sábado, 11 de mayo de 2013

Todas las canciones hablan de mí

Es un buen primer intento de Jonás Trueba como director pero su guión es demasiado ingenuo, demasiado simple y necio sin capacidad para  mostrar la madurez necesaria para hablar de relaciones, sin un potente guión que te capte y te muestre un personaje interesante, atractivo por lo que tiene que ofrecer así como un entorno de amigos que le apoyen y redondeen un contexto digno de contarse; sin embargo, la elección de la música es excelente. No es capaz de transmitirte el dolor de su alma, su enorme sensibilidad ante el trauma que está viviendo debido a una dirección ausente, sosa y demasiado estática -en ocasiones, el personaje parece Charlot perdido en la ciudad!- debido a unos personajes que son sólo caras, sin fondo que te rebose, con frases caducas llenas de mitos clásicos y aburridos. Se augura un buen futuro al director pero el presente es débil, la movilidad de la película es únicamente aparente -te da igual el recorrido del personaje o que pueda pasarle; te transmite una desgana que te aprisiona sin escape-. Puede que su principal fallo sea ser demasiado mono-temática, un guión excesivamente poco rodado!!!

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