viernes, 17 de marzo de 2017

Paterson

Historia sobre un conductor de autobús y poeta aficionado sobre las pequeñas cosas llamado Paterson, que vive en Paterson, New Jersey.


La vida, tal y como es.

Retrato de la vida en si misma, con sus rutinas diarias, sus conversaciones repetitivas, sus gestos cotidianos, con esas obligadas y elegidas costumbres, que conforman tu entorno y abrigan a tu persona.
Mismos lugares, de idéntico recorrido, donde los pasos andan sin preguntar, con sus esperadas caras, de expresión y narrativa consabida, donde sólo ocasionalmente algo cambia, con ese inesperado suceso que desvela de la adormecida existencia, para volver al recogimiento de ella, una vez superado.
Por momentos uno se aburre/por tiempos uno se entretiene, pauta de distracción y obligación, con sus simpáticas intrigas, que se entremezclan en un conjunto que acepta una felicidad media, constante en su ofrecimiento, que no alcanza máximos/tampoco se desploma hacia mínimos indeseados.
Agradable porcentaje de 24 horas que da cabida para todo, a la vez que puede englobar nada; Jim Jarmusch expone la sinceridad de nuestro presente, esos específicos lunes, martes, miércoles, jueves y
viernes, con ese movido sábado y domingo que precede a un nuevo reiterativo lunes, sólido molde al que se retorna, tras sucumbir a esa alternancia que no domina, pues sólo está de paso.
Adam Driver está perfecto como prototipo común del transcurrir de los días, de la resignación aceptada, de la humildad encantada, del bienestar simple, de la inspiración de las insignificantes cosas, con sus pequeños detalles, que nos abarcan, pero pasan desapercibidos para la mayoría.
La creación artística está en cada uno de nosotros, hay quien la encuentra y disfruta/hay quien ni se molesta en atenderla, vale para darla a conocer/vale para la intimidad propia, donde lo importante es que
tu interior no esté vacío, sino que sea la ilusión la que presida su alimento.
Puede cansar por tramos, aunque en su global aceptes el gusto de la idea; al igual que lo que cuenta, unas escenas saben mejor que otras, unas horas llenan con mayor satisfacción que otras.
El comienzo de la semana siempre es pesado, mejora conforme te acercas al fin de semana, el cual gozas en su escogida actuación variante, para volver a ese lunes autómata y repetir el ciclo que define nuestra existencia.
Paterson, uno más de nosotros.

Lo mejor; su honestidad argumentativa y su actor protagonista.
Lo peor; que no interese lo corriente de una exclusiva vida.
Nota 6,3
fotografía 6 guión 7 realización 6 montaje 6 música 6 interpretación 7



domingo, 12 de marzo de 2017

United states of love

Año 1990. Polonia acaba de abrirse al capitalismo. Entre la novedad de las cintas de VHS, las clases de aerobic y los discos de Whitney Houston, tres mujeres intentan lidiar con la represión sexual y los amores insatisfechos.


Heroínas del silenciado reclamo.

“¿Eres feliz?” “Si.” “Yo también”, y allá que, estas tres mujeres, en su profunda soledad y desesperación de solícita compañía no atendida, en maltrecho presente devorado por la decepción del devenido desenlace obtenido, que ni avanza ni va a ninguna parte, más allá del dolor de estar sin ser ni sentir, ofrecen su lucha diaria, envuelta en mentira seca por no desfallecer, en una asfixiante rutina que nada aporta, que únicamente oprime y obliga sin recibir compensación alguna a cambio.
La polaca gelidez de la tierra, marca el temperamento y carácter de unas erráticas almas que se abren a la Europa del capitalismo, pero que continúan atrapadas en un desconocido limbo, marca de la casa, región de nadie; amor, cariño, comprensión es lo que se busca, es lo que se pide, es la súplica de dos hermanas y una vecina que tendrán que lidiar con lo habido y lo desaparecido, incluso lo jamás obtenido, que ni está por venir.
El cine del este no pierde el tiempo en la comodidad y suavidad expresiva del cine comercial, su relato se decanta por la sinceridad viviente de quien permanece sonámbula y rota, pero siempre en pie; la dureza de los sentimientos, el ahogo de sus protagonistas y la ambientación pretérita son las losas de un argumento sólido, áspero y tirante, que no tiene piedad ni consideración pudorosa a la hora de exhibir una sexualidad corporal, que busca cubrir el anhelo de una completud emocional, nula e insatisfecha.
Para público específico, fanático de un interior dramático, poco ilustrativo en su cara externa; no se esconde entre abundancia de palabras falsas, relata con escasez de absorbida concisión.
Compartida demanda, cercana en su oculta sensibilidad/lejana en su muestra explosiva; su perseguida intimidad atrapa, golpea y desconsuela.
Esencia común, de triste historia, para unos estados unidos del amor heridos y maltratados; el lloro cesa ante una reinante conformidad.

Lo mejor; el vacío afectivo revelado.
Lo peor; su arañada narración no es de recurrido acceso.
Nota 6
fotografía 7 música 5 realización 6 interpretación 7 montaje 5 guión 6



lunes, 6 de marzo de 2017

Schneider vs Bax

Dos hombres, un asesino a sueldo y un escritor, tendrán que luchar entre ellos por la supervivencia. A Schneider, asesino a sueldo y hombre devoto de la familia, se le encarga justo en la mañana de su cumpleaños que liquide a Ramon Bax. Bax es un escritor de 50 años que vive recluido en una cabaña junto a un lago. Lo que en principio parecía un trabajo fácil, acabará convirtiéndose en mucho más de lo que cabría esperar.


Uno más uno, una incoherente multitud.

¡Qué difícil es a veces hacer bien tu trabajo!, ¡efectuar tu quehacer convenido!, pues el destino parece querer evitar que cumplas con lo pactado, que te desvíes de tu propósito, que cedas en tu empeño, cuando lo único que quieres es matar a tu objetivo y volver a casa a cenar con tu familia.
Obstáculo tras obstáculo, éstos no dejan de aparecer, molestar y malmeter, y ya ni morir uno tranquilo, a la hora dispuesta ¡le dejan!; dinero tirado a la basura, si no se ejecuta el contrato pero ¿quién debe morir realmente?, ¿cuál es el motivo de todo este desmadre?, pues ahí reside la ironía; y todo tiene lugar el martes, el día de suerte de la semana, imagina ¡cómo será el resto!
Una casa solitaria, en medio de un pantano restringido, por el que se cuela más gente que por la avenida del pueblo, y todos liándola sin saberlo entre estos dos compañeros de armas, ahora enfrentados por tarea encomendada.
Diferentes frentes se abren, todos relacionados, cada uno con su profundo recelo en el cual no se indaga,
únicamente se deja colar, mientras se reparte speed como ¡si fueran caramelos!
Más que graciosa es irónica, más que una comedia es una tragedia de humor negro, cuyo duelo final es de tensa acidez acumulada; un jefe traidor y los dos profesionales colegas a cumplir con su labor, sin saber, sin dejar testigos, sin consuelo ni pena, sin remordimientos, para volver a esa personal existencia donde se es devoto o árido marido/cariñoso o inútil padre.
Deja la sensación de no haber exprimido todo su potencial, de haber perdido la oportunidad de hacerla más oscura, perspicaz y pícara; cumple con el protocolo establecido de quien, con un trabajo complicado, de oculto resorte y disfrazada máscara, deja ver lo mínimo para satisfacer en la enseñanza y
muestra de su ocupación y lo exigente y enredada que ésta puede llegar a ser.
Una doble identidad que afila y aturde el comportamiento, la divergencia de la mente humana, el yo y el mi, uno público y social/otro íntimo, secreto y perfeccionista en el alcance obsesivo, de sus deseos más recónditos; un guión que carece de ambición, en esa muestra opuesta de dos seres, que coinciden en su no desvelada faceta interior.
Por momentos estéril/por momentos ridícula, rígida parodia que vive de tropiezos inoportunos, de enfilada sequedad, de prototipos genéricos, de aspereza sentimental, del desorden dentro de un programado calendario, que debe ser satisfecho a tiempo estipulado.
Hay suspense, hay despropósito, hay tirantes, hay irrisoria rareza, combinada con la incertidumbre del resultado y la indiferencia del enigma; su mira es austera, impasible y gélida, no busca el consumo comercial, de ahí que pierda a muchos cómodos consumistas y mantenga a los ávidos, de lo ya
contado, pero con estilo propio y de personalizado carácter.
“Schneider vs Bax”, la familia ideal contra el alboroto del sinsentido, calma y confort contra un revuelto de emociones dañinas y perturbadas, la meticulosidad frente al desconcierto; sólo uno puede quedar en pie, a ninguno le va bien el momento ni el día elegido, pero no queda otra, sus pertrechadas esferas, de seres engañados, extraviados y confusos, están en marcha, hay que realizar la faena.
..., y la mejor técnica de distracción y perdón ¡para la deprimida hija!

Lo mejor; su marcado sello holandés.
Lo peor; el límite absorbente, en sus retorcidos personajes.
Nota 5,8
interpretación 5,5 guión 6 música 5 fotografía 6 realización 6,5 montaje 6