El mensajero

Historia real de la valentía de un padre para relacionarse con el tráfico de estupefacientes y, así, liberar a su hijo de una condena; coraje y valor fraternal que cambiará la vida de todos los miembros de esa familia para siempre. Con la salvedad de que, habiendo mucha tela para la recreación de escenas de acción, de impacto físico que llene la pantalla, el guión deja aparcada esa posibilidad para centrarse más en los personajes, en su dolor y en todo lo que están dispuestos a arriesgar por aquellos a los que quieren; exhibición de un amor incondicional que no conoce límites. Historia verídica que encuentra hueco en el corazón del espectador. Una posible decepción puede ser su protagonista, Dwayne "The Rock" Johnson, que en un atractivo y osado intento de actuar más allá de sus músculos, decepcione a un auditorio que busca en su presencia la seguridad y confirmación de puñetazos, golpes y persecuciones. Entretiene lo suficiente como para no perder el hilo, cine del gusto del público, previsible y poco complicado, de fácil digestión y rápida elaboración. Lo más interesante, el intento de supervivencia de un actor cuyo género en el que se mueve, dentro de poco, ya no será una opción. Limitada a ser vista con un rápido olvido. La presencia de una veterana Susan Sárandon sube, en parte, su caché.