sábado, 29 de septiembre de 2012

Si de verdad quieres...

Resulta agradable acudir al cine a ver una película humana, altamente emocional, de gran comicidad  e ingenio sin caer en lo burlesco o en la pura chabacanería -tan común, últimamente, en las salas de los cines-, sin superhéroes ni seres fantásticos que llenan minutos de una historia pobre, sin consistencia que no se mantendría sino fuera por tanto efecto clamoroso; simplemente, dos extraordinarios actores, en un papel soñado para ellos que aparece en el momentos ideal, que funcionan magníficamente en pantalla y una historia humana, una gran tragedia personal  presentada con sencillez y gran sabiduría, con un sensacional guión, muy completo y rotundo, con sus oportunas dosis de humor ácido y sorprendente en cantidades oportunas, sin demasiadas melancolías o aspavientos innecesarios que te contenta y satisface por igual. La recuperación de lo que nunca hubo en un matrimonio cuyos 31 años casados pesan como una losa profunda e inalterable es el fondo de este relato que, a pesar de su espléndido resultado, no deja de ofrecer el conveniente vuelco hacia lo que la recta moral norteamericana espera de una unión idílica y pastoril. Lo mejor: el encuentro con un estilo diferente y mucho más grato que lo devorado usualmente en las salas de cine; la siempre sensacional y polifacética actriz Meryl Streep desborda toda su desnudez madura al lado de un Tommy Lee Jones que le baila el ritmo a un buen compás sin necesidad de más que su crisis personal como pareja y su convencionalismo a la hora de solucionarlo. Reconozco que un poco más de picardía y argucia en el tratamiento a seguir, de riesgo en la evolución de la historia hubieran sido el toque ideal de una tarta que no empalaga ni indigesta; todo lo contrario, te quedas con ganas de más!  

sábado, 22 de septiembre de 2012

A Roma con amor




Woody Allen anda más perdido que Paquirín con un libro!!! Tras dejar de lado su mitificada New York, se traslada al continente donde pasa  por una fúnebre y nefasta Barcelona, para recuperar  la forma en una añorada París y terminar recalando en una Roma dónde vuelve a perder el norte completamente. Puesto que nunca se ha jactado de cuidar el background, así como los accesorios y apéndices -aciagos en esta ocasión- uno se aferraba a su verborrea mordaz, irónica, a sus diálogos frescos, divertidos y de una sátira punzante, a las situaciones grotescas e irreverentes donde se palpaba lo más original del ser humano. Dónde ha quedado todo ésto? Buena pregunta. El agasajado director se permite el lujo de presentar cuatro historias que giran en torno al mundo del famoseo, al deseo de conseguir-mantener-recuperar- matar por cinco minutos de gloria inconexas y ridículas, sin apenas atractivo o interés oculto que recuerdan a un mal imitado "Perdona si te llamo amor" pero con la burrada de querer copiar lo ya realizado, con el disparate de creerse apto para describir el sentimiento de una ciudad sólo vista en postales. Como viene siendo costumbre en sus últimos trabajos, al menos tienes el placer de disfrutar de las vistas de la ciudad de turno. Aunque, como el hijo estrellado de Brooklyn diría: se matan por trabajar gratis conmigo, me abren las puertas de sus ciudades, me dan todas las facilidades que quiero..., para qué molestarme en arriesgarme, en buscar la calidad en mi trabajo, en esforzarme??? Si me van a besar el culo de todas formas!!! Pero, para una adictiva consumidora del Séptimo Arte que le gusta navegar por la vida de otros personajes y vaciarse interiormente esos 120 minutos..., es toda una pena!!! 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Mátalos suavemente



Representación máxima del cine independiente (sólo hay que fijarse en los encabezados) que no engaña al ofrecer una película, para nada llevadera ni del gusto del público común, que conecta el peor de los submundos -ése del que no queremos saber nada- con la realidad más fina y elegante. A un guión no muy original -copia burda del exquisito Tarantino de Pulp Ficition- y a un relato apesadumbrado que, si no eres cuidadoso, te aflige y amarga hasta perderte en tu propio subconsciente, le sigue una brutal exquisitez y elegancia de fotogramas donde la ironía y el sarcarmo de la construcción pictórica brillan hasta dejarte boquiabierto; el diálogo expresado, con el perfectamente-escogido discurso político de fondo y los símbolos patrios utilizados salvajemente para placer de la mayor de las violencias es, simplemente, genial. Magistral la actuación de un Brad Pitt, cuyo personaje, es el único que ofrece un poco de decencia y afinidad para con el vidente; rematado por un James Gandofini a quién los Soprano ha encasillado de por vida. La majestuosidad de las escenas de violencia, recreación lenta y armoniosa del mejor de los cuadro de Bangkok, no es para todos los paladares -la atracción repulsiva harán que no dejes de mirar lo que no quieres ver- y los diferentes movimientos de la cámara -ahora máxima lentitud, ahora aceleración suprema, ahora 3D incorporado, ahora pasmosa apatía y desgana- son de lo mejor visto últimamente. Pero, ojo al dato!, todo ello envuelto en un formato nada atractivo que puede hacerte perder todas estas sorpresivas maravillas si no ves más allá de unos personajes cansinos y desagradables que no te dicen nada. Ahora sí, si logras pasar esa barrera e involucrarte en todo lo que te ofrece de fondo y altamente oculto, podrás apreciar la frase final de Brad Pitt, con la que se cierra la historia, golpe magistral, impresionante y de gran valentía que noquea y derriba al orgullo norteamericano en su más profunda raíz; una rotunda verdad, dicha inesperadamente y de forma impactante, que logra acallar cualquier discurso previo (sólo ella vale toda la película). Película perceptible sólo para unos pocos.  

Total recall


Sharon Stone es mucha Sharon Stone para poder ser olvidada! Y no es que Kate Beckinsale no realice un buen papel y se esfuerce en su papel protagonista pero..., intento vano! Por no mencionar al mítico Michale Ironside!!!; palabras mayores. De modo que la pregunta es clara: era necesario este pastoso remake que sólo ofrece a un Colin Farrell como sustituto decente de Arnold Schwazenegger?; aunque, bien pensado, es eso una galantería para el susodicho o todo lo contrario?; cómo recae este buen actor irlandés en este despropósito de proyecto? Qué ofrece Len Wiseman aparte de cargarse de un plumazo una película que nuestro recuerdo conservarba con estima y aprecio? Y la recreación del mundo de ficción, su población y demás complementos..., en qué estaba pensando? Por no hablar del guión y de sus estúpidas frases que pierden la gracia conforme salen de la boca de sus protagonistas! Intento encontrar algo bueno en este nuevo relato pero..., qué quieren que les diga? El film de Paul Verhoeven es demasiado bueno para merecer tan poca consideración hacia su persona y, por otro lado, qué es este relato sino una pifia más de la industria norteamericana que se repite más que el ajo y que no encuentra acomodo más allá de sus limitadas e insulsas narices? Guapos protagonistas para una triste historia que no está a la altura de lo que se esperaba. Muchas preguntas sin una decente respuesta que te llevan a una inevitable consideración final: mejor olvidarla.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Habemus Papam

El Papa dimite!!! es la idea principal de esta historia de Nanni Moretti que, aunque empieza bien y parece dislumbrar fuertes esperanzas, no consigue realizar su propósito más allá de una burla infantil de patio de colegio. Con una buena puesta en escena de la situación, con un guión original y un tema muy goloso y apetecible llama profundamente la atención y crea mucha curiosidad de hacia dónde quiere dirigirte la susodicha narración. Sólo que la misma no acaba de decidirse sobre el rumbo que quiere tomar; una presentación seria y formal de una posible crisis papal en el mismo conclave del vaticano o una socarrona comedia sobre la ridícula situación creada. Al final se decanta por la risa y las situaciones ridículas pero, incluso ahí, no cumple plenamente los requisitos. Teniendo en cuenta la ubicación, el emplazamiento y el protagonista, se echa de menos mucha más sátira e ironía en los fotogramas, un desenvolupamiento más grotesco y mordaz, más picante en la salsa mostrada. Los ingredientes eran ideales para dejarse llevar, sin muchos problemas, por este camino y conseguir que el público no se quedara con ganas de más risas, de más sarcasmo y virulencia, de una mayor satisfacción en lo visionado. No hay mala leche en el fondo del relato y se echa mucho en falta ese toque final de sátira punzante y corrosiva que hubiera sido explosiva, fulminante y sensacional dado el fondo religioso del asunto. A cambio, obtienes una historia correcta y muy respetuosa con la figura del Papa que deriva hacia la bobacidad de unos obispos que se aburren en el ejercicio de su cargo. El argumento y su contenido están profundamente desperdiciados. 


Todos tenemos un plan


La pregunta es cuál era el plan del director al realizar esta película? Porque la motivación de Viggo Mortensen se entiende perfectamente -incluso su participación en la producción- pues, la interpretación de dos gemelos opuestos, uno viviendo toda su vida a la sombra del otro, es plato que no se puede despreciar; combinar en una misma historia dos personajes antagónicos que se acercan desesperadamente uno al otro es irresistible. Pero..., el espectador lo único que observa es unos personajes que no le causan ningún tipo de interés, una historia lenta y apagada que en ningún momento consigue remontar, un tedioso relato que se empalaga hasta llegar a hartar dada su excesiva -sin ninguna necesidad, se mire por dónde se mire- e inútil duración. Ana Piterbarg se estrella contra un muro en su inepto y vanal intento de mostrar el regreso de una mitad perdida, a su malograda vida de infancia, para encontrar al hombre que nunca estuvo destinado a ser por mucho que se empeñe. Una buena caracterización, interpretaciones muy logradas, naturales y cercanas, que transmiten emoción, interés y una gran disposición en el espectador pero que no se ven reforzadas por la calidad de una historia que deambula y hace aguas sin saber de dónde sacar algo que mantenga el apego del ojo humano, la vista de un público que bosteza y decae lánguidamente. Triste no poder combinar la calidad de unos actores, de sus interpretaciones, con un guión a su altura. Imposible sustentarse con tan poco contenido!