miércoles, 30 de julio de 2014

Mejor otro día (A long way down)

Con un inicio impactante y prometedor la película se desarrolla por unos cauces de simpatía, ligereza, agilidad y frescura, un conjunto de sentimientos afines muy llevaderos que te colocan en una aptitud de grato recibimiento, alegría dispar y bienestar agradecido.
Historia afectuosa, cómoda y divertida por momentos que no se complica su existencia, una apuesta por la vida poco penetrante y de fuerza nada deslumbrante pero encantadora, de sonrisa afín y cordialidad mutua que te despierta sensaciones de acogimiento, ternura, alegría y comprensión.
Cuatro estupendos actores que con su esforzada, genial y magnífica interpretación mantienen el nivel de la historia a buen recaudo, personajes queridos que forman un equipo ameno que busca tu empatía y afinidad sin provocar lágrima alguna, con la esperanza de alguna carcajada esporádica y la confirmación del encuentro con un relato de intensidad leve, efímera exigencia y una leve exposición que busca tu aprobación, tu abrazo y tu amistad.
No vas a encontrar sorpresas ni giros inesperados ni momentos de gran jolgorio o profundo sollozo en un guión amable, dulce e indeciso en su mezcla de superficialidad y serenidad, pena y alegría, dolor e ilusión, un confort generalizado que , como quien busca busca ser tu amigo, te ofrece dosis pequeñas de tristeza, diversión, dramatismo, desesperación, fugacidad..., un pasar el rato, un dejarse querer simple, llano y de obvia sencillez.
Su venta y marketing levantan unas expectativas que sólo se confirman a medias, una escasa oferta donde son más tus ganas de aprecio y cariño hacia ella que el entorno creado por la historia, que lo que ella muestra y aporta por tanto..., si acudes con esa predisposición, con ese espíritu preparado y abierto a la recepción del entretenimiento breve y sutil, bonachón, ingenuo y dicharachero te será suficiente, despertará tu afectividad más cordial y positiva aunque..., también puede darse el caso de una marcada y nula recepción por tanta nimiedad y tontería, ofuscación por un argumento que ofrece la misma distracción que jugar al parchís con tu abuela, es entrañable la compañía, tiernas las historias que relata, cálida la sensación recibida pero lejos de una estupenda juerga con los amigos, de una potente noche de diversión y alegría.
Sólo hay que escoger el instante adecuado y oportuno para verla sabiendo los límites de lo que ofrece.
La teoría dice que hay un momento y tiempo para todo, que cada cosa y entidad tienen su lugar y su espacio.
Elígelo bien y no te defraudará.
La humildad y complacencia del adjetivo "bonita", en ciertas ocasiones, puede ser gratificante y de hermosa validez.
Para esta película va que ni pintado.



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