martes, 22 de abril de 2014

No quiero dormir sola

La vejez, la soledad, el olvido, la demencia senil de una actriz famosa venida a menos; la nulidad física, la dependencia emocional, el buscado apoyo masculino, la ausencia de confianza propia de una apagada nieta que no encuentra su propia personalidad. El encuentro forzoso entre ellas repercutirá en efectos positivos para ambas centrando su atención en la joven la cual adquiere fuerza, carisma, amor propio para empezar a decidir por si misma y encontrar su anhelada felicidad. Todo esto es más atractivo e interesante narrado que visionado pues los personajes apenas están desarrollados o perfeccionados, todo el trabajo se limita a una simple exposición de unos alternos días sin entrar en complicaciones familiares, sin profundizar en el asedio desesperado de compañía, sin debatir el destino final de nuestros ancianos..., nada de nada excepto melancolía, necesidad y desamparo; lo cual sería buen argumento si las formas, el ritmo y toda la estructura tuviera un montaje más acertado y efectivo. Limítate a mirarla si te apetece, a acabarla si despierta tu curiosidad o a obviarla sin repercusiones de arrepentimiento; todo es elegir!!!





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