Clásica película que gustará al pueblo llano, encantado de echar unas risas y pasar 90 minutos divertidos, pero que la crítica destrozará!!! Porque, para ser honestos, está llena de personajes antagónicos y diferentes, todos ellos muy bien definidos que, aunque resulten como equipo y provoquen una diversión garantizada no dejan de ser una pandilla de inútiles jugadores ya derrotados, viejas glorias que apenas se sostienen de pie acompañados de pescadores paletos cuyos entrenamientos son tan catetos como las burlas de los hinchas! Pero la verdad es que funciona!! Aunque al final flojea un poco, por la falta de emoción y carisma en el decisivo partido final -se precipita en su resolución enmascarando lo bien llevada y realizada que está en su recorrido-, es una genial comedia francesa, de risa espontánea y diversión asegurada -lo repito para dejarlo claro- sencilla en lo que muestra pero de gran contenido, agradecida sorpresa de gran disfrute. Y, aunque no es la típica comedia inglesa de crítica social, este relato francés sólo pretende mostrar un historia sencilla de jugadores echando los pulmones por la boca para ayudar a un pueblo pesquero en aras de perder su medio de vida; pretende tu complicidad y afinidad, que te unas a la fiesta y disfrutes de lo banal, costumbrista y de un cine llano que gusta al pueblo -vuelvo a repetirme-. Ríete a gusto!!!
En un thriller, uno espera la emoción de descubrir un enigma, pistas que poco a poco vayan dirigiéndote y enfocando el final de la historia, sorpresa e inquietud conforme avanza la misma, falta de respiración por segundos..., y podría seguir. Siendo gran defensora del cine español y de su mérito por sacar proyectos adelante, he de reconocer que esta película de Oriol Paulo no tiene mucho de éso; más bien, parecen retales unidos -por un lado la traumática relación del matrimonio, por otro la crisis personal de una pérdida-, cosidos y pegados con cierta gracia por momentos, para dar un espectacular giro final, sacado de la manga, y despertar al espectador bruscamente de un no-permitido sueño sólo para ver cómo acababa esta historia de ver y pasar. El tan alabado personaje de Coronado, aparte de su no-muy-acertada estética, no es muy estimulante y sus duelos con Hugo Silva no están a la altura. Con una buena ambientación y dirección, no lo es tanto el guión que peca de falta recursos y de ser un poco quebradizo; de ahí la necesidad de impactar a un público no perdido por un qué pasara cuyas expectativas no cumple. Curioso que acierte en la dirección y posición de la cámara pero falle en el guión cuando es en este género donde ya tenía experiencia! Demasiado larga para su contenido es un buen primer intento que se espera que mejore conforme se tenga más recorrido. Por ahora, sirve para entretener, dejar pasar los evidentes bajones, dejarte llevar por los quiebros que realiza y no ser dura en su juicio; palomitas te pueden ayudar a llevarla mejor!!!
Una semana con Barbra Streisand en un coche; da igual el acompañante, nadie puede hacerle sombra! Película realizada para deslumbre de la mencionada actriz aunque, sea dicho de paso, flaco favor se le hace dado su historia cinematográfico!; el guión es demasiado simplista, bastante insignificante y con escenas de tv-movie que todos sabemos de memoria por tratarse de clichés de relleno para disimular sus ausencia significativas. Presentada como comedia, de este genero tiene más bien poco; apenas logra conseguir de ti una risa espontánea a menos, por supuesto, que bajes mucho el listón de lo demandado. Con una memorizada dirección accesible para cualquier estudiante con un poco de empeño, poco hay que resaltar de la misma. Con un tiempo razonable de duración, es lo único que la salva de la hoguera! En conjunto es cómoda de ver, tolerable en varios aspectos, cine para la familia ligero de digerir, sin contratiempos inesperados y más o menos aguantable. Puede que lo mejor sea callarse y no analizarla mucho; no sea que pierda tanto que no quede nada!!!
Altibajos constantes en una historia, demasiado larga y que no acaba de convencer! Sin haber leído el libro y basándome únicamente en lo visionado, he de decir que a pesar del elenco de actores -especialmente secundarios- que desfilan por esta historia, los personajes y las diferentes situaciones que viven no acaban de causarte el efecto deseado; experiencias diversas, alocadas hasta el extremo, un vivir a tope la vida sin rumbo que no te dice mucho y, donde por momentos, te llega a aburrir su falta de acierto a la hora de trasladártelas, a la hora de hacerlas tuyas. Con una excelente actuación de Garret Hedlund, una limpia y hermosa fotografía de espacios abiertos y luminosos y una exquisita música, es lo mejor de la misma -incluso lo único-, dejando de lado las experiencias vividas por estos jóvenes que buscan intensas emociones no importa qué o quién; demasiado larga no consigue emocionarte, ni exaltarte agónicamente ni removerte en tu butaca; más bien todo lo contrario, te deja impasible. Demasiado pedir para tanto contado y tan mal rodado.
Profundo drama humano sobre las relaciones, los sentimientos humanos y lo ficticias que éstas son; duro golpe mortal a un humanismo ausente y totalmente destrozado, sólo presente en una utopía imaginativa creada por nosotros mismos. Con una feroz e impresionante actuación de Mads Mikkelsen -demostrando su gran desenvoltura más allá de los papeles violentos que le han caracterizado hasta ahora- esta historia danesa, sobre la fragilidad de nuestras relaciones, sobre la falta de caridad, consuelo y las inmensas ganas de destrucción, de acusación no importa la fundamentación de éstas es inmensamente cruel y despiadada para con nuestras almas vacías, exponiendo maliciosamente la cárcel que rodea al hombre en su vida cotidiana -relaciones de familia, amistad, amor...-, en una sociedad que no sólo no nos libera sino que nos enfrenta y aprisiona destructivamente hasta aniquilarnos por completo. Este brutal reflejo sobre nosotros mismos, te atrapa desde el minuto uno, te mantiene en tensión, te conduce por sus senderos y únicamente te suelta cuando ha conseguido de ti todo lo que quería. Disfrute de relato, intenso en todos los sentidos, que te saciará y cautivará. Vida y muerte, para nada enfrentadas sino cogidas de la mano y separadas por un segundo que para nada depende de ti. Excelente drama danés sobre la debilidad de nuestra propia naturaleza.
No voy a ser cruel con esta película; la verdad, ofrece lo que esperas. No engaña a nadie. Historia de amor dulzona, con sus pautas bien marcadas, sin salirse un milímetro de lo esperado; pastelón romántico escrito de memoria por un Nicholas Spark experto en estos menesteres. Puro estandar romántico, con postales idílicas de fondo ambiental y un guión no satisfactorio -copia supervisada del propio escritor- donde, seguramente, la lectura del libro traiga más placer que la propia visión del mismo; no alcanza una gran proyección, se queda en agua de borrasca. Poco demandan aquellos que vean en esta visión romántica algo que valga la pena más allá del guapo y la guapa, del malo de turno y del "happy ending"; aparte del toque final, fantasmada total nunca mejor dicho. Escrita de memoria y rodada del mismo modo, sobresaltos ninguno; más bien aburrimiento por la poca chispa de un drama romántico no muy bien entendido.
Película de incoherencia total donde la desavenencia entre la crítica y el público es claramente manifiesta; la primera la elevará a los altares por su originalidad y atrevimiento, el segundo no será capaz de acabarla sin sentir la necesidad de salir de la sala. Dilema que se repite muchas veces! Siguiendo la estela de "El árbol de la vida" -copia del formato minimalista que esta ya expresaba- no consigue llegar al espectador; te cansa y aburre observar dos horas sin diálogo, sólo narración y postales fotográficas, pensamientos abstractos, silencios eternos, miradas que no expresan nada, escenarios vacíos y fríos... Es agotador la visión egocentrista de este director y escritor que confunde los términos interesante e inédito; se pierde por un camino que no sabe transitar porque ni él sabe dónde va. Por otro lado está el papel de Javier Bardem y sus 15 minutos en pantalla; no se entiende que pinta en medio de esta exaltación exagerada del amor y la pareja. Intentas encontrar algo que te atrape de la misma, no perder la esperanza de que lo observado te conmueva..., todo ello sin éxito ni gloria. Presentar un formato diferente, único y distinto es de agradecer; darte con un canto en los dientes por volar demasiado alto y soñar metafísicamente con la máxima realización ideal es perder a tu público. Mejor bajar a tierra y ser más mortal!!!
Gus Van Sant se sale de su registro habitual para presentarnos, junto con la colaboración imprescindible -lleva el peso de toda la historia de forma loable- de un Matt Damon que se implica en esta producción mucho más allá de la actuación. Cine con contenido, con una postura a favor clara desde el principio, cuyo mensaje es directamente lanzado -apuesta por proteger un estilo de vida- y que resulta mucho más ameno que el típico discurso medio ambientalista en la sala de un hotel. Una dirección sencilla, con escenas transparentes y diálogos nada complicados pues no es lo importante. Un Matt Damon que encarna al hombre bueno y decente que, estando del lado equivocado, de repente ve la luz -incluido sincero discurso final de arrepentimiento- para encontrar la felicidad; justamente, el único "pero" que se le puede achacar. A pesar de que es llevadera, de una dirección correcta, un guión cristalino e interpretaciones al uso no dejo de imputarle un formato demasiado clásico, poco trabajado, una elaboración de la trama mucho más interesante y atractiva -lo es a medio gas cuando saben y pueden hacerlo mucho mejor- para venderme su producto. Dado el director y actor mencionados, tienen mucho más que aportar -si hubieran rascado un poco más- que un relato tradicional y demasiado sencillo cuyo desarrollo no es ninguna novedad. Demasiado inteligentes son los mencionados personajes -tanto el director como el actor- como para conformarse con tanta ingenuidad; simplicidad que molesta un poco!!!
Aquí vuelve la máquina norteamericana, capitaneada por su mayor estandarte, para mostrarnos su gran poderío en la producción de películas de ficción; espectacularidad visual, efectos magníficos y una gran tecnología son los avales de esta nueva entrega futurista. Sólo que da la sensación de no aportar nada nuevo, de ser más de lo mismo, de no tener un contenido acorde a la ficción presentada. Incluso la trama no resulta ser novedosa -visto muchas veces-, y aunque Tom Cruise intenta salvar la papeleta y llenar los claro-oscuros, muy patentes, del guión, éste no aporta suficiente interés para su excesiva duración. Olvidada la parte humana y su explotación frente a la malvada máquina, el despliegue técnico con ausencia total de emoción y sensibilidad no cubre las necesidades del espectador; agotamiento de imágenes de relleno que intentan hacer olvidar el fraude de un contenido vacío de atractivo. No es suficiente la tecnología, efectos visuales y todo el adorno para convencerte de no atender a la esencia humana cuando..., en este tipo de historias de grandes aderezos y mucho ruido es esa parte extraviada la que compensa y da sentido a todo lo demás. No es que defraude, no es que sea para olvidar, es que tus expectativas son demasiado altas para lo que vas a visionar; no esperes tanto!!
El argumento es de más interés que la propia película!!! Adolescente perdida ante la novedad de los hechos descubiertos, necesidad de buscar sus raíces y encontrarse, saber de dónde vienes para saber quién eres; telón de fondo para una película sosa e insustancial, pesadamente larga, que conforme avanza se vuelve más y más empalagosa, que no encuentra el rumbo -no sabe moverse en todos los contextos que mezcla-, con una fotografía prefabricada sacada de cualquier tarjeta de felicitación y unos personajes nimios y poco maduros. Pensada -o debería ser así- más para la televisión que la gran pantalla, lo que en un inicio puede parecer interesante y arduo de llevar, pronto deriva a un claro mensaje anti-abortista, un alegato a favor de la familia que se podría soportar si no fuera por la baja calidad del guión, conversaciones poco trabajadas, nada cuidadas en un relato que acaba perfilándose como romanticismo simplón y sobrante. Un descontento sorprendente dado el arranque inicial y las posibilidades de la misma. Para dejarla pasar y no pensar mucho en el despropósito de mezcla combinada que exhibe esta historia; no hay nada peor que abarcar mucho y destacar por nada!!!
Con la tranquilidad de tener toda una carrera cinematográfica a tus espaldas y la seguridad de no tener que demostrar ya nada, se nos presentan estos tres grandes actores -Al Pacino está magnífico- sin miedo al ridículo, vacíos de pudor no conocido y, disfrutando de una espléndida actuación que no esconde nada; el esperpento de una vejez dignamente llevada expuesto en la gran pantalla, reunión de colegas para correrse la última gran juerga -Resacón en las Vegas no tiene nada que envidiar-, adornado con una fotografía muy urbana y una música bien elegida. Esta rememoración del gangster de años pasados no es una comedia abierta, es ácida y dolorosa por el patetismo realista de una época perdida y de un final donde el sitio ocupado no es el esperado; sólo con algunos toques, innecesarios, de pretensión humorística la película tiene mucho más valor por sus protagonistas que por el guión. Con todo, no estoy para nada desprestigiando la historia; es una presentación del precio y de las consecuencias a pagar en la vida muy agudo y perspicaz, retrato triste de un pasado glorioso que ya no llena; sólo que dado el nivel de los actores, parece más diversión para los mismos haberla realizado que para ti su visionado. Pero qué importa cuando puedes ver a Al Pacino tomando viagra y jugando al western en medio de la ciudad!
Miguel Courtois ha realizado un film impactante, humanamente emocionante, de gran colisión visual y sentimental, con un trasfondo político que se desvanece conforme el nivel personal de la historia va subiendo escalafones; película que va de menos a más hasta introducirse en tu interior de manera rotunda, con un relato amargamente repugnante, basado en unos hechos reales que te horrorizan y aniquilan por igual. Un impresionante -una vez más- Luis Tosar, que lleva toda la carga de lo hechos sucedidos con una magnificencia extraordinaria, dándole un formato único y aceptable de manera excepcional a un personaje que representa a tantos y tantos padres de familia que se quedaron por el camino de manera injusta y espantosamente dolorosa. Si ya es suficiente la espectacular actuación de este consagrado actor español como excusa para ver esta película, a ésto se le ha de añadir una dramática historia humana, grandiosa en humanidad a la vez que desgarradora por su veracidad. Una dirección sencilla que deja que la historia sea la protagonista y una puesta en escena muy honesta hacen que este suceso dignamente contado y honorablemente relatado sea merecedor de tu tiempo. Trabajo que deja huella y penetra en el alma del espectador.
Prometía mucho más de lo que en realidad ofrece!!! Dejando de lado el despropósito de traducción que se ha realizado del título "Orange" -es una polémica que ya he comentado en otras ocasiones- es increíble como se ha desperdiciado la presencia de actores como Hugh Laurie, Allison Janey, Catherine Keener u Oliver Platt, quienes tienen un talento especial para la comedia; tiene buen ritmo, empieza con grandes pretensiones de romper lo establecido y provocar un escándalo, pero pronto se vuelve a un conservadurismo impropio de lo que presentaba o pretendía. Con toques aislados de buen guión y escenas contadas de verdadero disfrute, se nos presenta como comedia dramática independiente cuando, en realidad, es tan pusilánime como muchas otras; intentado romper con algunos tópicos, no consigue hacerse notar por la falta de profundidad en la definición del rumbo marcado. Juega a salirse de la línea cuando, no obstante, ni quiere ni lo consigue. Pero, especialmente, es la sensación de haber desaprovechado una gran oportunidad dado la presencia de actores propicios para este tipo de género y el inicial proyecto presentado. Muchas perspectivas de formato que se quedan en superficie vacua! Con todo, tiene un ritmo y una calidad más alta que la media.
Lástima que no se cumpla la expectativa de gran promesa que uno avecina!! Se queda rota y descompuesta por el camino. Película futurista cuya base es la historia de amor entre dos personas de mundos diferentes pero interconectados y condenados a no poder encontrarse nunca. El relato de amor es demasiado simple, no profundiza ni extrae el jugo a las emociones que podrían llegar a darse, se queda en una inmadurez del guión muy obvia; aparte, no explota la actuación de Jim Sturgess y Kirsten Dunst que tienen mucho más potencial interpretativo que el visto. Respecto la parte de ciencia ficción, empieza muy fuerte, con grandes perspectivas originales e interesantes pero, pronto se convierte en un reflejo de cómo funciona nuestro mundo, involuntario acto de no-avance humano, todo ello a pesar del bonito envoltorio utilizado para no aparentarlo. Demasiado precoz es Juan Diego Solanas para enfrentarse a este proyecto; que sea participe del guión confirma su incapacidad para rematar y completar lo que, a todas luces, era un film con mucho potencial. Con un trayecto truncado conformarte con las pequeñas dosis de gran talento que se visionan. Otra vez será!
Gran esfuerzo mejicano por llevar a la gran pantalla la guerra civil que tuvo lugar en 1926 entre los cristeros -grupo de rebeldes amenazados de persecución por defender a la Iglesia Católica- y el Estado; la pregunta es si es suficiente el sacrificio, ahínco y las buenas intenciones para darle la bendición -nunca mejor dicho- a esta historia. La historia pesa de dramatismo, de telenovela que busca provocar la misericordia y ternura del espectador. Con tintes a western del oeste, es un trabajo que tiene desniveles; lo importante es la historia que cuenta, hechos reales de la vida de este país pero, como drama histórico tiene bastantes ausencias y lagunas tal vez por la falta de experiencia en este tipo de géneros. Con el atractivo de dos figuras importantes del mundo hollywoodiense, Andy García y Eva Longoria, y el merecido reconocimiento que implica su realización para aquellos que dieron su vida por sus creencias religiosas, es lo único que vas a encontrar. No busques un buen film sobre la guerra; es un, extrañamente, dulce y singular relato sobre personas que dieron sus vidas por sus ideales y creencias, por la inamovible fe de un cristero.
Shacha Gervasi realiza una correcta y exacta interpretación del libro de Stephen Rebello en el cual se basa toda la película; es el análisis, ni mejor ni peor, que se puede deducir después de su visionado. Con una dirección, tan eficaz como para no destacar -ausente en silencio pero presente en resultado- lo fundamental de este relato es dejar a los dos protagonistas llenar la pantalla, interpretar sus papeles y atraer al espectador. Y ese es el centro de la historia; la actuación de estos dos grandes actores, Anthony Hopkins y Hellen Mirror, ya curtidos en experiencia y halagos, que saben realizar muy bien su trabajo y que no necesitan más que la palabra "acción". La curiosidad se encuentra en descubrir la personalidad de este gran director de cine, su relación con las mujeres, consigo mismo y, fundamentalmente, la que mantenía con su esposa, pilar fundamental del film -incluso destaca por encima del mencionado patrón de la cámara-. Que te guste más o menos sólo se apoyará en la visión -acertada o no- que realiza el libro sobre este legendario personaje pero, nada podrás decir en contra de su perfecta e impecable realización para la gran pantalla.
Siempre es un placer ver actuar a Ricardo Darín, y en esta ocasión, vuelve a exhibirnos con su interpretación; otra cosa es que su personaje no alcance para mucho pues no hay mucho dónde rascar. Vaya por delante que la comparación con El secreto de tus ojos es todo un despropósito; ambas películas salen perdiendo, una excelente, la otra no pasa del aprobado. Se nos presenta un personaje muy hermético, cerrado, con el que tardas en conectar y que parece copiado del Mentalista -oídos y ojos perciben a cámara lenta lo que al resto de mundanos se nos escapa-, con un don para la adivinación futurista que le conduce a su propia autodestrucción. El duelo interpretativo de perseguido y perseguidor tiene buen nivel, el guión aprueba; sólo que es muy previsible, puedes anticipar fácilmente la resolución hacia la cual te conduce. En ese sentido es decepcionante. No hay mucha sorpresa. A eso le añades el final frío y cortante que realiza -te quedas sentado en la butaca esperando que vuelvan a conectar la película por error- y no resulta, realmente, un impactante trabajo sobre la resolución de un crimen, sobre el desvarío de una maduro profesor de derecho que es vapuleado, tontamente y con una narcisismo burlón, por un estudiante que se ríe de él y lo maneja a su antojo. Un aprobado es lo más que se le puede sacar a este nuevo trabajo del siempre añorado maravilloso actor argentino. Pero, por Dios! ves a verla y disfruta de él.
Steven Soderbergh destruye, torpemente, su propio trabajo!; con un comienzo y desarrollo magníficos, atrevido por contenido y fuerza narrativa, lo arruina todo por realizar un giro de 360 grados, innecesario, poco entendible y recurso fácil ante la posibilidad de no haber causado el efecto deseado. El error es que lo había conseguido; en los primeros 100 minutos logra atrapar al espectador con su discurso, con su ataca al abuso de la industria farmacéutica con respecto a los medicamentos y el mal-uso y diagnóstico de las enfermedades mentales -epidemia de nuestra cultura y del siglo que vivimos-. La interpretación depresiva de Rooney Mara es perfecta, acompañada de la decente presencia de sus dos compañeros de reparto, Jude Law y Channing Tatum -lo peor, la presencia y caracterización de Catherine Zeta-Jones. Pero, de repente, en los últimos 10 minutos, nos encontramos ante un thriller calculador donde la protagonista ha realizado toda una conspiración para llevar a cabo sus maléficos planes. No acabas de creértelo -el cambio de rumbo es sobrante y perplejo-, no ves a la protagonista fría, insensible y llevando a cabo lo supuesto -en su momento, si fue creíble Edward Norton en Las dos caras de la verdad- y lo que era todo un argumento, bien desarrollado y presentado, contra una sociedad narcotizada que se deja llevar por la toma de pastillas sin control, con tanta fuerza y vigor que se aferra a ti en busca del final deseado y previsto -ataque al gran coloso de nuestra era-, se convierte en puro teatro para ocultar el acto más viejo del mundo, asesinato por amor. Pierde un gran fuelle, lo pierde prácticamente todo, por creer imperioso un brusco viraje; parece que el susodicho directo no estaba muy seguro de su propio trabajo. Lástima, el espectador si lo estaba!
Historia basada en la novela "La palabra más hermosa" y llevada a la gran pantalla por una Penélope Cruz, absoluta protagonista, que sustenta y sobrelleva todo el peso de la misma. Con la gran afinidad que le une al director Sergio Castellito para mostrar todo lo que éste solicita, su difusión interpretativa se come a la de su compañero, Emile Hirsch, pasando éste a un segundo plano. Se nos muestra una historia de amor y como esta se desenvuelve, con sus amarguras, obsesiones, desencuentros, pasiones descontroladas..., y todo lo que forma parte de esa clase de amor que te vuelve loco, haciéndote creer capaz de volar pero que, al mismo tiempo, te puede derrumbar y destrozar; la guerra de los Balcanes y el escenario de Sarajevo -apenas explotado-, sirven de excusa para colocar un escenario dramático y cruel pero, perfectamente podría haberse desarrollado en la eterna y romántica París. No es una gran historia de amor -el guión adolece de falta de madurez en ese sentido-; es una historia más entre una pareja que se enamora y decide vivir ese amor, con todo lo que ello conlleva de bueno y malo. No da para las dos horas de duración; la olvidada hora y media de duración hubiera sido suficiente para desplegar todo lo que tenía en mente. Y la explosión final, que sobreviene a los últimos 5 minutos de la misma, parece adherida, de forma repentina, para despertar al público bruscamente y causarle una sensación de ansia e inquietud, rechazo y asco, asquerosidad y esperpento por lo que el ser humano es capaz de realizar; como la localización del relato, es aceptable pero no necesaria; último recurso para adornar una correcta historia romántica que dice lo justo. Es una aceptable, adecuada -incluso apetecible- historia de amor pero , no llega más arriba en su calificación.
Josh Radnor, conocido por la serie "Cómo conocí a vuestra madre", interpreta, escribe y dirige esta película, catalogada como comedia romántica y, ha sido comparado con el mismísimo Woody Allen en sus principios. Respecto lo primero, se alaba su atrevimiento y tiene gran futuro por delante; respecto lo segundo, es una exageración y una fanfarronada que para nada le beneficia. Con relación a la propia historia, tiene conversaciones muy interesantes, trata temas del mismo nivel, sugestivos y cautivadores por igual, que te atrapan y desvelan esperando recibir mucho más; el único retroceso es que abarca demasiado, no los trata con profundidad, sólo pasa por encima, simplemente mencionándolos, lo cual hace que te pierda, que no acabes de engancharte y te separes del propio relato. Por tanto, es un toma y daca; te satisface, te gusta y deleita pero no lo suficiente pues esperabas muchas más sensaciones, que se completará lo empezado. Es esperanzadora la línea elegida por este actor; aún le queda mucho por explorar y avanzar pero, si no pierde el rumbo, tiene mucho que decir. A esperar y gozar con este decente film sobre participar de la vida y dejar de mirar como ésta pasa de largo.
