sábado, 22 de diciembre de 2012

Golpe de efecto

Película sobre el mundo del béisbol que esconde en sus entrañas una corriente historia de amor pero que queda magnificada por la presencia de un Clint Eastwood cuyo porte y distinción siguen siendo majestuosos. Robert Lorenz se apoya en su eterno amigo para darle dignidad a un relato que no tiene mayor secreto ni atractivo; la pareja de Amy Adams y Justin Timberlake pasan desapercibidos ante la fuerza de su maestro director. Con el mismo papel que ya representó en "El Gran Torino" pero sin la fuerza reveladora de un guión y una actuación que pasarán a la historia de todo cinéfilo, en esta ocasión se limita a ser un acompañante con su propio estilo de hacer las cosas, un veterano ojeador del deporte americano por excelencia. Conservando parte de la sencilla grandeza del cine particular de este gran actor, su amigo director se conforma con menos -o le falta experiencia para llegar- y presenta un film amable, tierno y sentimental, agradable de ver pero que no destacaría si no fuera por la explosiva comparecencia del tantas veces mencionado -y me quedo corta-. Sin duda alguna, poder volver a verle actuar, después de su negativa dictatorial a volver a hacerlo, es lo que más se disfruta, gratifica y deleita de este trabajo; el resto es un complemento excusatorio, elaborado con corrección y diplomacia, que no aporta mucho más que otra historia más sobre el mundo del deporte. Intentando ser el sucesor de su cine, y con el apoyo del viejo cascarrabias, Lorentz intenta crear huella ante el vacío que anticipa su no eterna participación en la Gran Pantalla; lo que no adivina es que craso error es imitar lo inimitable, emular lo excepcional. Es darse de narices contra la pared!

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