir dicha falta de conexión y empatia a los venerados directores!!!  





viernes, 24 de enero de 2014

La gran revancha

Mantiene bien el tipo, ofrece un buen porte y muestra una apariencia digna de respecto. Tanto la historia, como el guión como los propios actores se prestan a exhibir una película de fácil recorrido, ritmo ligero y evidente desenlace, sin sobresaltos ni nervios inoportunos, relato de agradable y placentera visión, con el toque oportuno de drama, romanticismo, ironía e ingenio -pero con ausencia de empalago e indigestión lagrimera-, en la cual se obsequia al espectador con dos horas, entretentidas por momentos, de cine comercial bien concordado, con unos protagonistas veteranos y queridos -aunque sea mínimamente- que se ríen de ellos mismos y a los que sigues con gran placer en su recorrido cómico, un guión bien trabajado que mantiene la deferencia hacia sus intérpretes y un miramiento hacia todo el conjunto que el espectador capta con gran satisfacción pues, tiene la consideración de entregar lo prometido; entretenimiento gustoso, diversión transitoria y una buena elección para pasar tu tiempo de manera informal pero con gran complacencia. La burla no consigue llegar muy lejos, la parte romántica apenas tiene comienzo, el drama es muy moderado, la comicidad no logra producir carcajadas o una sorprendente chispa, tus emociones serán cálidas pero poco ardientes; pero, con todo, te será grata y atractiva en todo su conjunto. No demanda mucho de tí, es poco exigente en sus peticiones; sólo una percepción rápida, mirada limpia y fresca que te permita admitir que, aunque no es gran cosa, aunque no es en producto excelente de primera calidad, se puede afirmar, con rotudidad y sin miedo a equivocarse, que es simpática y tiene su encanto; y, en ciertos momentos adecuados, puede ser suficiente y muy oportuno.   





jueves, 23 de enero de 2014

Gente en sitios

Historias breves, demasiado breves, nimias, intrascendentes y superficiales, rodadas a mano en pleno bullicio peatonal, con un toque a surrealismo, comedia y horror  que no logra atraer tu atención ni decirte nada, protagonizadas por actores conocidos, escenas que se suceden sin ningún tipo de relación entre ellas, sin gancho, seducción o feeling que pueda mantener tu interés o atención..., un despropósito y disparate tildado de "alucinante y sorprendente" que seguro tenía muy buenas intenciones en la mente de Juan Cavestany pero que, en la práctica, sus efectos son más bien neutros, nulos y ausentes -intento no ser cruel aunque, me cuesta-. Primer consejo; no leas la sinopsis, no te dejes llevar por dicha explicación elocuente y metafísica porque no encontrarás lo descrito por ningún lado. Segundo consejo; no leas la cantidad de halagos y obsequios mencionados por parte de la crítica porque tu decepción, ya de por sí asegurada, será aún mayor de lo previsto. Tercer consejo; no te bases en el cartel de la misma y los impresionantes adjetivos que en ella se muestran a lo grande y en primer plano porque cuando se necesita exponer con tanta vehemencia lo buena que es una película es que no lo es tanto -lo bueno se vende sólo-. Típico ejemplo de lo malo que es el cine español -aprovecharán para decir los acusadores de lo nuestro-, cliché puro de la pura desconexión, de la profunda escisión entre el público asistente, sus gustos y demandas y los supuestos expertos que deben aconsejarte sobre la misma; se admite variedad de colores, diversidad de placeres y sabores, alternativas en la oferta para cubrir todas las peticiones de demanda -soy la primera que le gustan las novedades, lo original y alternativo- pero..., que te vendan lo que no es tampoco parece admisible!!! 





domingo, 19 de enero de 2014

Agosto

"Agosto" es Meryl Streep, simple y llanamente; una maravillosa, magnífica, impresionante -no hay suficientes calificativos- interpretación de una fabulosa actriz que se crece -si es posible hacerlo más- en cada nueva actuación. Ella sola llena la pantalla, se come a todo posible compañero de plano y colma, desesperádamente, tu ferviente deseo de satisfacción. Respecto la historia y el guión, aparte de contar con una escogida fotografía, una marcada localización y un peculiar contexto -todos ellos son un personaje más, rotundamente silencioso pero muy poderoso y tan importante como cualquiera de los miembros de esta desestructurada familia -se ha de admitir que le cuesta arrancar y coger forma, encontrar su rumbo pues es bastante lenta y débil durante gran parte de su trayectoria adquiriendo, únicamente, el nivel esperado de dramatismo a 15 minutos del final; sólo entonces, gracias a esa intensidad alcanzada, durante tanto rato buscada, le darás tu definitiva aprobación. Un aprobado que no sacia enormemente tu ansiado apetito de diálogos potentes, un guión ardiente, escenas de gran tensión y ambiente que corte tu inconstante respiración; su recorrido es seguro y firme, sabe dónde va y hacia dónde camina, pero está demasiado espaciado en el tiempo, vastamente extendido; una falta de celeridad entendible pero que evita llegar a la cúspide de tus mejores emociones, niega a tus sentidos y a tu espíritu ser colmado completamente. Porque, no se critica su pausado proceder, su lento darse a conocer sino que, durante el mismo, no logre mantener en vilo la intriga del espectador por saber de ellos, que no sea capaz de crear ardiente apetito por descubrir sus perturbados conflictos familiares. La tardanza en la apertura de tensión, ansiedad, conflicto..., es demasiado ceremonial, sosegada en exceso -eso cuando llega-. El postre, por muy fabuloso que sea, no compensa el primer y segundo plato de un banquete menor de lo esperado; su labor es rematar una comida exquisita y, por desgracia, no es el caso.





sábado, 18 de enero de 2014

El quinto poder

No sorprende, no asombra, no causa el gran efecto esperado; por tanto, su impacto y sorpresa en el ciudadano es menor de lo deseado -y ese es su mayor daño sobre si misma-. No aporta información nueva que no conozcas sobre cómo salió toda la información a la luz, el proceso que siguió y el impacto, efecto que causó; la única aportación extra es sobre la peculiar personalidad del conocido y famoso protagonista y tampoco puede decirse que sea una posición neutral y objetiva -si es que realmente existe tal punto de vista pues todos estamos dentro del mundo que observamos y no hay forma de analizarlo a distancia, desde fuera y sin implicación alguna!!!-. Por tanto, no es complicada de seguir, no te pierdes en datos o movimientos informáticos que no conoces; es accesible a todo público aunque..., a su vez, es como ver un documental, telediario extra de lo sucedido; una narración apagada y tenue de los acontecimientos. Su visionado no altera tu persona, no remueve mucho tus pensamientos ni provoca una leve discusión moral o ética en tu conciencia. Simplemente, una exposición correcta de los hechos y una exhibición parcial de sus participantes; pero olvídate de la posibilidad de quedar escandalizado por lo descubierto, de alumbrar tu supuesto desconocimiento pues existe una ausencia total de cualquier tipo de sobresalto y emoción. Película de intriga y confabulación, actualidad presente, que no causa tensión alguna, ni nerviosismo improvisto ni la más mínima adrenalina. Correcta en su dirección, correcta en el guión, correctas interpretaciones, correcta en su desarrollo..., de modo que..., adivina?, correcta en la opinión del espectador; ahora, surge una pregunta..., es suficiente?





viernes, 17 de enero de 2014

El lobo de Wall Street

Tres horas agotadoras -también muy satisfactorias- del mayor despropósito nunca visto, de desenfrenado y estrambótico sexo, de encumbrada y pura apología capitalista y de un desmadre, barbarie del uso de drogas por doquier -incluso, la primera hora y media puede llegar a ser cansina-. Extravagancia y locura extremista, libertinaje caótico y explosión imparable de locura, exceso y salvajismo del poderoso "Don Dinero"; exhibición obsesiva y continuada de una legalizada y permisiva falta de valores, de cualquier tipo de moral o ética mínima que se pueda exigir; unimaginable e impactante reflejo de una forma de vida sin control ni sentido, estallido puro de adrenalina, permanentes sobresaltos emocionales que sientes con gran repugnancia y una, nunca admitida, inexplicable atracción. Pantalla y cámara exclusivas, amén de una magnífica dirección, para un imponente Leonardo Dicaprio que luce sus mejores artes con gran inteligencia y un impresionante acierto, más un guión peculiar y excepcional por su explosivo contenido, por la demencia y excentricismo de su desarrollo y por el evidente efecto que causa en el alma del espectador; imposible visionar este film en estado neutral e inamovible pues, sin remedio ni control, altera todas tus emociones, colapsa tus pensamientos más profundos, agrede tu receptivo espíritu, ofende tu más tierna y sensible esencia, te revuelve el estómago y te coloca en inevitable pendiente de tensión y caída conforme el estallido en la evolución de la historia se va conformando. Un fabuloso trabajo, excepcional labor de equipo -dirección, interpretación, guión, acción, trama..., y todo lo que se quiera- pero cuya historia nadie te asegura te vaya a gustar; sólo es seguro que te impresionará, impactará, escandalizará y no te dejará indiferente. De modo que..., pasen y vean el mayor espectáculo del mundo, el fabuloso circo de la vida más apasionante que jamás hayan visto!!! 





jueves, 16 de enero de 2014

La gran estafa americana

Eliges ver una película con ilusión e inevitable ansiedad dadas las grandes perspectivas creadas -si contamos la cantidad de premios otorgados y los que vendrán- y acabas sintiéndote ofuscado, perdido por no ver la gran historia que la publicidad, prensa y crítica te han vendido; incluso culpable por no ver lo que es tan obvio y evidente para el resto -aunque dudo que sea algo más que dejarse llevar por la corriente-. Siendo honestos, la banda sonora es impresionante -lo mejor de lo oído últimamente, sin duda alguna-, enormemente pegadiza y con una encantadora entonación bailable que añora a lo mejor de los 70; la formidable estética, magnífica presentación -maquillaje, vestuario...- y su impecable fotografía son inolvidables, te trasladan mágicamente al mejor Scorsese de "Casino"; todos los actores están excepcionales en sus respectivas interpretaciones -Christian Bale, una vez más, ofrece toda una espléndida muestra de lo que es capaz-; en todas estas cuestiones un diez, sobresaliente para David O. Russell por su gran acierto, ferviente gusto y original, rompedora idea. Pero ahora pasamos a la historia, el gran relato que debe completar todo lo anterior, base sólida que sustente este suculento trabajo; y es ahí dónde el producto se desploma, donde las expectativas que te han vendido no se cumplen y donde te preguntas dónde quedó ese gran film que buscabas visionar. No sólo no es novedosa y te despierta el sentimiento de haberlo visto muchas otras veces -estafadores estafados que estafan a los mayores estafadores existentes- sino que es fácilmente predecible su desarrollo y desenlace. Aunque no llegas a perder la conexión con el relato, a pesar de que sigues la historia gratamente -la parte más interesante llega a 40 minutos del final- está muy lejos de ser el exquisito plato anunciado. Le falta más garra y acción, mayores y más completos movimientos de seducción, despertar mayores intereses atractivos que no cansen al ferviente y motivado espectador. Mantiene su nivel por los excepcionales e imprescindibles elementos mencionados pero, las intenciones de la historia -a pesar del trabajado guión-, el efecto de la narración y el propósito del susodicho directos son mayores, de más alto grado que el resultado conseguido en el público. Quédate con la fabulosa, opulenta plasmación de una añorada época, el fastuoso reflejo de una sociedad realizado con gran maestría y talento y pasa por alto el bajón del nivel de lo narrado, la leve flojedad de su evolución aunque..., si el plato luce magnífico, la mesa es exquisita, el restaurante de lujo y el servicio imponente pero el sabor, deleite de lo comido no supera el restaurante de la esquina..., qué valioso recuerdo me llevo de ese plato de 5 estrellas prometido? Cuando alardeas de un trabajo, hay que redondear lo ofrecido, cumplir con altura digna lo que con tantas ganas has vendido!!!




Oh boy

Qué difícil es levantarse, tomarse un café y pasar un día tranquilo!!! Si es que hay días que mejor no levantarse!!! Reflexión sobre las 24 horas de un chico que no sabe lo que quiere, que no sabe a dónde va pero de algo si está seguro, su persona no encaja con la gente que le rodea, no es feliz donde está y parece sentirse muy sólo rodeado de gente con la que no se entiende, que no le comprende y donde la comunicación es asfixiante. Una presentación interesante, sofisticada y en tonos aciagos para una vida desesperante, sin sentido dirigido y en perpetuo estado de estancamiento; una fotografía urbana, atrayente por si singularidad, en delicioso blanco y negro, localizaciones estáticas e inertes reflejo de un alma solitaria que no se compenetra con los demás. Lo atractivo es su presentación, el cautivador formato elegido para la narración; la seducción de la historia es su sentida sencillez, su ecuánime simplicidad y lo absorbente que puede llegar a resultarte la meditación de un nefasto día, en una vida sin rumbo de un chaval que sólo quiere tomarse un café tranquilo y en paz. Bien mirada tiene su encanto y fascinación; consigue un producto minimalista, original, bien cuidado y muy sobrio. 





lunes, 13 de enero de 2014

The grandmaster

Dentro de una gran elegancia y belleza, de una respetuosa sobriedad, de una destacada finura y de una enorme delicadeza en las formas se esconde una profunda potencia y firmeza en el contenido, la fuerza de unos certeros y hábiles golpes, la irresistible seducción del majestuoso baile marcial que oculta toda una poética danza de la vida, del respeto y del amor más imperecedero; esta historia real y distinguida sobre el kung fu y las 64 manos, su época de lucimiento y mayor altivez y su posterior evolución tras los acontecimientos vividos en China es de gran impacto visual, un gran placer para el sentido de la vista y de una magnífica exhibición del dominio de las artes marciales. La dignidad y la entereza de un orgullo milenario, la majestuosidad de los años dorados, el encanto y la magnificencia del metódico y del -precioso- estilo en el proceder contenido, el caos y descontrol de la pérdida de su gran poderío, la conservación del honor y respeto por una forma de vida cuando ésta se tambalea, una gran historia de amor reprimida en lo más hondo de la piel..., se trata de un relato de gran maestría, de disfrute para los amantes de las artes marciales, de placer para las emociones y de gran exhibición contextual; su juego en tonos neutros, con sorprendentes y detalladas colisiones en su tonalidad, su eterna armonía en el proceder, la enorme cantidad de sentimientos no relevados de gran suntuosidad..., es un magnífico trabajo de gran añoranza en su demostración, de profunda tristeza en su contenido y de una eficaz y vigorosa acción efectiva. Se disfruta enormemente, tanto si eres seguidor de las artes marciales como si no lo eres -un poco menos en este caso- porque, sencillamente, es una historia viva emocional, de gran turbación y enternecimiento, relato estiloso y refinado de amplio y penetrante volumen afectivo. Te guste o no es bella, deliciosa y escultural; de inmensa nobleza. 




domingo, 12 de enero de 2014

La ladrona de libros

Le falta ritmo, gracia y seducción; la famosa "ladrona" ha resultado ser todo un engaño, un simple "corta y pega", un inesperado fraude, una triste decepción. No esperaba ni quería ver una sencilla historia, tierna, bonita y agradable de judíos, del mundo nazi, un lacrimógeno relato más de supervivencia en la época del dominio de Hitler, mil veces visto; quería ver un sentido peliculón, deseaba ser sorprendido interiormente, colmado mi deseo de curiosidad, disfrutar de un film impactante, de profunda huella y de asiento duradero. Lo obtenido es un relato light, demasiado ligero y llano, sin apenas chispa que te haga vibrar; ni asomo de una pizca de agudeza en su agitar la fascinación del espectador -falta saber si el libro despierta el mismo poco interés-. En ningún momento capta tu alma, altera tus emociones o nada que se le parezca. Y no es suficiente con las magníficas interpretaciones de sus fantásticos actores o la perfecta estampa de su contexto. Se olvida de involucrar al espectador, de despertar en él sentimientos más allá de un suspiro, de un inevitable bostezo dada su larga duración. Será mayor tu deseo de agrado, tus propias pretensiones que lo obtenido, ofrecido por el film. Aunque, claro, puede que nos conformemos con la historia tierna, bonita y agradable de buenas intenciones!!!. Un aparte: es obvio que esta opinión no sirve para aquellos que hayan leído el libro.




sábado, 11 de enero de 2014

Emperador

Película histórica, realidad dramática que recuerda y narra unos hechos situados en el año 45 sobre el destino, en manos americanas, del emperador Hirorito; una lectura muy solemne, formal y rígida de unos marcados acontecimientos que fueron importantes por su crucial relevancia en el destino de un país. Endulzada con una floja historia romántica -que no logra atraer mucho la atención-, la exposición/contexto de la situación es muy fidedigna, de un gran calado visual -es su parte más vigorosa-; no así los personajes participantes -con una potente carga interpretativa de Matthew Fox que vale la pena-y su desarrollo pues en la exposición y evolución de los eventos sólo llegan a ser correctos y firmes, muy formales, sólidamente capturados por un acentuado guión que marca las pautas a seguir muy militarmente, de movimientos automatizados pero es justamente esa tirantez y firmeza, esa carencia de exhibición en la sensibilidad de un país destrozado la que coloca al espectador como simple sujeto de percepción de una narración en la que no se involucra, una mirada de ver aparecer la trama, ser asombrado por el entorno, escuchar la crónica y hacer memoria, un no dejarse impresionar por los eventos en los cuales, en ningún momento llega a participar ni a ser envuelto. Un excelente planteamiento de la destrucción, bosquejo perfecto elaborado ricamente pero..., nada más; lejanía y desgana de motivación al no conseguir involucrar al espectador en su historia, no lograr ni palpar ni sentir la importancia de lo expuesto. 





viernes, 10 de enero de 2014

Esto es un desastre (It's a disaster)

Es una película extravagante, extraña y muy estrafalaria; es decir, todo un film "friki" que consigue una sonrisa continuada en tu rostro y risas sinceras y espontáneas. Un almuerzo dominguero, tres parejas, seis individuos muy diferentes entre si y que forman un conjunto divertido, ameno, que viven situaciones ridículas, en un contexto surrealista, en una situación llevada al límite, con la amistad a prueba de bomba, con la sorpresa de uno mismo, todo ello formando un explosivo cóctel donde el ingrediente primordial y esencial -clave del valor de este relato- es el magnífico y fresco guión que uno todos los elementos; diálogos sorprendentes, curiosas actitudes, inverosímiles jugadas, continuadas salidas de madre... un combinado que funciona, que asombra y atrapa, que gusta por su rareza y que entretiene muy gratamente. Película modesta, realizada con bajo presupuesto, sin grandes miras en su objetivo pero que consigue mucho más de lo que en principio parecía; Todd Berger es capaz de elaborar una historia que funciona en su simpleza, que deslumbra por su distracción y que transmite un grato y efectivo entretenimiento; un regocijo sincero y natural magnífico para disfrutar de hora y media y relajarte, dejarte llevar por su disparate y percibir su gustosa chaladura. Cachondeo sin compromiso ni contratiempos!!!  




miércoles, 8 de enero de 2014

El único superviviente

Película americana de acción, drama de exaltación de la vida militar -vivir o morir por la patria, orgullo del país que te vio nacer-, de campo de batalla pura y dura, historia real de supervivencia y amistad, de exaltación del orgullo patriótico, de fascinante compañerismo, de resistencia corporal y mental, de vivir la vida bajo un lema/código y cumplirlo hasta las últimas consecuencias..., propaganda militar toda ella envuelta en un enorme presupuesto, al menos bien invertido pues el film está magistralmente rodado, con agilidad y rapideza, cuidando los detalles al máximo, con una acción potente e impactante, con una magnífica e impresionante fotografía, con fuertes y marcadas interpretaciones, con un decente guión -no necesita mucho pues rueda solo-, con sus dosis repartidas de moralidad, de acción, de disparo, de colegas, de bromas informales, con la oportuna y bonita historia personal...Cumple perfectamente el requisito mínimo de entretenimiento -incluso más, para ser honestos- y lo hace sorprendentemente bien, logra eclipsarte, atraparte y mantenerte en vilo durante todo su recorrido, es muy resultona la implicación para con los personajes y está realizada con buen acierto para la gran masa de público; espectadores deseosos de un relato potente, con fuerza pero facilón, prototipo ideal de visionado ligero y cómodo, que se deja impresionar por la venta de la bonita fachada sin analizar o mirar más allá de esa primera lectura simplona y asequible y que saldrá contento por el descubrimiento de un nuevo héroe fácil de admirar y acompañar sin contratiempos inoportunos. Si no buscas ese cine, si no demandas ese tipo de género tampoco vayas a entrar donde no te han llamado!!! Si ya sabes cómo es el juego, luego no te quejes de lo malo que era!!! Para el resto, obtienes un prototipo comercial, muy vendible, bien construido y realizado, marcado por ser una historia real bajo un lema concreto y con una buena dosis de acción rápida y mortal. Siéntate y que tus ojos se dejen impresionar, que tu alma se emocione y que tu razón juzgue. Puedes disfrutar de dos buenas horas de proyección si no intentas ir más allá de los propios límites de la película; lo que ofrece es bueno, de calidad pero... es lo que ofrece!!!




martes, 7 de enero de 2014

Sobran las palabras

Simplemente es una película que gusta; tan sencillo como difícil de conseguir!!!. Gusta por su naturalidad, por su frescura dialéctica, por su fantástico guión -lleno de sana ironía y de sabiduría añeja-, por la maravillosa interpretación de ambos -tanto Julia Louis-Dreyfus como James Gandolfini, pareja impresionante por su cordial complicidad-, por la torpeza encantadora de ella, por la serenidad amarga de él, por su deambular perdidos en su propia vida, por esa madurez irresistible que lo puede todo..., inmediatamente te haces amigo de los dos -especialmente de ella-, los quieres y les deseas lo mejor. Acertado y magnífico reflejo de las relaciones y sentimientos a una edad, por lo normal, olvidada por el cine y por los propios guionistas; realizado con soberbia inteligencia y sabiduría forma un panorama atractivo, reflejo de un notable entendimiento con personajes queridos -padre, madre divorciados que encuentran sin querer lo que no sabían que buscaban-, muy sentimental y próxima que, junto a un exquisito y agudo guión -me da igual repetirme-, son el centro y la clave que sustenta toda la historia. Es algo que percibes desde el minuto uno, que intuyes inmediatamente y que se va confirmando conforme avanza el relato. Esconde una destacada pericia en las formas, ilustre juicio en el proceder, diversión irónica, marcadas verdades punzantes y un descarado desparpajo de mostrarse sin ocultar nada, un osado atrevimiento de ser uno mismo, de que te quieran tal como eres sin estúpidos disfraces que el tiempo derriba sin piedad pues no hay espacio para tonterías. Encantadora en su sencillez, grandiosa en su avispada perspicacia, exquisita por su naturalidad y bella por sus emociones. Simplemente una película que gusta; tan sencillo como difícil de conseguir!!! 




lunes, 6 de enero de 2014

Sister

Soledad, una gran y tormentosa soledad acompañada de enorme amargura -tan dolorosa en su contenido como fugaz en su visión- es lo que muestra este relato a través de la figura, los ojos de un niño que sobrevive a su propio destino, a una dura y fatigosa vida de gran pesadumbre y constante dificultad; ferocidad y atrocidad en la visión de un alma abandonada que sólo reclama un poco de amor y compañía, perdidos sentimientos a los que no logra dar alcance por mucho que se esfuerce o, simplemente, los merezca. Con una tierna y emotiva interpretación de Mottet Klein, la historia de este azotado chaval te desgarra e impacta por dentro -como lima que va desgastando, a la vez que puliendo, lentamente tu alma-, te cautiva y seduce sin compasión y sin remedio, le acompañas inevitablemente en su largo y duro recorrido, en su desesperada búsqueda de algo de ternura y cariño a lo que aferrarse. Con imágenes vivas y naturales, de fantástico realismo y de gran afinidad para con el espectador, para con tu esencia más sensible no puedes evitar -ni quieres hacerlo-, el quererle al instante, preocuparte por él y sobrevivir junto a él en cada amargo día y en cada injusticia dialéctica sufrida por sus seres más queridos -todo desde el minuto uno-. Cine de devastadores y profundos sentimientos ocultos, de grandes emociones fuertemente arraigadas en lo más hondo de tu ser, realizado con gran acierto y maestría por su enorme motivación y empeño en no dejar de saber de su protagonista, de su día a día y de una supervivencia dificultosa y muy amarga. Delicada en su dureza, dolorosa en su escasa ternura te perfora lentamente en su caminar viviendo completamente el personaje y olvidándote de ti; sencillamente, lo que se le pide a una película!!!

Una cuestión de tiempo

No es una tierna y sosa historia romántica, no es una graciosa y divertida comedia, no es un empalagoso y eterno drama..., qué es?, una lección moralista sobre lo importante en la vida; la familia en primer lugar -por supuesto-, encontrar el amor -como no!!!-, tener hijos -quién no quiere tenerlos!!!- y saber apreciar con grandeza y humildad nuestro día a día, la maravillosa rutina que conforma nuestra hermosa vida -si te falta algún elemento eres un perdedor, que conste!!!-. Sin negar que suena a sarcasmo, ironía pura todo lo dicho y escrito, simplemente no me gustan mucho estas lecciones de vida de películas prototipo, modelos comerciales que poco -nada, para ser honestos- saben o conocen de la realidad, del famoso y elevado día a día; lo cual no implica estar a favor o en contra de lo que promulgan, no se me entienda mal. Película para todos los públicos, bonita y agradable en su formato, de fácil visión y cómoda digestión; realizada para gustar, conoce perfectamente como venderse y como ser aceptada, aprobada con nota por la mayoría -otra cosa es que lo merezca-. Entretiene por su ligereza y agilidad, por su armonía rítmica en las pausas y movimiento -amén de buena música- y por la ausencia, nulidad en su demanda de razonamiento por parte del espectador -sólo ver y tragar- siendo perfecta para una noche tonta de sábado o el martirio de un domingo por la tarde lluvioso. No pide mucho y ofrece bastantes momentos buenos, de más elevado nivel que se entremezclan con otros de peor calidad. En realidad, acaba gustándote este novato y torpe Supermán -viajante a puños cerrados en el tiempo- que acude sin falta ni demora al rescate de sus seres queridos!!!






domingo, 5 de enero de 2014

El médico

Para aquellos que no conozcan la obra de Noah Gordon decir que no saldrán tan impactados como esperan, su impresión conjunta será menor de lo ansiado pues el personaje y todo lo que le rodea no es tan apasionante ni tan excitante como sería posible hallarlos, tanto en el aspecto médico, como en el sentimental o en el propio conflicto religioso; más bien se queda en un tono tenue, complaciente aunque lejos del gran relato que deseabas encontrar. Buena fotografía, una adecuada caracterización, un guión medio, poco intenso en su esperada potencia dialéctica y unas actuaciones nada deslumbrantes aunque si lo suficiente correctas y apropiadas para agradar y no defraudar del todo. En general, todo el film debería lucir calurosamente con mayor arte y resplandor, alumbrar con precisión ciega a un espectador ávido de que le muestren una gran historia, un magnífico relato aunque, por desgracia, únicamente lo consigue a medias, un porcentaje por debajo de lo, en principio, esperado. Los hermosos y atrayentes ojos de nuestro protagonista no son compensados con una respuesta similar del público que le observa; y dada su duración, aunque nunca llegas a perder el hilo, vínculo que te permite seguir mirando la gran pantalla, el embelesamiento, hipnosis que tanto deseas no llega a confirmarse por mucho énfasis y ganas que pongas en ello. Un pobre, conformista aprobado para una obra que debería ser magnífica, que debería provocar en el espectador un hondo poso de recuerdo, una huella inquebrantable, insondable asiento del que seguir hablando una vez sales de la sala. La espesura de su profundidad se va desvaneciendo conforme rueda su tiempo de proyección. Un sabor que gusta pero no deleita es suficiente?





sábado, 4 de enero de 2014

Una vez (Once)

Te hipnotiza maravillosamente, su sencillez es cautivadora; dentro de su majestuosa elegancia, sus letras y canciones te devoran y aniquilan con gusto y satisfacción. La música como desahogo, como válvula de escape de las emociones más profundas; armonía de dos personas sin etiqueta que hacen música, que conectan sin necesidad de palabras. Con notable ausencia de la cámara y de la magnífica dirección -por su papel secundario- este humilde relato, sin florituras ni adornos que te distraigan lo más mínimo, sobre dos almas sin nombre que se encuentran para mejorar sus vidas, para crear lo que viven con pasión es grandioso en su perfección e impactante en su efecto. Con una música arrebatadora, que te cautiva y fascina, que emociona tu espíritu con gran placer y fascinante poder, es desesperadamente seductora en toda su gran humildad. Imponente historia por no tener prepotencia en su fin, por simplemente mostrar y exhibir el disfrute de una pasión, la aparición de sanas emociones procedentes de buena gente que nacen y viven para su devoción, para su amor más oculto. Impactante positivismo, alegría de tu persona, sonrisa para tu alma, necesario y sorprendente bienestar el que ofrece este corto pero intenso film que no necesita de muchas recomendaciones pues habla por sí solo; imposible ver esta película y no sentir el efecto, la suculenta alteración de su extraordinaria banda sonora, de sus humanas y emotivas relaciones, de su colosal sencillez que las hace inolvidablemente deseada y querida. Escalada espiritual capaz de arreglar y mejorar cualquier día; compruébalo cuando quieras. Simplemente hechizadora en todo su ser, en todo su contexto; tan sencilla como mágica.




Sombras de Nueva York (New York shadows)

Si pasados 10 minutos sigue tu interés por la película, enhorabuena!!!, aún podrás encontrar algo de sentido a tanta desfachatez!!! Y aquí todo el mérito se lo lleva el director, Juan Pinzás, que teniendo una buena idea, proyecto con buenas perspectivas lo echa todo a perder por su falta de habilidad y destreza, un nefasto saber-buen-hacer, convirtiendo su deseo de realizar algo fresco e inédito, plasmación -o intento- de un nuevo Kubrick en un aburrido desastre, necia calamidad que no sólo ya no mantiene tu interés sino que te cuestionas si acabarla. El proceso de nacimiento del personaje en la mente del director, la formación de su rostro, identidad y personalidad, los momentos de mayor inspiración -el amor entre ellos es pleno-, las insoportables crisis de ideas, de palabras -empieza a odiarle, a cuestionarlo todo-, la aparición de nuevos pesonajes, la muerte de otros..., todo ello realizado con tan poco arte, con gracia tan escasa que no sirve de nada presentar un relato minimalista, distinto formato que evoca originalidad y ya no perderte por el camino sino no encontrar ni el propio camino pretendido!!!. Intentar ser Houdini y no saber siquiera sacar un conejo de una chistera es ridículo; luego vienen los comentario de "ese es el cine español que recibe subvenciones que no merece". Por desgracia, en esta ocasión no se equivocan; aunque, nuestro cine es mucho más que éso, sin confusión alguna!!!

jueves, 2 de enero de 2014

Tenemos que hablar de Kevin (We need to talk about Kevin)

Con la alternancia y el juego de tres tiempos diferentes y el uso impresionista de la imagen, -sobreabundancia del rojo-, y del sonido -poco diálogo es necesario- se nos presenta esta ópera prima sobre la maldad, la culpa y el arrepentimiento; magistral revelación de la desesperación más oclusiva, espeluznante visión materno-filial, aterrador guión que apenas necesita palabras -se centra, casi exclusivamente, en los rasgos faciales y en sus demoledoras miradas- y una soberbia demostración del terror más cercano. Con la incertidumbre inicial y la perplejidad de entender al personaje, poco a poco y de forma catastrófica, se va configurando el perfil de esta peculiar relación, agotadora y extenuante, entre madre e hijo -las interpretaciones de ambos actores son excelentes-. Como desvelar las distintas capas que ocultan la verdad, una a una y sin posible consuelo, vas quedando atrapado sin remedio y con inexplicable agrado, una placentera y morbosa inmovilidad que te impide apartar tu atención, explosión emocional de la mayor crueldad posible. Película impactante, demoníaca exhibición de un oculto psicópata que te alcanza y apresa; impotencia de un montón de preguntas que apenas obtienen respuesta. Excelente relato, totalmente recomendable, que no te dejará indiferente; tu implicación en la historia será eficazmente inevitable; un excelente trabajo de todo sus componentes -Lynne Ramsay sabe sacar el máximo potencial de una magnífica Tilda Swinton- que deberías ver. Pasar por alto, sin ilustrada advertencia, sobre determinadas cintas puede llegar a ser inexcusable; evitarlo está en tus manos!!!





miércoles, 1 de enero de 2014

El Hobbit: la desolación de Smaug

Conoces los personajes, más o menos intuyes la aventura, tienes claro que vas a ver una magnífica representación de un mundo fantástico, un festival radiante para la vista y el oído, un derroche de imaginación y poderío, por tanto..., la cuestión se centra en la aventura, en saber si es lo bastante interesante y en saber si los 160 minutos son tan apasionantes como se espera. Hay una clara mejoría respecto al anterior libro -o película, según se quiera-, hazañas mucho más conseguidas y más peripecia en la intriga, mucha más emoción en cada suceso. Siempre tendré que admitir que el gran descubrimiento, el gran impacto cinematográfico fue la entrega del "Señor de los anillos"; a partir de ella, sólo queda seguir recreándose, seguir degustando el mismo -o menor, según se mire- nivel de un maravilloso mundo legendario y de unos exquisitos personajes. A la espera de la tercera entrega, únicamente cabe admitir que es un trabajo majestuoso y espléndido; tanto en fotografía, representación, vestuario, maquillaje, interpretación, imagen visual, contexto, guión..., y todo lo que se quiera. Luego, según sea tu devoción por los libros de Tolkien y según sea tu entusiasmo por la maestría de Peter Jackson, tu regocijo y diversión serán de mayor amplitud; en caso contrario, sabes que vas a ver una excelente película de aventuras, magistralmente realizada, de larga duración y que hay que tomárselo con calma!!!