sábado, 20 de abril de 2013

Tierra prometida

Gus Van Sant se sale de su registro habitual para presentarnos, junto con la colaboración imprescindible -lleva el peso de toda la historia de forma loable- de un Matt Damon que se implica en esta producción mucho más allá de la actuación. Cine con contenido, con una postura a favor clara desde el principio,  cuyo mensaje es directamente lanzado -apuesta por proteger un estilo de vida- y que resulta mucho más ameno que el típico discurso medio ambientalista en la sala de un hotel. Una dirección sencilla, con escenas transparentes y diálogos nada complicados pues no es lo importante. Un Matt Damon que encarna al hombre bueno y decente que, estando del lado equivocado, de repente ve la luz -incluido sincero discurso final de arrepentimiento- para encontrar la felicidad; justamente, el único "pero" que se le puede achacar. A pesar de que es llevadera, de una dirección correcta, un guión cristalino e interpretaciones al uso no dejo de imputarle un formato demasiado clásico, poco trabajado, una elaboración de la trama mucho más interesante y atractiva -lo es a medio gas cuando saben y pueden hacerlo mucho mejor- para venderme su producto. Dado el director y actor mencionados, tienen mucho más que aportar -si hubieran rascado un poco más- que un relato tradicional y demasiado sencillo cuyo desarrollo no es ninguna novedad. Demasiado inteligentes son los mencionados personajes -tanto el director como el actor- como para conformarse con tanta ingenuidad; simplicidad que molesta un poco!!!  

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