miércoles, 30 de abril de 2014

Infierno en Alabama

Infierno en la tierra, pesadilla de hogar, tortura familiar, asedio de sentimientos y emociones atroces que conviven con la persona día a día y van carcomiendo su interior cual virus maligno que se alimenta de tu esencia más inocente y vulnerable; un frío y distante progenitor que lo impregna todo con su maldad más recóndita, frustrante ineptitud sensitiva y emocional que contamina con su presencia cualquier posibilidad de una digna y estable existencia. Una familia destrozada por el desbarajuste anímico y estado desequilibrado de sus miembros, por la desesperada necesidad de un amor paterno solicitado pero nunca hallado que devora sus existencias cual demonio que busca saciar su perversa y oculta hambruna nunca satisfecha. Billy Bob Thornton realiza un trabajo sensible y delicado de intensidad tenue y sutil, una tensión y adrenalina perceptible que inunda el espacio e impide el sano respirar pero que no logra explotar sus variantes más dramáticas e intensas: una historia con muchas posibilidades de drama, opciones profundas de conflicto y estallido emocional escogiendo el actor-director responsable de la misma la versión más suave y ligera de todas las posibles. Es un buen relato aunque liviano y fugaz, inconsciente levedad que no permite profundizar en unos interesantes personajes cuya variedad permite crear un juego más activo y perspicaz; calibración media por un único y breve momento espontáneo de humanidad y proximidad familiar cuyo motor enajenado que lo pone en marcha es súbitamente interrumpido con consecuencias terribles para quienes se atrevieron a aliviar su mente y alegrar su desamparado corazón. Un melodrama de tintes dispersos, nulidad afectiva ocasionalmente aliviada pero de resultados trágicos y terribles bien rodado, actuado y relatado, un compendio suficiente pero no completo; la nave se mueve azarosamente, se tambalea exhibiendo sus palpables y venideros peligros pero el anunciado oleaje del alterado mar no logra derivar su inexpugnable fortaleza, no permite observar ni sentir su explosión interna.




martes, 29 de abril de 2014

Pompeya

Conforme empieza la película el recuerdo de Gradiator es inevitable, automática la aparición de su figura y la comparación horrible, dañina y espontáneamente melancólica pues sale claramente perdiendo este filme, las desventajas son evidentes y palpables a simple vista; le das una oportunidad y continuas; aparece la historia de amor y es floja, débil, nimia, sin contenido ni pasión, poco creíble.., cutre vamos; observas la parte épica, histórica y apenas te dice nada, no impresiona; los actores, mucho musculito pero no transmiten emociones, ni el poderío y la fuerza del papel que representan. Y van pasando los minutos; la acción, lucha y los combates medio compensa pero no satisface completamente, los diálogos mejor evitar su comentario. Y por fin, llega el volcán; bienvenido sea!!! Fuego, lava, destrucción, terremoto, inundaciones, un tsunami..., por fin la ansiada diversión!!! Total que al final admites que es una película medio entretenida, que te has medio divertido gracias a los últimos momentos y las escenas finales, su corta duración y a un cráter que cubre las carencias de todo lo anterior. El grandioso nombre de Pompeya queda representado de forma muy pobre e insignificante; si utilizas su renombre para rodar un relato histórico de acción y amor debes estar a la altura -ser espectacular, impactante, esplendorosa...- no quedarte a la mitad de todo y al principio de nada. Que el sabor en su conjunto sea aceptable gracias a un postre rotundo y gustoso que intenta compensar un primer y segundo plato poco atractivo y apenas efectivos no quita el desaborido gusto poco fructuoso de un comienzo torpe y poco intenso que no luce ni capta la mínima esencia de esta mítica ciudad y lo que simboliza. Un resultado medio cuando buscas algo espectacular..., malo, produce un inesperado resquemor y una ligera insatisfacción aunque..., si esas eran las pretensiones iniciales de Paul Anderson entonces lo respeto; no todos aspiran a la grandeza!!!




lunes, 28 de abril de 2014

El heredero del diablo

Qué aburrida es la llegada del Anticristo, por Dios Santo -valga la ironía-!!! Te pasas cincuenta minutos esperando la impresionante, escalofriante comparecencia del maligno belcebú -agradecida y amena presentación de la historia y sus antecedentes- y para cuando se presenta hace menos ruido que mi abuela roncando!!! No es que sea poco original, más de lo mismo, muchas veces visto..., es que no entretiene, ni satisface ni impresiona, es que aburre!!!. Te desesperas ante tanta espera pues el anhelado susto, temor, terrorífico gran momento sigue en la cola del paro buscando trabajo, un empleo más fructífero que esta mediocre obra de teatro, pantomima que no cumple los requisitos mínimos. Dejando el sarcasmo a un lado, si yo que no soy aficionada a las películas de terror estoy tan poco contenta, insatisfecha, decepcionada -y podría seguir y seguir...- no imagino la opinión de los que gustan de este género. Por una vez y como toque de atención -castigo mínimo que se merecen- por su falta de interés en hacer una buena y decente película, una baja taquilla les golpearía donde más les duele: el dinero.




domingo, 27 de abril de 2014

Azul y no tan rosa

Esto es lo que soy, y qué? Afirmación de identidades, confirmación de la personalidad, seguridad de uno mismo entre en grupo de amigos, cuatro variados personajes que representan todo un abanico de emociones y sentimientos diversos -alegría, tristeza, soledad, rechazo, falta de confianza, maltrato, añoranza, desesperanza, ilusión, reproches, intolerancia...-, mostrado a través de variadas y alternativas relaciones -heterosexuales, homosexuales, filiales, parentales...-donde prima por encima de todo la amistad y el amor; dulce y encantador relato venezolano del avance de la vida con sus atropellos y calamidades, resquicios y pesadumbres, turbulencias a superar en nombre de una merecida justicia, lucha existencial por la digna supervivencia. Su visionado es agradable, tierno y esperanzador, sonrisas y lágrimas de pequeñas historias que enternecen y contentan al corazón, tibio júbilo de una sentida alma que llora, sonríe, se entristece y alegra a la par que sus protagonistas; de fácil recorrido y entretenimiento asegurado, cautiva y seduce lo suficiente como para sentir todas las pasiones y emociones vertidas. Dejarse envolver es sencillo y ligero, asequible y apropiado, oportunidad no desperdiciada de olvidar temporalmente tu ser y sentir plenamente el espíritu de lo relatado.




sábado, 26 de abril de 2014

Matterhorn

La alegría de abrirse a la vida, la fiesta de la emocional existencia, el descanso de poder respirar, la gratitud de un enorme abrazo, la deseosa liberación, el grito desesperado de la felicidad, la pícara sonrisa de quien se sale del camino marcado y encuentra el suyo propio, la envidia que corroe al que no se atreve, el vacío de un cielo engañoso; marcado anclaje y supervisión de una estricta comunidad echado a la basura, quebrantamiento del estricto orden establecido y apertura al más hermoso y querido caos, un espíritu que siente y cobra vida al abandonar la robótica pauta de sus actos, un no-pensar repetitivo que no te exime del dolor más profundo sino que lo agrava intensamente creando un hondo poso de infelicidad. Una película peculiar y especial para un personaje curioso y distinto y una forma de actuar llamativa e interesante que domina el relato, centro de todo el metraje, siendo su característica más notable; su ausencia de diálogos, su nula expresión de emociones, su catarsis sentimental, su austeridad contextual, su limpia y engañosa pulcritud, el hermoso colorido del puro infierno escondido..., un conjunto de características que conforman y sellan un relato atractivo y cautivante por novedoso, un surrealismo visual que te deja perplejo, ensimismamiento seductor de lo diferente, atrevido y osado descubrimiento de "This is my life". No es para todos los públicos, es necesaria una lenta y observada visión, presencia de una lógica paciencia en el recorrido para recoger sus frutos en su llegada a la meta final -cumbre de la cima-, la sensibilidad y perspicacia de apreciar "Esta es mi vida"; amargos y pesados sentimientos reprimidos que explotan e irrumpen ante la llegada de un extraño necesitado que le ayuda a una eclosión ignorada pero imprescindible para su subsistencia. Si eres un poco curioso y adicto a IKEA, te gustará esta película; la ansiedad de las piezas sueltas, el placer del montaje, la habilidad de su anclaje, la satisfacción del resultado final, el disfrute y orgullo de todo el conjunto. "El sufrir se va a acabar", lema indiscutible, proceder vespertino que descubre nuestro silencioso héroe anónimo; hermosa y bella excentricidad que inunda la gran pantalla.




viernes, 25 de abril de 2014

Llenar el vacío (fill the void)

Una maravillosa, exquisita, delicada exhibición de la cultura y fe judías, sus costumbres, forma de vida, maneras de proceder que conforman un mundo ajeno y diferente -también interesante y atractivo- para quienes no conozcan nada de su procedencia e historia, de su día a día; sentimientos y emociones a raudales expresados con refinada prudencia y excelente serenidad, amarga y desesperada lentitud en el no-hablar, belleza y sacrificado recogimiento en los movimientos, en la alegría manifestada de unas formas que ocultan y contienen un angustioso dolor, negociaciones contractuales para mantener un preparado equilibrio social que no rompa la armonía impuesta, responsabilidad de pertenecer a una comunidad con tristes y pésimas consecuencias, agónico sacrificio personal por un egoísta deseo familiar, frustradas ilusiones sin consuelo ni cobijo..., ese es su gran fascinación y curiosidad, una impactante y distinta manera de actuar que cautiva y sorprende por su enorme riqueza y por sus grandes carencias, por la confluencia explosiva de multitud de circunstancias y emociones que inundan tu alma serena y colapsan tu impactado corazón.
 Fotografía, vestuario, interpretación, diálogos, guión, contexto, dirección..., un elegante y distinguido documental que narra la vida de un pueblo para quienes sus costumbres y legado supone su exigua y eterna supervivencia.
 Película para observar en su delicadeza, ver en su profundidad, sorprender en su placentera ternura, oír en su perpetuo silencio y apreciar en su justa medida; envolverse de su aroma, dejarse seducir por la esencia de sus emociones, fuertes e intensos sentimientos encontrados que no parecen tener respuesta, despertar forzoso y dramático de una inocente niñez para acoger la llegada de una inquietante madurez; tensa espera ante el tribunal que ha de dictar sentencia, marcada sensibilidad a flor de piel para ser vivida y sentida con coraje e intensidad.
 Relato de afectos, pasiones e inquietudes en su grandeza y miseria, plena subjetividad personal expresados con un arte fino y delicado cual valiosa obra de arte, pieza exclusiva que aumenta su cotización conforme su hermosa presencia cala en tu recóndito interior; la intensidad y poderío de ese seguro marcaje dependerá de la predisposición que presente tu alma hambrienta, apetencia exclusiva de saborear, escuchar, mirar, tocar, palpar y callar ante el esplendor de lo narrado.
 Esa respuesta la conoce cada uno según su sensibilidad despierta y la pureza de su espíritu devorador; ansiedad que se nutre de sí misma. Afinidad no garantizada para todo el público.




jueves, 24 de abril de 2014

A case of you

Cuando eliges una comedia romántica buscas algo ligero y divertido, chico que se enamora de chica -o viceversa- con una historia graciosa y ocurrente, unos amigos secundarios que aporten el toque de diversión y humor y un final feliz; un mínimo de argumento que capte tu interés y consiga entretenerte. Aquí tenemos a Justin Long, especialista en hacer siempre el mismo tipo de papel -el pobre debe estar aburrido- colocado en medio de la plaza del pueblo, con dos amigos que apenas dan juego, unos diálogos sin consistencia y de palpable ligereza -levedad que no llena ni satisface- y un relato que apenas va a ningún sitio. Si, es verdad, hay una pareja que se enamora pero..., ya está?, debo conformarme? Todavía hay quien dirá que es bonita y dulce, buena para un rato pasajero -hasta puedo llegar a admitirlo- pero..., échale unas especies, un poco más de condimento a la comida y verás como pierde ese regusto desaborido, esa sosez gustativa que hace que la consumas sin mucha consideración, placer ni motivación añadida. Que al final te conformes y digas que no ha estado mal -sobre todo gracias a la frescura y animada tonalidad de una música que tapa muchas obvias carencias-, no me vale. Básica comedia romántica norteamericana sin mucho recorrido -poco y flojo- que contar y apenas material que disfrutar cuya sustancia, alma que da vida al romance no da ni para un café largo; corto, expreso y de sabor disperso y poco concentrado. No da para soñar, no llega para que tu imaginación vuele y se ilusione ni tu corazón palpite. El tráiler da para mucho más que la propia película!!! Aún así, podrás decir que es bonita y dulce, buena para un rato pasajero; no me vale.






Los días no vividos

Cómo te gustaría pasar las 24 últimas horas de tu vida? Si te enteras hoy de que mañana se acaba todo, cómo reaccionarías? Ante el mítico, siempre especulado, imaginativo fin del mundo, cuál sería tu actitud?, tu último deseo? Como se ve, el argumento es fuerte, potente y atrevido, con muchas posibilidades en su desarrollo; escoge cuatro personajes, un grupo de amigos y a partir de ellos desarrolla la acción, los últimos eventos y sentimientos que tendrán y sentirán. Y esa es la clave de esta historia, su mejor baza; su buen hacer, su proceder lógico, sereno y vivaz, un inteligente, racional y maduro guión para narrar diferentes actitudes, posturas ante un mismo hecho y que te ofrece una gran facilidad para incorporarte a las vidas narradas, para sentir toda la gama de emociones que están atravesando. Sólo en el último tramo aparece una leve pesadez, mínimo cansancio debido a la melancolía, tristeza y lentitud de los últimos minutos de existencia; por otra parte necesario para explicar la angustia, pesadumbre e irracionalidad del fin de todo. Película española realizada con poco presupuesto pero buenas ideas y con un resultado muy acertado que merece mejor suerte y mayor publicidad. 




miércoles, 23 de abril de 2014

Otro verano

Jorge Arenillas presentaaa!!!..., un thriller interesante y sugestivo que se queda en humo de hojalata, en unas buenas perspectivas -cautivante- para sus principios..., pero un poco motivante y desganado -aburrido- para su recorrido; esquiva compensación -satisfacción a medias- para un final lógico y razonable tras una sosa e insípida espera, no tanto por cansina como por poco atractiva. La no-necesidad de mucho diálogo, la ausencia de palabras innecesarias para crear un ambiente de tensión e inquietud, misterio ante la falta de información de los hechos, debe ser compensada con el contexto, la puesta en escena y la presencia física de los protagonistas, aparición corporal que llene toda la pantalla; y, por supuesto, un buen enigma, interesante incógnita que sepa seducir y atrapar la incertidumbre y conmoción del espectador, mantener al alza su nerviosismo e interés. Y, aunque es muy digno el esfuerzo y trabajo de Pablo Chiapella, sus dos compañeras femeninas de reparto dejan mucho que desear, no cumplen bien su cometido y, en conjunto, se puede decir que todos sus elementos toman una salida de bien, con expectativas alentadoras y positivas para llegar a una meta de aprobado justito y haber perdido todos los puntos favorables por el camino; el progresa adecuadamente se perdió, no se sabe dónde, tras el disparo de inicio del largometraje. No es que llega tarde, es que no llega!!!




martes, 22 de abril de 2014

La perrera

Tiendo a ser benévola con este tipo de películas por el esfuerzo que supone su realización; cuenta con una bajo presupuesto, recursos limitados y mucha habilidad e ingenio para llevar a cabo sus intenciones, para finalizar y lograr poner en circulación ese proyecto por el que tanto han luchado. En este caso, ni siquiera éso sirve de excusa porque, la verdad, cuando no hay mucho que decir es hablar por rellenar!!! El guión es muy previsible, fácil anticipar su recorrido, violencia casi gratuita donde apenas cuida el motivo que provoca su explosión, el por qué de sus estallido; personajes cliché, nada cuidados y cuyas actuaciones son bastante pobres, de nivel muy bajo. En general, todo el trabajo no supera una media aceptable, su atractivo es muy escaso y no tiene más aliciente que su lugar de procedencia y los medios con los que cuenta, la voluntad de un principiante director que cree en el mismo; aunque, dejando la benevolencia a un lado, no es un buen ejemplo del mejor cine que puede hacer Canadá ni allegados ni tampoco, me gusta pensar, Kim Chapiron.Típica película adolescente sobre la vida en un correccional; buena forma de coger experiencia para su novato director. Poco más.




No quiero dormir sola

La vejez, la soledad, el olvido, la demencia senil de una actriz famosa venida a menos; la nulidad física, la dependencia emocional, el buscado apoyo masculino, la ausencia de confianza propia de una apagada nieta que no encuentra su propia personalidad. El encuentro forzoso entre ellas repercutirá en efectos positivos para ambas centrando su atención en la joven la cual adquiere fuerza, carisma, amor propio para empezar a decidir por si misma y encontrar su anhelada felicidad. Todo esto es más atractivo e interesante narrado que visionado pues los personajes apenas están desarrollados o perfeccionados, todo el trabajo se limita a una simple exposición de unos alternos días sin entrar en complicaciones familiares, sin profundizar en el asedio desesperado de compañía, sin debatir el destino final de nuestros ancianos..., nada de nada excepto melancolía, necesidad y desamparo; lo cual sería buen argumento si las formas, el ritmo y toda la estructura tuviera un montaje más acertado y efectivo. Limítate a mirarla si te apetece, a acabarla si despierta tu curiosidad o a obviarla sin repercusiones de arrepentimiento; todo es elegir!!!





lunes, 21 de abril de 2014

Noé

No impresiona lo que debería, no deslumbra lo que se espera, no emociona lo prometido y eso es decirlo todo de esta película!!! Una mega superproducción de estas características, globebuster internacional debe sorprender, fascinar, entretener, dejarte con la boca abierta, los oídos impactados y los ojos asombrados, la piel de gallina y el gusto olvidado; nada de eso se cumple aquí excepto una digna y válida fotografía. A la mezcla fantasiosa de varios géneros y estilos, al derroche desproporcionado e imaginativo de los guionistas para llevar el argumento, a la intermitente e inconstante interpretación de Russel Crowe -su compañera de reparto, la bella Jennifer Connelly, se lo come en las escenas emotivas y en todas donde comparten plano-, a los limitados secundarios..., y a mucho más se una la pobre, sosa y apagada respuesta del público, y hablo de los que acuden al cine -imagina los que no!!!- ante una película comercial de enorme presupuesto sobre un relato bíblico que ha sido subestimada y sobrevalorada en grandes proporciones. A momentos grandilocuentes le siguen otros nimios y ñoños, fervientes frases bíblicas se autoenlazan con el malo de cualquier aventura de los Hobbits, a conseguidas escenas explosivas se le unen otras de calado pequeño e inferior, un desbarajuste a la carta, un drama familiar-historia de amor-película de acción-género fantástico envuelto en tonos religiosos donde, se mueve la coctelera y nos encontramos ante una bebida refrescante y atractiva pero cuyo consumo no complace tanto como el marketing de su venta; luce sólo por momentos alternos y más por colorido externo que por contenido interno.




domingo, 20 de abril de 2014

El amor está en el aire

Prefiero vivir en peligro con él que tranquila contigo; las demás eran borradores hasta encontrar la buena, tú. Dos frases que resumen perfectamente lo que vas a encontrar en esta película; el sueño de toda princesa de cuento de enamorar a un perdido mujeriego y conseguir que cambie, abandone su mísera vida por el amor eterno y maravilloso de ella. Comedia romántica ligera y agradable, con cierta gracia ocasional que no aporta nada destacable excepto una alegre y pegadiza música -toda ella en inglés, nada de melodía del país- y una pareja -Ludivine Sagnier y Nicolás Bedos- que funcionan muy bien delante de la cámara. Respecto el filme es bastante sencillo y básico; con un final feliz predecible y asegurado intenta ser un poco original jugando con diferentes enfoques, intentando crear y mantener una frescura y jovialidad que invite al espectador a mantener su atención y disfrutar de ella. Esa posibilidad es fácil de realizar si no tienes grandes perspectivas ni miramientos más allá de lo obvio esperado -un ligero romance de fábula- pues los personajes secundarios no están muy logrados, el guión no es gran cosa y los diálogos son justitos, limitados para románticos que se saben la lección de memoria pero no les importa recitarla una y otra vez. Con todo, tiene una simpatía, encanto y gracia amena que la hace fácilmente llevadera; su mejor arma es su ligereza y agilidad, un ritmo vivo y gracioso por momentos que oculta sus evidentes carencias. Buena para pasar el rato.




Tren de noche a Lisboa

No logras fascinarte ni embelesarte ni enamorarte de Amadeo tan profundamente, con tanta vehemencia como lo hace nuestro protagonista y esa es la gran pena, la irreparable pérdida de esta película; no eres capaz de captar la importancia, belleza de las sentencias narradas de su libro a través de tu órgano auditivo -ese instante es demasiado rápido y fugaz-, es necesaria una lectura propia de la obra escrita -como realiza magníficamente, y con gran pasión y sutileza nuestro veterano Jeremy Irons- o más de un visionado del relato para poder descifrar todo su contenido y entender, vivir la transformación que sufre nuestro aburrido profesor con su misma intensidad e insimismamiento. Y, dada esa distancia emocional, desapego sensitivo simplemente queda la curiosidad de conocer la vida, la peculiaridad de sus aventuras e infortunios, saber de su actualidad presente; pero con la nula posibilidad de implicarte sugestivamente, de meterte en la piel de este maduro maestro y sentir una afinidad completa que anule temporalmente tu persona. Un alejamiento que impide un disfrute total y completo de esta hermosa y bella película, de su revolucionario relato, de ese deseo irresistible-seducción espontánea que te fuerza a subir a un tren, abandonar tu rutinaria vida y seguir unos desconocidos e impulsivos instintos que no sabes dónde te llevarán. El director pone todo su empeño, el guionista realiza una buena adaptación, nuestro mencionado actor consigue una interpretación delicada, exquisita y de gran suavidad y delicadeza, todos los personajes de la obra ofrecen una correcta aportación..., pero la pasión, fascinación, encantamiento de nuestro investigador personal es únicamente observada, oída desde el anfiteatro pero no vivida o sentida desde el propio escenario como el actor protagonista y esa es la gran pena, la irreparable pérdida de esta película. Siempre queda la posibilidad de leer la obra -cosa que no descarto- y quedar atrapado, hipnotizado como nuestro pequeño pero atrevido Indiana Jones aventurero.




sábado, 19 de abril de 2014

La mujer invisible (The invisible woman)

Una historia de amor, una historia de infortunios, una historia de dolor, un amor negado, un amor recuperado para vivir más allá del mañana; el silencio no es lugar para ocultar un corazón apesadumbrado, amar y ser amado está en la vida misma sin la cúal no somo nada. Profundas e imponentes palabras que definen el impresionante y laborioso trabajo realizado por Ralph Fiennes, un ejercicio maduro e impoluto de dirección e interpretación excelentemente acompañado por unos exquisitos secundarios que conforman un cuadro bello y delicado, suave y tenaz. Una soberbia puesta en escena, una tenue fotografía, un apreciado vestuario, una rotunda melodía, delicadeza en las formas, finura en el lenguaje, sutileza en la estética, suavidad para la vista, agradable para el oído..., todo un conjunto de detalles cuidados al máximo, con gran precisión cuya obvia percepción es instantánea, fácil y rápida; una hermosa figura de porcelana que alumbra e ilumina toda la estancia por si sola. Se vislumbra, adivina una apasionada historia de amor, potente e interesante relato que, sin embargo, va perdiendo intensidad conforme avanza, una atracción e interés inicial que lentamente y sin apenas apreciación va desinflándose cual inclinada cuesta abajo que no parece remontar. Es una exquisita, suntuosa obra de arte que, pasado el inicial impacto y tras un tiempo de estimado y considerable mantenimiento pierde emoción y encanto, atracción y seducción cual delicada pieza, figura preciosa a la que te cansas de mirar por falta de pasión, nervio, hechizo, empuje que desvele tu ocasional y leve somnolencia; un detalle nimio pero importante para una pieza magnífica y deliciosa en su consideración teórica, en cada una de sus partes pero que falla, cojea levemente en su efectividad práctica. Aún así eres consciente y capaz de valorar el esfuerzo del buen trabajo realizado.




El pasado

Difícil construir un presente cuando el pasado te asfixia, cuando la culpa te carcome por dentro, cuando la desesperación es el motor de tus actos, cuando no sabes abandonar y olvidar, cuando no puedes superar lo vivido ni aceptar lo venido; un perfecto elenco de personajes -tanto adultos como menores- tocados en lo más profundo de sus almas, en su esencia más pura e impoluta, conexión perturbadora que alimenta su día a día permitiéndoles respirar un aire que, aunque tóxico, les mantiene vivos y despiertos, sonámbulos equilibristas que actuan por inercia involuntaria. Agonía emocional, desesperación reflexiva, actos reflejos que explotan en medio de la más inquietante calma, en un diario proceder sereno y lógico, calmado y amable, correcto y pausado; tranquilidad espeluznante que precede al caos, a la temida tormenta, inicio de una fina y delicada lluvia que esconde el más peligroso y agresivo granizo cuyo dolor oculto es nada previsible ni controlable. Su fantástica narración, su imparable recorrido es de camino lento y sosegado, tranquilo y acomodado pero muy seguro pues sin hacer mucho ruido ni levantar mucho polvo va dejando caer sus enormes huellas, hondas pisadas que van haciendo mella en tu alma más inquieta, perforando en tu interior hasta conseguir un calado absoluto y perplejo, una seducción hipnótica que te atrapará y encantará pues el dejo de su gusto es por largo tiempo saboreado. Fantástica película francesa, increíble drama familiar, absorción absoluta de emociones sentidas que garantizan un pleno al quince, afinidad total para una historia que capta tu interés y te permite disfrutar de dos horas de intensidad emocional, un inicio leve y sutil que coge forma, adquiere fuerza y culmina con una potencia abrasadora pero silenciosa, caos destructivo complicado de reparar. Relato de emociones y sentimientos para ser vividos y sentidos con profundidad, permitido lapsus catatónico para dejarte envolver por unas alteradas vidas que seguirán en ti tras el título de final. Mira y observa lentamente, oye y escucha atentamente, capta cada frágil expresión no manifiesta, lee la explosión de palabras irrumpida súbitamente y, con todo junto, ve más allá, forma tu propia orquesta de sonido y emociones y disfruta de ella; debería ser el fin de toda buena película, vaciarte de ti para dejar paso a los personajes. En este caso, conseguido.




viernes, 18 de abril de 2014

Hours

Una película de resistencia, de aguante físico y emocional, mucha desesperación pero mínima acción -por mucho que te la venda el tráiler- donde lo importante es la supervivencia y hacer lo que sea necesario para lograr y mantener ésta. Un indefenso recien nacido como protagonista involuntario de una emotividad y expresión afectiva donde Paul Walker intenta dar su mejor arte -aunque con evidentes limitaciones- y con un final previsible y muy fácil de anticipar, no sólo qué ocurrirá sino cómo y cuándo pasará. No esperes mucha tensión, movimiento o adrenalina, únicamente el desconsuelo amargo de un marido y 48 horas de lucha por la vida de la hija de un padre; mucho llanto, mucha lágrima, palabrería, un continuo monólogo de emociones sentidas, poco absorbentes y cautivadoras que, una vez superado el pequeño desengaño de no encontrar la acción, fuerza, potencia esperada, eres capaz de apreciar en su justa medida. El guión no está muy logrado, no tiene mucho recorrido; en ocasiones resulta denso y poco atractivo, algo insulso, llano y poco efectivo aunque mejora por momentos alternos. Un relato dramático, última muestra del saber hacer de un actor desaparecido que truncó su vida muy joven. Gusta más por empeño y voluntad propia que por mérito de la película; el argumento daba para un trabajo mejor y más productivo



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La mujer del quinto

Hay actores que mejoran su calidad interpretativa conforme avanzan en edad y experiencia; hay otras que, sencillamente, lo demuestran desde el primer minuto. Este es el caso, respectivamente, de Ethan Hawke y Kristin Scott Thomas. Un acertado, muy acertado tándem para narrar la locura que encierra en su interior un personaje que es todo calma, entereza y rigor; un ser profundamente sosegado y apacible en su exterior pero cuya alma te sorprende explosivamente ante la cara; la violencia que esconde, anunciada al principio de la narración, te fustiga repentinamente a pesar de su advertencia. Maravillosa obra la de Douglas Kennedy “La femme du vème”, de forma modesta y con gran acierto llevada a la gran pantalla, cuya clave es la espléndida elección de sus protagonistas –a la par de un muy apropiado guión-; la explosiva unidad que forman ambos actores es de una excelencia que corta la respiración, que exhala hasta tu último aliento. Llevando, el mencionado actor, todo el peso de la cinta más el añadido de la turbación de un hombre solitario, tímido por el que pronto te sientes atraído, resulta una interpretación lentamente gustosa, sabrosa en todos los sentidos dejando un amargo dulzor su descubrimiento. Siendo la cámara capaz de llevarte hasta su más profundo interior con una deliciosa serenidad, con una apetitosa elegancia y una refinada exhalación que penetra en tu más recóndito ánimo y te vacía completamente es toda una delicia, una exquisitez el visionado de esta cinta. Un poso impactante es el que deja, tanto la obra escrita como su hija interpretativa, un magnífico recordatorio del horror y la maldad que esconde un dulce y bello rostro.




jueves, 17 de abril de 2014

La partícula de Dios

Ay, si Mike Hammer levantara la cabeza! Del susto que se llevaba se le caía el sombrero de golpe! Un patético Antonio Banderas en el papel de un fúnebre -venido a menos- detective privado que se encuentra más perdido que Blancanieves en un burdel. Deambula toda la película a través de una sombría y pesada narración, con una pésima estética que intenta recordar fatalmente a un admirable cine negro, al cual, esta historia le hace un pésimo favor. Personajes inconexos, desvinculados torpemente de una trama que no tiene fuerza ni interés, con un guión funesto y deplorable que intenta crear un aciago clima de suspense mal llevado y finalizado de forma más nefasta si puede ser. Hacía tiempo que no tenía ganas de no acabar una historia; les puedo asegurar que el cartel de la cinta es lo mejor que van a encontrar en la misma. Lo más extraño es encontrar a nuestro Antonio Banderas protagonizando esta falsa simulación de thriller negro.






miércoles, 16 de abril de 2014

9 meses...de condena


Comedia francesa fresca, ágil y divertida que no sigue los cánones habituales en su desarrollo, un pequeño toque de originalidad que permite diferenciarla y saborearla con buen gusto. Buena e interesante pareja la formada por Sandrine Kiberlain y Albert Dupontel -quien realiza también la labor de director y guionista-, que le proporciona frescura y una tonalidad atractiva, una comicidad palpable que se agradece y disfruta. Sin tener un gran guión ni un argumento ni ningún otro elemento que destaque especialmente es capaz de conseguir su objetivo cumplidamente; hacerte sonreír y reír ocasionalmente, una tenue y muy conseguida diversión que proporciona eficaz entretenimiento. Y para no repetirme de nuevo ese es su sello, su sencilla carta de presentación; divertir, distraer y amenizar una buena velada, de rápido paso que alivia ocasionalmente, con evidentes logros en su resultado práctico y sin ningún otro objetivo a la vista. Nada destacable pero muy eficaz en su conjunto al completo.




martes, 15 de abril de 2014

El poder del Tai Chi

Al menos las artes marciales son buenas!!! Porque aparte de disfrutar de este hecho, hay poco más que salvar!!! Keanu Reeves a la dirección de una película cuyo mayor logro es haber respetado este arte milenario y haberla rodado en el idioma del país que la vio nacer; el resto es un numerito continuo -especialmente la actuación de nuestro sorprendente, también novel -hay que recordarlo- director de poses y situaciones a cuál mas falsa, gélida y torpemente preparada. Se aprecia la coreografía artística, el movimiento espiritual, los magníficos golpes, la mención de esta espléndida disciplina pero..., algo más de guión, de decoro en las formas, de atractivo en su visionado, de interés en la trama..., lo que sea!!!; aunque únicamente sea para poder cambiar la cara de asombro por tanta tontería y sandez. Lo triste es que, en el fondo y muy profundamente, se puede vislumbrar algo decente, digno del primer propósito que se tenía en mente; una buena película de artes marciales que respete la hermosa filosofía que le da vida. En cambio, obtenemos un "Show de Truman" de hostias por doquier que apenas respeta su propia puesta en escena. Voy a ver si vuelvo a ver "Operación Dragón" o cualquier otra película de Bruce Lee y compenso el tiempo perdido.




lunes, 14 de abril de 2014

Enemy

Ay, que rallada, enredo mental tengo!!! Y qué difícil saber cómo me siento!!! Y no será porque no sigo pensando en lo que he visto!!! No voy a comentar la magnífica interpretación de Jake Gyllenhaal, la impactante puesta en escena, la tétrica música ambiental, la escalofriante fotografía, el estático y apagado contexto, la frustración y nerviosismo de un proceder lánguido, pausado etc, etc...; no es lo importante pues queda claro el soberbio largometraje que resulta ser, desde la magistral dirección hasta la idea original fruto de  la cual nace un penetrante guión basado en una libre y descarada interpretación de la obra de José Saramago "El hombre duplicado". La pregunta crucial es..., qué sientes después de verla?, el enigma destacable es..., sabes de qué va?, has entendido algo?, nada?, todo?, sólo una parte? Y ese es el espléndido y fastuoso arte de esta película, su gran oficio; preguntas, preguntas y más preguntas y cada uno con una respuesta diferente, opiniones propias tan diversas como colores tiene el arcoiris -incluso puedes inventarte nuevos tonos y aún te quedarás corto-. Es una película para sentirla, dejar fluir las emociones que vayan surgiendo sean las que sean, que nadie te diga nada ni antes ni después de su visionado para poder digerirla y saborearla, ser capaz de absorberla, reflexionar sobre ella y expresar lo que aparezca a continuación venga de donde venga y sea fruto de lo que sea, lo que puede ser desde la neutralidad, vacío inerte más absoluto a emociones negativas y funestas que te aplacarán a un ensimismamiento turbador que te enamore instantáneamente a ..., yo qué se? Yo voy a volver a verla para excavar más profundamente en mi nido de emociones a ver qué surge esta vez; tú te atreves?




domingo, 13 de abril de 2014

Kamikaze

Es una historia dulce y bonita, todos lo sabemos; todos intuimos por dónde irán los tiros y, aún así, lo esperamos; todos queremos encontrar un final feliz, lo deseamos; todos sabemos que habrá risas, tenemos por anticipada la sonrisa preparada; todos percibimos que habrá drama, unas pocas lágrimas de emoción han sido incluidas..., aunque, se debe concluir que, todo el relato en conjunto, no es lo pensado ni completamente lo esperado. Principalmente porque la vis cómica apenas funciona, situaciones forzadas con frases tontas que no dan para mucho -no es que tarde en llegar, es que no llega!- y, segundo, porque la parte dramática y emotiva se come, descaradamente, a su antecesora -siempre hay alguien que sufre más que tú!-, por suerte para todos nosotros. El relato va ganando en intensidad conforme avanza, en fuerza interpretativa según van rodando las escenas empezando con una floja y débil presentación de los personajes y de su respectiva colocación para calzarse las botas de trabajo y relatar lo serio, la dramática situación que vive nuestro personaje principal y el dolor que le ha llevado hasta allí; en el alcance de su cenit, de su máxima expresión, la emoción y el impacto son de gran intensidad y potencia, nada que envidiar a Bruce Willis y su Jungla de cristal -salvando las distancias, por supuesto-; una implicación asegurada que te dejará mudo, sin posible articulación de palabras. Los demás personajes sirven de complemento, de relleno jocoso, unos creados con más acierto que otros para codimentar una salsa que cuenta con ironía, descaro, emoción, amor, amistad, heroísmo, diversión..., una adecuada mezcla que endulza y alegra la comida y crea un ambiente de satisfacción óptima sin excesos memorables; sin olvidar una bella y hermosa fotografía que sirve de agradecido acompañamiento para un comienzo donde las escenas se tambalean por su debilidad de arranque. Nos encontramos ante una esperanza inicial gratamente confirmada y cumplidamente rematada aunque, no tanto como se esperaba o deseaba; con todo, sales contento y satisfecho por ser ligera y resultona, amena y vistosa, que es lo que cuenta al fin y al cabo.




sábado, 12 de abril de 2014

Miel

La eutanasia como telón de fondo, aunque sin entrar en ningún debate social que promueva el conflicto, de una historia sencilla y amena, ligera y cordial con la dosis justa de drama y dulzor -sin excesos lacrimógenos o empalagosos- para resultar agradable y comedida, apetecible y resultona; juega a moverse en diferentes ámbitos, a jugar con el despertar de una conciencia ciega, la indeseosa y repentina moralidad desvelada, terrenos que atraviesa con suavidad y sin ensuciarse en demasía, quedando patente su ánimo de gustar a todos evitando cualquier polémica innecesaria. El mayor mérito es la elección de la actriz protagonista, Jasmine Trinca, una imagen fresca y jovial, atractiva y seductora que choca con el perfil que presenta, con el trabajo que desempeña; encontronazo clave e ideal que te permite vivir su día a día con un interés y entusiasmo, aunque relajante, también estimulante y motivador. Apenas despierta interés o preguntas introspectivas sobre la muerte asistida, el derecho de decidir cuándo y cómo abandonar este mundo o la elección voluntaria del suicidio; camina demasiado de puntillas, sin involucrarse ni implicar al espectador un posible sugestivo debate que le haga reflexionar o pensar más allá de la cara externa de lo expuesto. Ello conlleva una visión ligera pero gustosa, entretenida y provechosa que resulta cómoda y asequible, donde el acierto de la novel directora en su delicadeza y fina pulcritud del amanecer de un raciocinio opaco y confuso es un hecho evidente recogido por el público asistente.




viernes, 11 de abril de 2014

Un paraíso para los malditos

Triste y apagada, silenciosa y callada, una gran soledad se desprende de este relato de amarga y dura supervivencia que lucha por encontrar una salida a su ruin y aislada existencia; sobriedad y serenidad en una monótona rutina  de espacio cerrado y contexto oscuro, opaco que resulta asfixiante e irrespirable; conciencia compasiva de una mente fría que alivia su propia agonía con actos inesperados y una voluntad firme de cambio, necesidad reflexiva de abrirse, de escapar de su limitada cárcel, de una desesperada liberación instantánea que sorprende y conmueve por el esfuerzo y el choque expresivo, encontronazo que abre un nuevo e interesante camino con infinidad de posibilidades por descubrir. Poco diálogo, escasas palabras para una mirada profunda y penetrante, fija e inamovible, astuta y calculadora, una intensidad frustrante que arrastra una gran dependencia emocional, precisos y estáticos movimientos para un náufrago que se rodea, inesperadamente, de personajes antagónicos que buscan aliviar su necesidad de amor, compañía, contacto físico..., una compartida soledad y amargura que juntos es compensada con escasos y breves tiempos de diversión, momentos de tenue y ligera alegría pero de gran esperanza y de un anhelado futuro que grita y se desespera por confirmar su inesperada llegada; un hermoso y repentino arcoiris tan frágil y breve como su sorprendente aparición pues la compacta e impasible tormenta que le precede amenaza con la crueldad de una vuelta que destruya el hermoso paisaje creado. Un impasible y gélido thriller, reconvertido en drama familiar, en dependencia colectiva que necesita de pocos elementos para llegar a su máxima expresión pues es sencillo en su composición pero impactante en su efecto, de interesante atractivo por su cambio de ruta, por un sorprendente viraje que esconde una corrompida necesidad social de convivencia, manifestación de unos sentimientos ocultos  que esconden un enorme calado emocional. Una serena y comedida dirección, buenas y regulares interpretaciones para una historia que atrae y cautiva por su apertura de opciones, por la siempre conmovida esperanza y soñadora ilusión de mejora; sin hacer mucho ruido ni levantar grandes pasiones cumple bien su cometido, 90 minutos de esquiva intriga y falsa calma que inquieta lo justo para seducir y complacer gracias a la perturbada y fascinante presencia de su protagonista.







jueves, 10 de abril de 2014

Del lado del verano

Cuatro familias y un muerto, situaciones extravagantes a cuál peor, un despropósito continuo, un día a día destartalado cuya cima parece no tener límites; relaciones dañinas que se sustentan por su dependencia a la decadencia más basta y ruin, acostumbrado malestar e incomodidad que no se quiere superar, un necesitado y conocido enganche emocional al dolor y la amargura que no se quieren aparcar, una insana competencia al sufrimiento que todos quieren ganar. La caída de una ficha configura el desmoronamiento de todas las relaciones sociales de esta familia "chilipatruesca" a la cual sólo es posible amar desde la distancia, con la separación de kilómetros y kilómetros que te permitan romper la obsesiva dependencia al sufrimiento que nace de la ignorancia de no ver más que allá de la pared, de la condena a la estupidez, un eterno quejarse para nunca moverse, un batir el récord de la infelicidad, de una carcomida soledad interior que nunca será manifestada -lo que pasa en casa se queda en casa-, alimento de unas falsas apariencias que no proporcionan alegría ni bienestar pero si una manejable rutina convertida en juego de bolos, machaque abusivo al compañero para aliviar unas penas no dispuestas a afrontar. Los personajes son repetitivos y poco imaginativos, ellas y ellos cortados por el mismo patrón -vista una hermana vista todas-, así como las situaciones barriobajeras planteadas; pero se medio-salva un guión, unos diálogos que esconden frases muy buenas, sentencias ofensivas como misiles que bombardean el corazón querido de nuestros más allegados enemigos; por lo demás, no dejan de ser los personajes de "La que se avecina" llevados al extremo, un barrio canario copiado de "Aida" pero trasladado al más cutre Vallecas. Tragicomedia española que vive de las punzadas entre sus miembros, del cómodo recurso al barrullo y de la facilidad de presentar líos garrulos y de poco contenido y donde queda patente la poca inventiva de Antonia San Juan para superarse y tener miras más altas. Puede verse cómodamente sin demasiadas expectativas.




Need for speed

Se agradece el intento, se valora el esfuerzo pero, qué quieres que te diga, estar todo el rato acordándote de Vin Diesel y Paul Walker, le hace flaco favor a la película!!!. Y es que el recuerdo de Fast & Furious planea inexorablemente sobre todo el filme, quieras o no; su inevitable comparación y constante memoria perjudica seriamente las opciones del propio relato. Y lo malo es que no es una mala película pero, ves al protagonista, ves a su contrincante, ves a sus amigos, ves a la chica..., y echas de menos todo!!!; eres medio compensado con los coches y la velocidad pero su atractivo no es tan potente ni tan goloso como para quitarte la morriña, el deseo creciente de volver a visionar la original e irrepetible promotora de todas estas copias. No es que no guste, no es que no disfrutes, es que, simplemente, no es; buscas A Todo Gas y encuentras sólo medio depósito de gasolina lleno y con ésto, muy lejos no llegas!!!





miércoles, 9 de abril de 2014

Una noche

Una muestra vivaz y fresca de la vida en La Habana, un desfile de color, música y alegría de un pueblo que vive intensamente su día a día; una historia poco atractiva y demasiado común de sus habitantes, clasicismo nada imaginativo que no baila al compás de la orquesta que le envuelve. Ese es el gran contraste y dilema que presenta Lucy Mulloy -avalada por un Spike Lee como abanderado- en este relato; una fervorosa, muy cuidada puesta en escena que seduce y encanta por su atractivo natural y por su ambiente jocoso y vivaracho de su dura y dificultosa supervivencia pero unos personajes lacios y comunes, con unas vivencias poco trabajadas en sus matices más específicos y un resultado nimio y poco agradecido. Puedes verla sin mayor alteración, sin sorpresas que te desvelen de una leve somnolencia y anticipando, con bastante facilidad, el obvio y presumible desenlace. Un 50% que se desinfla conforme rueda la película y el guión no alcanza las buenas expectativas del marcado comienzo; no suficiente para quedar totalmente complacido.




martes, 8 de abril de 2014

Mis días felices

Nada como un affaire para quitar las penas, endulzar el alma y alegrar el cuerpo; antídoto contra las depresiones, el abandono y la desesperanza hecha presente. Todo ello llevado y reflejado con exquisita serenidad y elegancia, finura y discreción; una evolución natural de un paréntesis inesperado, positivo y agradecido en el tiempo de retiro voluntario, pero no-querido-, de una mujer madura que no encuentra motivación en su vida cotidiana, en una familia formada durante años que no le transmiten la fuerza necesaria para sonreír todos los días. Alegría momentánea y falsa de volver a sentir cosquillas en el estómago, la joven sensación de volar y no importar nada, partir y no mirar atrás, pensar en el ahora e importar sólo uno mismo, egoísmo añejo vuelto a la vida, hormigueo placentero que elimina cualquier dolor presente. Serenas y elegantes interpretaciones para una dirección discreta pero concienzuda y un inteligente guión, tronco perenne que mantiene el poderío y vigor de todo el relato. La actuación de ... impregna toda la pantalla, la belleza de sus formas pausadas, lentas pero, a la vez, fervorosas y pasionales que te atrapan y seducen en cada fotograma; vives su pasión y arrebato con excitación y su derrumbe y melancolía con tristeza, transmite sus emociones plenamente y con perspicaz soberbia siendo capaz de sentirlas y vivirlas en primera persona de manera profunda y absorbente. Eficaz en su cometido, sencilla en su contenido, clara y directa en su arbitraje, concisa en los términos y muy absorbente en el resultado, efecto de una presentación cuidada, reflexiva y delicada que envuelve un paquete atractivo y de gran entusiasmo emocional. Película que relaja el alma y aquieta la conciencia para ser degustada con tranquilidad y paciencia, con ese sabor que proporciona la sabiduría de los años y que nada puede igualar; apacigua y calma, tranquiliza y agrada, efecto relax pero estimulante que conmueve suavemente y que consigue un pleno al quince en una quiniela de división menor.