miércoles, 23 de julio de 2014

Las huellas imborrables

El libro es best-seller mundial y la película pasa sin pena ni gloria..., algo pasa, algo anda mal, "algo huele a podrido en Dinamarca" como diría el atormentado Hamlet!
Desde la ignorancia del contenido escrito en bella palabra en el susodicho manuscrito original "The hidden boy" empiezas tu andadura prometedoramente, con esperanzas y curiosidad de un relato interesante que sacie tu anhelo, aún sin complacencia confirmada, de un thriller apasionado, trágico suceso de impacto ferviente y arrebato potente.
Confirmas tus sospechas de acierto al observar su lento y pausado caminar, su sutil proceder como quien quiere encontrar el gran tesoro escondido sin levantar mucho alboroto, sin enfadar ni incordiar, sin formar un enorme bullicio al resolver ese enigma oscuro que no permite descansar a tu cabeza, incomodidad de no saber pudiendo encontrar, la necesidad de resolver para apaciguar la ansiedad, solucionar para anular la inquietante incertidumbre.
Pero pronto empieza el descenso a la mediocridad, a una trivialidad común y corriente, la equivoca elección de un tobogán que lleva a una evitable caída en aguas profundas que crea confusión, poca aflicción y nulo desvelo.
El personaje principal va restando su potente atracción inicial, todo su encanto, aparecen nuevos compañeros de desventura que no aumentan la duda y el deseo de resolución sino el caos y la pérdida, se va consumiento la motivación y el frenesí de salida a cambio de un conformismo y una resignación de llegada ofreciendo una apagada y tenue resolución de recorrido suave, inercia moderada y final poco grato, nada impactante.
Frialdad y distancia en unos personajes que deberían mostrar calidez, emociones intensas y ardientes pasiones, desapego reforzado por diálogos de tibia información y justita explicación más una estética escasa en su efecto participativo para crear contundencia y firmeza en todo el conjunto.
Te contenta como película, satisface mínimamente tus inquietudes pero esa mosca molesta y quisquillosa detrás de la oreja te insinúa que hay mucho más, que no todo está dicho, que no han acertado del todo en llevar la versión escrita a la visión en pantalla, queee..., no, vamos!!!
Tanto deseo de no hacer mucho ruido ni molestar, pasar desapercibido pues..., enhorabuena, deseo concedido!!!



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