domingo, 20 de julio de 2014

La música nunca dejó de sonar


La música como centro del despertar de un cerebro dañado que ha sido devastado por la presencia inoportuna de un devorador asesino que actúa sin piedad, las canciones como protagonistas indiscutibles en la activación de recuerdos hermosos que mueven tu cuerpo y dan energía a un alma abatida, la melodía como terapia recurrente que anula el catatónico sentimiento de una mirada vacía y una esencia muerta...,un lote completo de ilusión, esperanza y progreso que aumenta y magnifica tu emocional estado sensitivo -ya de por sí con tendencias amables y emotivas- que se abren a la simpatía, el encanto, la ternura y el cariño que provoca este protagonista no humano que con su sola presencia y hermoso ritmo endiablado aniquila todos tus males, te permite volar a cielo y crea tu particular y espléndido paraíso en la tierra.
Medicamento contra la angustia y el dolor, la pena y la depresión que con su magnífica explosión y ritmo alocado anula tu aislamiento y aumenta tu inercia soñadora, cautiva tu espíritu cual bella princesa que se enamora de su valiente príncipe azul.
Asombrosa ausencia de los daños cognitivos causados por una horrible enfermedad y la deliciosa maduración de una relación paterno-filial estropeada y pérdida reconducida hacia un contagioso estallido de alegría, diversión y disfrute enternecedor gracias a la intervención de un invitado armonioso que convive con nosotros en silencio y con pausa indefinida pendiente de ese momento mágico donde, a una señal nuestra, pone en marcha su cadena de dulzura, fantasía y emociones y te transporta al universo de la sonrisa, el bienestar y el placer, un sólo clic de encendido y desaparece el mal y todos sus archiconocidos amigos indeseables.
Eso siempre que te guste la música y seas capaz de sentir y dejarte llevar por sus maravillosos efectos relajantes y sanadores; en caso contrario, esta película poco te va a decir aparte de la estima y el valor de ser una historia real pues, sólo es bonita y bella por el contagio subliminal de su esencia y espíritu, por las cálidas y tiernas interpretaciones, porque te hace amar sin estar enamorado, bailar sin saber de baile; no tiene mayor lectura trascendente.
No es un relato fascinante, sólo sencillo y tierno; no es una historia deslumbrante pero aporta luz y esperanza; no es un guión apasionante pero conmueve tu alma y emociona tu corazón; un hecho veraz que invita a creer en la magia, en el poder sensitivo de la música y el ardiente deseo de vivir la experiencia de sentirse bien, gozar intensamente durante los minutos que dure esa preciosa, única pieza rítmica que mueve tus pies, ameniza tu alma y mueve tu cuerpo cual títere en manos de un fabuloso extraño.
Ya no decides tú, ya no manda la razón, ya no depende de lo correcto, estás poseído por la fascinación, la locura y el frenesí de saberte a salvo, único, saboreando ese tiempo irrepetible y  espacio absorbente, momento privado y exclusivo de fervor y ardor, talento y devoción que se palpa en cada poro de tu piel.
"Thank you for de music..." reza una canción de Abba; compruébalo tu mismo, ahora, y ya me dirás!. Sólo tienes que escoger la canción según la emoción que quieras sentir y en la que quieras profundizar. 
La inmensidad de lo infinito a tu alcance!!!



No hay comentarios: