jueves, 31 de julio de 2014

Un castillo en Italia

En el camarote de los hermanos Marx hay más lógica y menos caos que en esta surrealista película, alegato exclusivo para sí misma, de una niña rica venida a menos que intenta hacerse un hueco en la vida real.
Crecer, dejar de lado las tonterías estúpidas, las caricaturas bobaliconas y afrontar la situación, reeducar ese menosprecio altivo y superior de quien está por encima por su posición económica y ha caído en picado cual ave dolorosamente herida en su orgullo por acercarse en demasía a un rey sol que le derritió las alas -la eterna y castigada soberbia de Ícaro-, encontrar un acomodo, esa deseada nueva posición en la que poder respirar, descansar y evitar el tráfico intenso y aturdido de una autopista colapsada por el ruido y el desorden.
Todo ello contado desde una comicidad, desde una burla quijotesca que no funcionan ni amenizan el relato pues sólo sientes el mareo y la confusión de un Charlot poco intenso nada divertido que te cansa y hastía, el desfile poco alegre y muy cargante de un payaso afligido con banda sonora incorporada que ya no tiene circo donde exhibir sus maltrechos y pésimos malabarismos.
Estrambótica presentación del paso del tiempo y de sus efectos nocivos, la esquiva fugacidad de un anhelo perdido ya no hallado, amargo recuerdo de un pasado fantasma reconvertido en agónico presente imposible de obviar e insoportable de llevar, triste superficialidad desmadrada, la maduración forzosa de una familia francesa arquetipo de una época, posición social cuyos restos de su educación y vida costumbrista son de marcado anclaje y difícil superación.
La directora, protagonista Valeria Bruni Tedeschi ha evitado el camino del dramatismo y la pena y ha optado, para narrar su historia, por una gracia ocurrente que no es graciosa, por una diversión escénica que no divierte, por un formato de comedia tan elitista como el propio personaje que no provoca los efectos deseados ni las reacciones deseadas.
No encuentro la ironía inteligente, la broma sarcástica, la sabia lectura sensible e intimista, únicamente hallo un atormentado, desesperado, perturbado andar sin rumbo ni destino conocido que te transmite sensaciones vacías e inertes, inapetencia emotiva y soledad por no entender ni captar a esta damisela en apuros en un castillo que se cae a trozos, derrumbe de una vida estética ya, por nunca jamás, conocida o saboreada.
Oscar a la desconexión, desapego y falta de empatía para una noche de cine fallida y decepcionante por un resultado tan desconcertante y nulo.
¡Me encanta que los planes salgan bien!



miércoles, 30 de julio de 2014

Mejor otro día (A long way down)

Con un inicio impactante y prometedor la película se desarrolla por unos cauces de simpatía, ligereza, agilidad y frescura, un conjunto de sentimientos afines muy llevaderos que te colocan en una aptitud de grato recibimiento, alegría dispar y bienestar agradecido.
Historia afectuosa, cómoda y divertida por momentos que no se complica su existencia, una apuesta por la vida poco penetrante y de fuerza nada deslumbrante pero encantadora, de sonrisa afín y cordialidad mutua que te despierta sensaciones de acogimiento, ternura, alegría y comprensión.
Cuatro estupendos actores que con su esforzada, genial y magnífica interpretación mantienen el nivel de la historia a buen recaudo, personajes queridos que forman un equipo ameno que busca tu empatía y afinidad sin provocar lágrima alguna, con la esperanza de alguna carcajada esporádica y la confirmación del encuentro con un relato de intensidad leve, efímera exigencia y una leve exposición que busca tu aprobación, tu abrazo y tu amistad.
No vas a encontrar sorpresas ni giros inesperados ni momentos de gran jolgorio o profundo sollozo en un guión amable, dulce e indeciso en su mezcla de superficialidad y serenidad, pena y alegría, dolor e ilusión, un confort generalizado que , como quien busca busca ser tu amigo, te ofrece dosis pequeñas de tristeza, diversión, dramatismo, desesperación, fugacidad..., un pasar el rato, un dejarse querer simple, llano y de obvia sencillez.
Su venta y marketing levantan unas expectativas que sólo se confirman a medias, una escasa oferta donde son más tus ganas de aprecio y cariño hacia ella que el entorno creado por la historia, que lo que ella muestra y aporta por tanto..., si acudes con esa predisposición, con ese espíritu preparado y abierto a la recepción del entretenimiento breve y sutil, bonachón, ingenuo y dicharachero te será suficiente, despertará tu afectividad más cordial y positiva aunque..., también puede darse el caso de una marcada y nula recepción por tanta nimiedad y tontería, ofuscación por un argumento que ofrece la misma distracción que jugar al parchís con tu abuela, es entrañable la compañía, tiernas las historias que relata, cálida la sensación recibida pero lejos de una estupenda juerga con los amigos, de una potente noche de diversión y alegría.
Sólo hay que escoger el instante adecuado y oportuno para verla sabiendo los límites de lo que ofrece.
La teoría dice que hay un momento y tiempo para todo, que cada cosa y entidad tienen su lugar y su espacio.
Elígelo bien y no te defraudará.
La humildad y complacencia del adjetivo "bonita", en ciertas ocasiones, puede ser gratificante y de hermosa validez.
Para esta película va que ni pintado.



martes, 29 de julio de 2014

El amanecer del planeta de los simios

No voy a hablar de "El origen del planeta de los simios" ni a hacer comparaciones sobre su evolución respecto a ésta segunda entrega.
La historia la conocemos todos, sabemos cómo empieza, cómo sigue y cómo acaba y, la verdad, no soy una fan devota de esta saga.
Mi opinión, en este sentido, será más lejana y estará menos condicionada que la de los ardientes seguidores cuya involucración y ansiada espera les lleva a una lectura más intensa y a una exigencia más alta.
Por tanto, centrándonos en esta película en exclusiva, blockbuster de entretenimiento de masas y diversión prometida, se ha de admitir que cumple fielmente sus requisitos, con gran altura y agradecida dignidad.
Excepto los últimos 40 minutos donde sufres una leve pérdida y desconexión temporal por exceso de receptividad y duración, durante toda su proyección mantiene de manera excelente el tipo, te envuelve en su aventura y te hace disfrutar como un niño con zapatos nuevos.
Es verdad que el representante humano no está al nivel del líder de los simios, el imponente y sensible-impresionante y sentido César -interpretado maravillosamente por un magnífico Andy Serkis que demuestra, una vez más, su gran arte y su espléndido saber hacer- y que se centra más en el aspecto sensible, afectivo, de liderazgo, de familia, estima y confianza que en una explosión continúa de fuerza y lucha.
Tienes tu dosis oportuna de dichas escenas, impactante agresividad, alta violencia, estallidos de adrenalina y potencia deseada etc.etc.etc, pero no son el enfoque principal, su objetivo más claro es presentar esa emoción, sensibilidad y honor de vivir conforme unos ideales y la serenidad, esfuerzo y obligación de transmitir esa cultura y esa actitud a tus descendientes y a tu pueblo.
Mensajes nada sorprendentes en este tipo de sagas fantásticas y relatos de ficción que complacen tu entusiasmo y amenizan tu entregado espacio-tiempo con espectaculares luces de neón, fantásticos paisajes e invenciones subliminales gracias a una buena imaginación y el recurso abusivo de unos, siempre a mano, efectos especiales que hacen realidad todas las ensoñaciones que uno pueda y quiera recrear más el porcentaje justo de acción, ternura, traición, amistad, amor, engaño, ambición..., que crean un aceptable divertimento ocasional.
Te distraes y pasas un buen rato.
¿Qué podría ser mejor? Ni lo niego ni lo dudo.
Pero no buscaba más, un simple progresa adecuadamente me valía.



lunes, 28 de julio de 2014

Vampire academy

¡Por Dios, Jesús y todos los santos junto a Satanás, el demonio y toda su tropa unida! ¿Qué le están haciendo a la herencia recibida desde Drácula hasta nuestros días y mucho antes?
De normal, en estos casos, cuando una película es mala y no hay por dónde cogerla escribo sobre sus carencias, debilidades y ausencias, todos aquellos "peros" que la hacen retroceder a un lugar tan ínfimo, penoso y alejado de la esperanzadora línea de salida.
En este caso, la lista es tan larga -argumento ridículo, payasada de guión, cutres diálogos, protagonistas desesperantes, interpretaciones ridículas, ñoño aroma pueril y sigue, sigue, sigue...-que he decidido mencionar lo que vale la pena para acabar pronto con esta tortura.
Mmmmmm, ummmmm..., estoy pensando, mmmmmm, mnnnnnnn, ummmmmmm, ¡no me deis prisa!, unmmmmmm..., mejor lo dejo.
Un "Crepúsculo" ridiculizado, un "Harry Potter" mancillado, un "Sensación de vivir" llevado a la máxima tontería y estupidez, frases tontas, conversaciones infantiles, pijería cutre y barata, romances que no rozan el aire y un ambiente pijoterro, garrulo, pésimo y de mal gusto que ofende todo lo que pretende insinuar y a aquellos a los cuales se atreve a copiar.
Es que ni siquiera por el lado de la risa, la diversión y la coña ¡da para nada!
Ya "Buffy, la cazavampiros" antes de que se pusiera de moda la sobreexplotación de colmillos, sangre y mordeduras por doquier de vampiros y demás ésta daba la talla con sobriedad, elegancia y decoro.
¡Ya les gustaría a éstos contar con el seductor y atractivo David Boreanaz  y su buen hacer como colega, enemigo o lo que fuera!
Es la primera entrega de la saga escrita por Richelle Mead de la que no tengo ni idea.
Como espectadora que ve una película, ésta es un fiasco total, deprimente y dolorosa por su constante -no mejora ni queriendo- absurdidad e insensatez.
No se que me da más miedo que ésta fantasmada sea culpa exclusiva del director, guionista y demás participantes o que los personajes del libro, su texto y contenido sean tan tontos, tristes y patéticos como parecen y, por lógica consiguiente, debamos esperar la agonía y asfixia de la continuación de dicha saga.
¡Por Lucifer, el diablo y todos sus amigos que sea culpa de Daniel y Mark S. Waters!



domingo, 27 de julio de 2014

Un toque de violencia

Llega el viernes, miras la cartelera y te encuentras con una película china que por su título insinúa una manifestación física de violencia y sangre acompañada de una introversión emocional que suele caracterizar este cine.
Lees la sinopsis y habla de cuatro personajes que se enfrentan de diferente modo a la opresión capitalista de la China contemporánea, lucha social violenta contra el injusto y asfixiante desarrollo económico colosal que viven y sufren.
Le echas un vistazo a las críticas y casi todas hablan maravillas de ella, de una dimensión humana monumental, de su profunda densidad y elegancia, de su penetrante e impactante mensaje etc.etc.etc
A partir de ahora, empieza tu sorpresa.
Su título original es "Un toque de pecado", el mismo pecado por el que pregunta en su interrogante final y cuya respuesta, si la conoces, podrías compartir amablemente con todos para aliviar ligeramente la pesadez de su recuerdo.
Los susodichos personajes, inconexos y sin atractivo, se dedican a deambular por la pantalla sin aportar apenas información o explicación alguna que te ayude a interesarte por ellos, un desfiles de escenas de bella fotografía y ambientación sublime donde sobran los molestos e incompetentes protagonistas que te adormecen y anulan por su incompetencia para transmitir algo que no sea agotamiento, cansancio y somnolencia.
Y, por último y como remate final, 129 interminables minutos de duración que alargan tu confusión y agonía innecesariamente pues no será compensado tu esfuerzo y empeño por escalar esta extenuante e incoherente montaña y lograr llegar a una cúspide que te dejará sin apenas oxígeno para respirar y de la que no sacarás beneficio alguno.
Todo un misterio a años luz de entender y comprender las alabanzas dichas y escritas hacia Jian Zhang Ke en un relato, compendio de historias, que resulta agónico y asfixiante, eterno y aburrido.
Ciudadanos llevados al límite extremo de la cruel y mortal violencia realizado con una narrativa torpe e inconsistente que anula tu interés, una desconexión emocional y sensitiva grosera e inconclusa, nada estimulante ni penetrante que ahoga cualquier oportunidad de atención constante y visión gustosa.
No me ha gustado, francamente, he sentido que elegía mal y perdía mi tiempo inútilmente, sensación nada deseable ni aconsejable para ti.
Como siempre digo, hay tantas opiniones como colores en el arcoiris y sensaciones diversas a mares, puede que tú vayas por otro camino.
Prueba y saca tu conclusión que, sinceramente, espero no coincida conmigo.
Con una oveja perdida en el rebaño ya es suficiente, ¿no?



sábado, 26 de julio de 2014

Las vidas de Grace (Short term 12)

El uso de la palabra y la razón como regalos exclusivos de un ser humano que desaprovecha a pasos agigantados esa maravillosa oportunidad de expresar y comunicar esos sentimientos y emociones, esa bella subjetividad que te diferencia de los demás y te hace único en el mundo.
Ese perfecto y cómodo escondite, cárcel involuntariamente construida, que nos protege y aísla de la arriesgada convivencia de unos con otros, a salvo del maligno mal que ejerce su presión con descarada voluntad y ofuscado propósito.
El dolor físico y la agresión corporal como stop y vía de escape de una mente revolucionada, obstruida de pensamientos dispares a cuál más doloroso y horrible, que necesita un desesperado descanso, encontrar urgentemente esa área de descanso donde parar y descansar del peligro de una circulación manejada y conducida por el propio demonio.
No te voy a descubrir nada nuevo, cualquier crítica-comentario-texto que leas sobre esta película será favorable al 100%, una afirmación segura y contundente que proviene de la obviedad de un trabajo magnífico, realizado con una sutil delicadeza, impresionante esmero y con un espíritu positivo, veraz y de enorme empatía que sugestiona todo tu interior, todo tu ser de manera deliciosa y arrolladora.
Imposible pasar por su visión sin inmutarse, inútil intento de mirada objetiva y neutra desde la lejana distancia, no te resistas al inevitable encuentro con un guión inteligente, sensible y muy auténtico que sabe combinar con perfecta lucidez la alegría y el lloro, la esperanza y el derrumbe, la aflicción y la sonrisa alejándose con sabiduría de una abusiva melosidad y empalagosa presentación que busque la lágrima fácil y la tristeza al uso.
Dos actores, Brie Larson y John Gallagher Jr., que exhiben una estupenda afinidad y atractiva unión en pantalla, que cautivan y seducen con sublime sencillez toda tu persona y que transmiten una gama completa de emociones distintas, de explosivos sentimientos ficticiamente dormidos durante tiempo que detienen tu pensar y estallan en tu alma.
Y puedo seguir escribiendo de la sabia dirección, del portentoso y magnífico argumento, de los frescos-ágiles y, a la vez, profundos-devastadores diálogos, de su sencilla-llana estructura, de sus impresionantes y cálidas interpretaciones etc.etc.etc...., todo lo que se quiera para un bello conjunto que se vende sólo, que no necesita de falsos e interesados padrinos para reafirmar con contundencia y manifiesta claridad que estamos ante una buena película, cine de alto standing de sintonía alegre,ritmo vivaz y contenido subversivo, amarga y extrema supervivencia que halla su camino, esa deseada y merecida travesía por donde disfrutar de un paseo relajado, hermosas vistas y un sano respirar que te devuelva a una vida de coherencia y aptitud natural alejada del bosque-sendero-cueva del diablo.
Simplemente abre tu corazón y empápate de todas sus vivas y sentidas emociones.
¡Disfruta!, que te lo has ganado por tu obvia inteligencia en la sabia elección de este filme



The particle (Zerre)

Narración de una historia de supervivencia fría, seca, distante y cortante que no fuciona en ningún momento, triste ausencia de una calidez y emotividad necesarias que te permitan vivir el personaje, sentir su amargura, pesadez y desesperación y no, simplemente, observar su aturdido andar, su incansable voluntad y capacidad de esfuerzo, su nada-productiva constancia desde una lejanía que impiden despertar cualquier afinidad o sentimiento que se requiera para apreciar en condiciones sobrias y serenas este filme que cuenta la vida difícil y exigua de una familia turca que vive en Estambul.
La falta de habilidad del director en toda su exposición anula completamente tu percepción afectiva, tu sentida visión, se limita a mostrar una estética derruida y empobrecida, de hambre y miseria, abusos y dolor que se exhiben ante ti sin gracia ni talento, en formato de película indiferente y aburrida que cuenta con un argumento que parece no querer ir a ninguna parte, un guión que no ofrece interés y unos diálogos que apenas aportan una explicación o demandada información útil que amenice o avive tu apagado e inerte estado de ánimo, que evita esa más que probable somnolencia y frustración por no lograr involucrar ni un segundo tu corazón, alma o cabeza en la historia.
Interpretaciones muy vivas y veraces que se pierden ante tanta ofuscación direccional, ante esa falta de habilidad para despertar en el espectador la tristeza, comprensión, pena, semejanza, afinidad..., y no un pasotismo afectivo y generalizado que hace flaco favor a nadie y que dudo contente a alguien.
Y, para cuando se pone interesante el susodicho director, Erdem Tepegoz, o se queda sin ideas o se le acaba el presupuesto o lo que sea pero te pega un corte de narices, repentino y sorprendente, que te deja mirando la oscuridad de la pantalla con incredulidad y estupidez creyendo, absurdamente, que es un fallo de proyección del cine y no el remate final de un relato galardonado por los premios, alabado por la crítica, reforzado por una sinopsis atractiva pero de efecto negativo, devastador y cansino para el públcio.
¡Qué falta de sensibilidad más tonta!, ¡qué miseria voraz más desperdiciada!, ¡qué nulidad de conjunto!, ¡qué desapego más cargante!
Sin evolución alguna ni a mejor ni a peor, simplemente un inamovible estado neutro y soso que pesa como esa losa de mármol de una tumba de la que no puedes escapar; no quiero hablar de engaño y fraude pero tus sensaciones no estarán muy lejos de estos poco-deseables adjetivos.



viernes, 25 de julio de 2014

Venganza (In the blood)

Es una buena, efectiva película de acción que coge ritmo frenético, potencia ascendente y un buscado ferviente impacto conforme se acerca su resolución con la acertada intervención de la isla y de sus gentes como apoyo salvavidas, como decoración decisiva que estimula y suscita todo el cuadro.
Con el estilo armonioso de ser ellas ahora quienes llevan el mando, la vara de medir y repartir bofetadas por doquier, ofrece lo prometido y lo deseado, la felicidad de un principio suave y delicioso, el cese abrupto de la alegría y la diversión y su posterior sustitución por el caos y la desesperación, pérdida inútil de tiempo de respetar la ley y a sus representante y, por fin, la adrenalina de coger el mando, la fuerza dictatorial de la justicia en sus manos, el seductor peligro y la sentencia mortal de haber agredido lo que más se ama.
Un recorrido predecible y gratamente esperable cuyo por qué y causa de toda su movilidad se sale un poco de la norma tradicional reforzando un conjunto que, a pesar de la inexpresividad emocional de su protagonista y la limitada aportación del guión en cuanto a frases-sentencias-diálogos, conforma un estupendo abanico de golpes, movimientos y acción. 
Estrategia sencilla, simple de resultado contundente, ingredientes tradicionales para un cóctel apetecible de sabor gustoso que sabe aportar energía, intensidad y violencia en proporciones justas, cautivante agresividad que capta tu atención y aviva tu mirada.
Un buen saber hacer, rápido y veloz, ágil y directo, de ligereza sobria y estética seca y cortante que sabe lo que quiere, que sabe cómo encontrarlo, que sabe dónde ir, que se limita a escoger el marco ambiental, el grado de frescura o pesadez que quiere darle, más giros o menos complicaciones según la duración estimada y..., adelante mis marineros, ¡barco al agua!, que salgan los boxeadores al ring que ¡el combate va a empezar!



jueves, 24 de julio de 2014

Séraphine

No sabía nada de Séraphine antes de ver esta película, prácticamente se muy poco de Séraphine de Senlis después del visionado de este filme.
Y esa es la gran lástima de este relato, la gran pena que se le puede achacar a todo el conjunto, no saber despertar en el espectador la emoción, el cariño y la ternura por este personaje, toda su belleza y encanto, no saber transmitir con pasión y devoción su fascinante peculiaridad, su amor por su arte, el interesante proceder y toque exclusivo de una pintora única y diferente que se queda en mera anécdota curiosa que contar y no en ese potente y atractivo marco que envuelve una vida asombrosa por su mezcla de clarividencia y realidad, hermosura y lástima.
Una maravillosa, excelente interpretación de Yolande Moreau como único impacto y reconocimiento válido pues el director Martin Provost no exhibe con sabiduría, elegancia ni seducción un personaje que se inspiraba en la naturaleza, que hablaba con los árboles, que poseía un interior fuerte y robusto pero una razón caótica e inestable, donde los espíritus y ángeles guiaban sus manos y manejaban sus dedos sin descanso ni permiso al compás de una bella y deliciosa música celestial que envolvía todo su ser y capturaba su tierna y humilde esencia.
Porque, prácticamente, eso es todo, no hay más, no se profundiza en la época ni en los estragos que la guerra causa en su vida, no se penetra con intensidad en su descubridor y mecenas, no se intensifica la exhibición de una vida que se movía entre la exigua limpieza de los cacharros de la cocina y la sabia elección de colores e invención de mezclas, entre fregar el suelo y pintar impresionantes lienzos, entre quitar las manchas de las sábanas e inspirar suspiros de cálida emoción y mirada exquisita por su impactante trabajo, entre la amargura de sobrevivir y la fascinación y alegría de tocar el cielo.
Paso relajada y cómoda, sin alteración ni subversión por un relato soso e inerte que excede en su apagada presentación y escaso recorrido, que languidece cuando debería deslumbrar, que adormece cuando debería despertar en el espectador anhelo de saber más, deseo de indagar, pasión por descubrir y conocer las inquietudes y tormentos de un personaje irrepetible y excepcional por sus penas y glorias, habilidades y debilidades, carencias y talento.
Toda la ilusión, esperanza y expectación que levantan el argumento, el tráiler y todos los premios recibidos -premio Cesar como la mejor película- traicionados por un resultado poco acorde a lo esperado, por la nunca hallada motivación incandescente, la nunca lograda sugestión sugerente y una triste pérdida de todos aquellos sutiles y elegantes sentimientos que me deberían permitir confirmar y admitir, sin duda alguna, que estoy ante una sublime y admirada obra de arte, sensacional y asombroso cuadro de recuerdo perdurable y sensación placentera.
No debería pasar indiferente, sin más, por el museo de la inspiración espontánea y la galería del extraño talento virginal. 



miércoles, 23 de julio de 2014

Las huellas imborrables

El libro es best-seller mundial y la película pasa sin pena ni gloria..., algo pasa, algo anda mal, "algo huele a podrido en Dinamarca" como diría el atormentado Hamlet!
Desde la ignorancia del contenido escrito en bella palabra en el susodicho manuscrito original "The hidden boy" empiezas tu andadura prometedoramente, con esperanzas y curiosidad de un relato interesante que sacie tu anhelo, aún sin complacencia confirmada, de un thriller apasionado, trágico suceso de impacto ferviente y arrebato potente.
Confirmas tus sospechas de acierto al observar su lento y pausado caminar, su sutil proceder como quien quiere encontrar el gran tesoro escondido sin levantar mucho alboroto, sin enfadar ni incordiar, sin formar un enorme bullicio al resolver ese enigma oscuro que no permite descansar a tu cabeza, incomodidad de no saber pudiendo encontrar, la necesidad de resolver para apaciguar la ansiedad, solucionar para anular la inquietante incertidumbre.
Pero pronto empieza el descenso a la mediocridad, a una trivialidad común y corriente, la equivoca elección de un tobogán que lleva a una evitable caída en aguas profundas que crea confusión, poca aflicción y nulo desvelo.
El personaje principal va restando su potente atracción inicial, todo su encanto, aparecen nuevos compañeros de desventura que no aumentan la duda y el deseo de resolución sino el caos y la pérdida, se va consumiento la motivación y el frenesí de salida a cambio de un conformismo y una resignación de llegada ofreciendo una apagada y tenue resolución de recorrido suave, inercia moderada y final poco grato, nada impactante.
Frialdad y distancia en unos personajes que deberían mostrar calidez, emociones intensas y ardientes pasiones, desapego reforzado por diálogos de tibia información y justita explicación más una estética escasa en su efecto participativo para crear contundencia y firmeza en todo el conjunto.
Te contenta como película, satisface mínimamente tus inquietudes pero esa mosca molesta y quisquillosa detrás de la oreja te insinúa que hay mucho más, que no todo está dicho, que no han acertado del todo en llevar la versión escrita a la visión en pantalla, queee..., no, vamos!!!
Tanto deseo de no hacer mucho ruido ni molestar, pasar desapercibido pues..., enhorabuena, deseo concedido!!!



martes, 22 de julio de 2014

Corazón de León

Jack Black se enamora de Gwyneth Paltrow en "Amor ciego" a pesar de su aspecto, de las adevertencias de sus amigos, de los comentarios de la gente; mismo corte-mismo patrón para esta ocasión pero con el toque peculiar argentino, esa entonación descarada pero elegante para decir las verdades, esa magistral irreverencia para ofender con cariño, incordiar con sutileza, luchar y retener lo más deseado con dignidad, pasión y fuerza arrebatadora.
No es su mejor representante aunque cuenta con buenas interpretaciones, agilidad en el guión, frescura en los diálogos y una lección de moralidad encubierta para un argumento que nunca excede su cortesía y encanto pero tampoco roza nunca una empalagosa melosidad que resultaría insoportable y muy cargante. 
Alguna ocasional frase irreverente y atrevida para un relato que quiere gustar, que busca tu sonrisa y ternura, que desea tu conformidad y agrado, que no pretende más que entretener y divertir con soltura y gracia, por momentos, ocurrente, algo de chispa y un toque salero, combinación cómoda y agradable de efecto dulce y, a medias, saciante.
Alivio discreto para las penas, remedio temporal contra la pesadez, solución para los malos rollos, cura liviana para el ardor, una combinación armoniosa y válida de registro sobrio, elegante y dulce para un rato distraído de concentración ligera y sabor ameno, sin muchas exigencias y resultado cálido



The angriest man in brooklyn

Cuando te previenen sobre lo mala que es una película vas sobre aviso, a la defensiva y parece que inconscientemente quieras encontrar algo digno que salvar, un mínimo decente que decir aunque, aún ni por esas se salva esta película del machaque, la quema y el hundimiento, directo al paredón!!!
La gran chapuza que veo en esta ocasión es que han jugado al ping-pong con un personaje al que no han sabido definir en ningún momento, como esa canica a la que pones en movimiento con un suave toque y comienza su andadura sin-ton-ni-son tropezando con todo lo que encuentra, dando golpes sin sentido, giros tontos sin rumbo ni dirección o camino marcado por no hablar de la estupidez de diálogos y conversaciones que tienen lugar que no dan ni para reír ni para llorar ni para entretener al más tonto de los tontos, y eso es decir mucho!!!
Porque el guionista de este relato no sabe lo que quiere, no tiene claro si ofrecer una comedia absurda, un drama llorón, amor fraternal, historia familiar, amargura deprimida, felicidad de vivir, sermón de iglesia sobre la bella existencia, mensaje subliminal sobre aprovechar el presente etc, etc, etc, o simplemente soltar un montón de palabrotas porque sí.., y si él no lo tiene claro imagínate al espectador que está viendo este tostón!
Que Robin Williams sea el protagonista no extraña pues hace tiempo que no hace mas que películas básicas de contenido dudoso y gusto poco satisfactorio pero sorprende más la presencia de Mila Kunis, actriz más de moda que en principio parece que no obtenga nada positivo de participar en un proyecto tan pobre, nimio y superficial.
Y voy a ir terminando porque nunca hubo mucho que decir sólo que para ser el mejor en algo, incluso el mejor dentro de los peores, la historia tiene que tener un mínimo de coherencia y lógica, un poco de argumento que seguir que aquí brilla por su ausencia!!!



lunes, 21 de julio de 2014

La chica del 14 de julio

Estoy tan cansada de esta historia que te intentan vender los expertos críticos que trabajan dando su opinión con pensamientos escritos porque donde ellos ven ironía, mordacidad e ingenio yo únicamente veo memez, tontería y aburrimiento, un eterno letargo de martirio y pesadez.
Escriben de este cansino, penoso Benny Hill francés que es divertida, hilarante, libre y atrevida, un irreverente trabajo delicioso que plasma con alegría y sin ataduras la actual situación social, político y económica que vivimos.
Yo sólo se que terminar su visión ha sido una larga pesadilla sólo soportable por el placer de expresar mi tortura silenciosa en estas, siempre sinceras, palabras que representan mi subjetiva opinión.
También advierten que hay muchas referencias locales que pueden impedir su venta y aceptación fuera de su bella tierra, indiscutible alegato que no puedo negar aunque tampoco puedo afirmar con rotundidad segura que haya sido el único motivo de mi agria decepción, de mi sonámbula letanía y mi devastadora sensación de..., oh por Dios!, que rollo, que tostón, que tomadura de pelo y pérdida de tiempo!, que charlotada!, donde insulto al propio Charles Chaplin al usar su seudónimo como referencia.
Hay películas que calan-otras que rebotan, unas de recuerdo inolvidable-otras de fastidio perdurable.
Yo se que me ha tocado a mí esta vez, espero que tú hayas tenido más suerte y hayas sido agraciado con un filme inteligente de visión fresca y audaz.
Yo me quedé en el lado opuesto.



domingo, 20 de julio de 2014

Eyjafjallajokull

Comedia absurda, poco graciosa y nada recurrente que busca la no-conseguida risa forzada llevando a los personajes al extremismo, a una exageración prescindible poco fructífera que no logra la explosión deseada, los fuegos artificiales buscados y cuya fuerza potencial se queda en lástima de un encuentro neutro de nimio recuerdo y tibio efecto.
Un argumento predecible, de fácil anticipación por muchas vueltas inútiles que realice en su trayecto para confundir y crear expectación, que marea y aturde perdiendo tu tiempo y el de los personajes dando unos tumbos a lo Cantinflas sin-ton-ni-son para alargar un destino conocido y crear un efecto de diversión poco estimulante, cansina sensación de observar dos payasos de poca chispa y escasa gracia que no saben que más forzar para oír tu carcajada en un circo de mucho espectáculo, enorme ruido ambiental pero con pobre contenido y un encanto justito.
Dany Boon, uno de los reyes de la comedia francesa como soporte de toda la no-hallada carga cómica que junto a su compañera de reparto, Valérie Bonneton, conforman una pareja poco atractiva, nada afín que ni con esposas ni pegamento logran encajar cómodamente en un cuadro que vive de un guión alocado que no causa locura, de un estrés que anula la posible diversión, de la frenética movilidad de un autobús poco grato y sin el conveniente freno de emergencias para que no puedas escapar de su vorágine poco sugerente.
Unos diálogos atronadores y chirriantes de muchas voces y chillidos que no ocultan su falta de acierto y sabiduría, de ingenio para mantener tu interés, para lograr una distracción hipnótica que mantenga tu atención en la pantalla por gusto y deseo y no porque no hay otra cosa que ver, porque..., ya que estoy!!!
Intenta ser fresca y ágil, alegre y entretenida a través de un caos poco fascinante, de unos cortocircuitos espontáneos que no seducen, de una intensidad que no se vive por su falta de originalidad, por su ausencia de novedad, porque no hay chicha donde cortar.
Puede verse de forma apacible y relajada, en un estado de calma y tranquilidad que también puedes obtener viendo rodar el tambor de la lavadora mientras ésta está en marcha, lava la ropa y tú adelantas tiempo.
Y lo que más daño le hace es el uso abusivo y poco acertado de la impactante y querida "Intocables" para su venta comercial porque, dentro de su limitado alcance y reducido espacio, no deja de ser una más dentro de un gran abanico de películas semejantes, ni la mejor ni la peor, sin síntomas subversivos ni frenesí loco pero tampoco aburrimiento completo, una mirada plana y sencilla, actitud sosegada para 93 minutos de esparcimiento moderado y de asequible olvido para pasar, sin contratiempos, a otra cosa. 
No cautiva tu atención ni atrapa tus sentidos dejando suficiente espacio libre en tu interior para combinarlo con la lista de la compra, los recados olvidados, los planes para mañana..., oportuna practicidad gracias a la escasa absorción que ofrece.
Siempre hay un lado positivo en todo!!!



La música nunca dejó de sonar


La música como centro del despertar de un cerebro dañado que ha sido devastado por la presencia inoportuna de un devorador asesino que actúa sin piedad, las canciones como protagonistas indiscutibles en la activación de recuerdos hermosos que mueven tu cuerpo y dan energía a un alma abatida, la melodía como terapia recurrente que anula el catatónico sentimiento de una mirada vacía y una esencia muerta...,un lote completo de ilusión, esperanza y progreso que aumenta y magnifica tu emocional estado sensitivo -ya de por sí con tendencias amables y emotivas- que se abren a la simpatía, el encanto, la ternura y el cariño que provoca este protagonista no humano que con su sola presencia y hermoso ritmo endiablado aniquila todos tus males, te permite volar a cielo y crea tu particular y espléndido paraíso en la tierra.
Medicamento contra la angustia y el dolor, la pena y la depresión que con su magnífica explosión y ritmo alocado anula tu aislamiento y aumenta tu inercia soñadora, cautiva tu espíritu cual bella princesa que se enamora de su valiente príncipe azul.
Asombrosa ausencia de los daños cognitivos causados por una horrible enfermedad y la deliciosa maduración de una relación paterno-filial estropeada y pérdida reconducida hacia un contagioso estallido de alegría, diversión y disfrute enternecedor gracias a la intervención de un invitado armonioso que convive con nosotros en silencio y con pausa indefinida pendiente de ese momento mágico donde, a una señal nuestra, pone en marcha su cadena de dulzura, fantasía y emociones y te transporta al universo de la sonrisa, el bienestar y el placer, un sólo clic de encendido y desaparece el mal y todos sus archiconocidos amigos indeseables.
Eso siempre que te guste la música y seas capaz de sentir y dejarte llevar por sus maravillosos efectos relajantes y sanadores; en caso contrario, esta película poco te va a decir aparte de la estima y el valor de ser una historia real pues, sólo es bonita y bella por el contagio subliminal de su esencia y espíritu, por las cálidas y tiernas interpretaciones, porque te hace amar sin estar enamorado, bailar sin saber de baile; no tiene mayor lectura trascendente.
No es un relato fascinante, sólo sencillo y tierno; no es una historia deslumbrante pero aporta luz y esperanza; no es un guión apasionante pero conmueve tu alma y emociona tu corazón; un hecho veraz que invita a creer en la magia, en el poder sensitivo de la música y el ardiente deseo de vivir la experiencia de sentirse bien, gozar intensamente durante los minutos que dure esa preciosa, única pieza rítmica que mueve tus pies, ameniza tu alma y mueve tu cuerpo cual títere en manos de un fabuloso extraño.
Ya no decides tú, ya no manda la razón, ya no depende de lo correcto, estás poseído por la fascinación, la locura y el frenesí de saberte a salvo, único, saboreando ese tiempo irrepetible y  espacio absorbente, momento privado y exclusivo de fervor y ardor, talento y devoción que se palpa en cada poro de tu piel.
"Thank you for de music..." reza una canción de Abba; compruébalo tu mismo, ahora, y ya me dirás!. Sólo tienes que escoger la canción según la emoción que quieras sentir y en la que quieras profundizar. 
La inmensidad de lo infinito a tu alcance!!!



sábado, 19 de julio de 2014

Frances Ha

En blanco y negro y con una música perfecta, muy bien elegida en cada fotograma por su ayuda en intensificar la lectura de la situación muestra, fija tu atención exclusiva en un personaje caótico, atropellado y destartalado de mucha palabrería exterior pero inmensa soledad interior que pierde ese mundo privado y exclusivo creado por ella misma y que siente como el descontrol, el sin sentido, la aceleración autodestructiva se apoderan de ella y de su desenfrenada existencia. 
Una evolución tortuosa, triste y agónica que sólo verá la luz del reposo, la tranquilidad y el silencio después de muchos golpes y baches, desesperados encuentros de inmensa esperanza pero nulo efecto que desembocan sin remedio y con gran alivio en el relax y el descanso de aceptar la realidad y dejar de lado la ensoñación, crecer.
Escudadas mentiras para una Bridget Jones apagada, sin tanto escándalo ni revuelo pero con su misma angustiosa y horrible percepción de no tener sitio, de no encontrar su camino, de perder las ilusiones de una vida que se escapa porque en realidad nunca existió excepto en la imaginación inventiva y fantasiosa de una mujer que no sabe quererse, que no aprecia el valor de su persona, una anhelada aceptación del grupo cuyo rechazo la anula, rebaja y lesiona gravemente.
Una Charlot de poca gracia y mucha lástima, intensa compasión y desvelo que no consigues hacer del todo tuya, un paso a la edad adulta que sólo saca de ti una mirada catatónica, de asombro y perplejidad, desazón y desconsuelo por esta bola del pinball que ha iniciado su partida hacia la locura, el desenfreno y el frenesí, valentía atrevida o estupidez osada de tirarse a la piscina sin comprobar si hay agua, coche sin frenos en la autopista en dirección contraria.
Aprecias, valoras, estimas la estética, la presentación, la definición del personaje, la diversidad de géneros combinada pero nunca dejas de ser una mera espectadora que desde el confort de la lejanía, la seguridad de la distancia ofrece una mirada de escaneo e indagación, una visión cómoda y pasiva que permite observar las lágrimas sin participar del lloro, exhibir el dolor sin sentir el sufrimiento, ver y mirar el desconsuelo desde el consuelo de no sentir ni vivir la vorágine.
Reconstrucción forzosa y al límite de una existencia asfixiante y humillante que causa expectación y desasosiego, incertidumbre y esfuerzo, meritoria resolución de un crucigrama cuya delicia es vivida en el pensamiento, placer del concepto contenido pero ignorada por el sentimiento, olvidada por las emociones que te involucran y hacen amar al personaje, te sientes perdido ante tanta aceleración, mareado ante tanto vertiginoso movimiento, torpe ante tanto andar sin rumbo ni destino.
Una aturdida adolescente tardía, Peter Pan casi en la treintena, que empieza a madurar obligada y a marchas forzadas aunque incomprensible, cansina y loca para el que la sigue, desconcertado, desde fuera.



As cool as I am

Bonita, dulce, agradable, de recorrido sencillo y asequible, con guión afable de corte gustoso y apreciado aunque nada selecto ni peculiar sobre la supervivencia de una responsable adolescente que tiene que lidiar con unos padres inmaduros que viven su no experimentada juventud a una tardía y ridícula edad totalmente desfasada, que experimenta las dudas y cavilaciones de su íntimo crecimiento y los errores y quiebros de su propio andar.
 Visión ligera y cómoda para un típico argumento de camino televisivo o formato de capítulo de serie actual que exhibe las controversias, las alegrías y penas, los sinsabores de una familia desestructurada así como el hallazgo de una alternativa aceptable con la que existir, ese pacto silencioso que permite seguir rodando y continuar con serenidad a pesar de los avatares.
 El atractivo principal, y puede que único, es el nombre famoso de sus dos estrellas participantes -unos inconscientes padres interpretados por Clare Danes y James Marsden- que permite vender la película a miras más altas de lo previsto, a simple vista, por su limitado aunque amable y tierno contenido, un drama familiar suave y comercial, ágil y placentero que no profundiza en la crisis emocional de los personajes, en el descarrilamiento de sus vidas ni en la particularidad de cada vagón participante; únicamente se limita a una exhibición llevadera, tenue y maleable, una postura confortable y tierna que permite una mirada cálida y relajada, poco penetrante y nada intimista.
 Superficialidad para un relato pobre en su dramatismo, carente en su vigor, leve en su consistencia, vacío en su deseable cautiverio, en el superfluo impacto de sus emociones y sentimientos, un filme de consumo rápido y veloz, activo práctico que vive más de la decoración exterior que de intervenir en la verdadera cuestión de fondo, desidia de ir más allá de una lectura ligera y sutil, nimia y tenue, liviana y escasa, de una digestión reconfortante y plácida, tranquila y reposada.
 Válida para pasar el rato, involucrarte poco y no pensar mucho.




viernes, 18 de julio de 2014

Blue like jazz

Puedes concretar y personalizar, verlo desde el punto de vista del Dios cristiano, mensaje de llamada de Cristo o ampliar tu mirada y extrapolarlo a cualquier individuo, de cualquier religión o ninguna que atraviesa una crisis existencial sobre su persona o creencias, que se encuentra perdido en medio de un océano de olas inmensas y dispares a cual más potente y peligrosa y que descubre que es imposible huir de su persona, negarse a sí mismo por muchas capas de disfraces que se usen y copias falsas que se intenten realizar. Sólo que el director Steve Taylor ha tenido muy poca gracia, tino y acierto para llevarlo a cabo, estaba tan inmerso en crear una película chistosa y jovial, ligera y ñoña, comedia gamberra de ambiente estudiantil que se olvidó de su propio objetivo, de los sentimientos de fondo, de lo único que valía la pena; diversión, juerga, desenfreno, alcohol como antítesis de la serenidad y bienestar, del confort y la relajación de saberse en su sitio, de conocer el camino y saber la respuesta a la eterna pregunta, existe Dios?, que me reitero, puede ser ampliado a un más genérico, quién soy yo?, que no deje a nadie excluido -ninguna oveja descarriada, fuera del rebaño, no?-, pero me temo sería realizar una inteligente lectura que no pretende el relato, llegar mucho más lejos de lo en principio obvio y marcado pero..., una vez ofrecido al público la interpretación, impresión y enfoque que se haga de un relato visual-escrito-pintado o como quiera que éste se presente es libre, de miras infinitas y amplitud inmensa. Entre una película tonta y superficial, de personajes estereotipados, diálogos de risotada vacíos y un entretenimiento rápido y fugaz, nimio y poco acertado o un largometraje de fondo oculto válido, escondido souvenir a descubrir, que intenta expresar con mucha torpeza y pocas habilidades el despertar ermitaño de cada uno, "El Alquimista" que todos llevamos dentro, la aventura que debemos llevar a cabo me quedo con la segunda, la otra opción es admitir que he perdido mi tiempo con otro filme estúpido y sin rumbo sobre los típicos del ambiente universitario y del mundo religioso. Quien no se consuela es porque no quiere!!!



jueves, 17 de julio de 2014

Ahora y siempre

"La vida son momentos" y en esta película, cada meticuloso momento ha sido cuidado con delicadeza y sumo gusto, un sutil estilo de fragilidad, serenidad y belleza conjuntado con gran exquisitez, mucha calma y reposo ante la anunciada llegada de la muerte que se adelante con dolorosa precipitación.
Dakota Fanning es la historia, todo el relato, su penetrante y magnífica interpretación supone el cautiverio de tus sentidas emociones, de la sensibilidad de los cinco sentidos, irradia quietud y tranquilidad a través de miradas intensas y profundas que anhelan desesperadamente vivir sus sentimientos antes de despedirse, ese mitificado amor que te libere de una enfermedad acosadora, ese contacto carnal que te proteja de todos tus miedos, esa seguridad y deseo de un fuerte abrazo que te envuelva como suave toalla que te aisla del devastador frío de la soledad y te acerca hacia el confort y placer de saberse protegido y a salvo.
Un adiós lento, bello y angustioso de una frágil y quebradiza joven realizado con gran calidez y dulzura, con una impresionante y selectiva fotografía que a cada fotograma envía una deliciosa postal de ensueño, un placer sublime para la vista que te habla sin palabras de la grandeza, de la soberbia, de la magnificencia de una increíble naturaleza, de una querida existencia, de una vida que se escapa a cada segundo.
Tampoco mentiré, se trata de un romance juvenil, un drama familiar, esa búsqueda gloriosa del primer amor, una historia romántica entre adolescentes más sin aporte de novedad alguna excepto el uso, como base para magnificar y remover los sentimientos despertados en el público, de la enfermedad y el dolor, la injusticia y la lástima, esgrimar la pena y compasión de quien tiene el destino seguro, de quien sabe la hora y el día que partirá hacia nunca jamás, un viaje realizado con ternura, elegancia y encanto, una suave melosidad que no empalaga, todo ello reforzado por sólidas interpretaciones que fortalecen con rotundidad y armonía al principal protagonista de esta aventura hermosa y fatídica.
El reposado y ardua caminar, los cómodos silencios que embellecen el aire, el reconfortante despliegue de una estimada mariposa que bate sus alas y cambia el mundo de los que le rodean, que deja escrito su nombre para ser recordado con finura y distinción, relax de aceptar-lloro de rebeldía que se apaga, sentimientos encontrados que explosionan generando ese mar de lágrimas imposible de contener.
Toda esta descripción poética sólo servirá si tu grado de implicación es alto, si logras querer, sentir y apreciar al personaje con vívida emoción y cariño sincero dentro de la innegable e indiscutible afirmación de que es un filme cliché, simple y básico que con sus mimosos detalles y lujoso arte puede llegar a tocar tu alma y conmover tu corazón. 
En caso contrario verás todo un despropósito absurdo y cursi de contenido pesado y tonto que busca la lástima y la sensiblería fácil y que da ganas de vomitar.
A mí logró tocarme la fibra sensible, tenía una noche rara, qué quieres que te diga!!!