domingo, 22 de diciembre de 2013

La vida de Adele

Necesarias las tres horas de duración para poder expresar, de forma tan explícita y maravillosa, tanta emoción y sentimiento, desfile alternativo de dolor, pasión y amor expresado con una potencia encantadora; total y completa desnudez física y afectiva, revelación del alma y necesidad carnal tratada con una magistral naturalidad y una fascinación, sugestión que impresiona enormemente y corta la respiración. La vida de una personaje, su despertar inocente a la madurez, el descubrimiento de uno mismo, encontrar y perder tu camino, estrellarte y sobrevivir..., el AMOR -con letras mayúsculas-, esa tantas veces maltratada palabra expresada con una excelente y soberbia viveza, con una audaz y valerosa puesta en escena -exquisita-, con un inteligente y delicado guión siempre acompañado de una explosiva, profunda y de gran calado sensitivo -para el espíritu del espectador- interpretación por parte de unas magníficas actrices -ambas impresionantes- que lo expresan todo con su fulminante presencia física y su reveladora mirada interior. Imposible pasar ajena a todo lo que expresa, a todo lo que dice y lo mucho que calla; te cautiva y alcanza irremediablemente, detiene tu más sentido aliento a la espera de sus acontecimientos y del devenir de un corazón amado que se topa constantemente con la soledad. Una película que habla, siente y expresa lo que es el AMOR, que lo vive y te lo hace vivir con anhelo y con una personaje que te conduce en su dulzura, en su felicidad y en su amargura; es para sentarse y sentir, empezar su recorrido y llegar a la meta final con la suavidad y ternura amarga que ofrece exponerse a amar y ser amado. Simplemente, una vida; la vida de una chica llamada Adele. 

4 comentarios:

Paula dijo...

Soy lesbiana y ver esta película me ha producido un profundo asco y
rechazo de ver cómo un cabrón morboso nos reduce tristemente a lo mismo
de siempre: ninguna profundidad, ningún guion brillante, ninguna trama
ni problemática trascendente…. nada más que 15 minutos de sexo salvaje
para dar morbo y ganarse a la crítica masculina, y vender una película
que no es más que pornografía fácil y gratuita disfrazada de la historia
de amor más increíble jamás contada. De haber sido dos hombres los
protagonistas (o un hombre y una mujer), el director jamás se habría
recreado así en una escena sexual entre ellos y la película no habría
sido tan brillante para los críticos. Esta peli no ofrece nada más que
el morbo de la homosexualidad femenina y, sobre todo, las imágenes
explícitas que lo corroboran. Si la pareja hubiera sido heterosexual y
si el sexo realista hubiera sido tratado de manera más sutil, de esta
película ni se habla. Y mucho menos se la premia. Pero claro, a los
críticos heterosexuales les ha gustado mucho y por eso ganó Cannes. Qué
asco y qué pena.

Paula dijo...

Las propias lesbianas somos tan críticas con esta película precisamente porque nos vemos reducidas a una fantasía absurda de un hombre heterosexual, posturas ridículas y una actitud como de “vosotras tocaos hasta la extenuación que yo filmo”. Teniendo una historia tan maravillosa como la que tenía, con un temazo a desarrollar, un punto de partida estupendo en la obra original para trabajarlo y unas actrices entregadas y convincentes para darle vida, Kechiche ha malgastado sus 180 minutos de película en tijeras y cunnilingus. A “La Vida de Adèle” le falta verdad y le sobran erecciones. En su cómic, Julie Maroh quiere dar visibilidad a las dificultades con las que se encuentra un adolescente durante el proceso de aceptación de su diversidad sexual, además de presentar una historia de amor excelente, bien cuidada, respetuosa, estética. Pero la prioridad de Abdellatif Kechiche ha sido ejercer de dictador. Él quería sostener la lupa como un voyeur dándose el lujo de exigir todas sus fantasías desde el lugar más privilegiado. No nos extrañe pues que Maroh haya denominado a esta película “pornografía para mentes masculinas”.
Conste que en ningún momento se discute sobre no mostrar sexo en la película, de hecho es necesario y está justificado que se muestre, pero no ASÍ. El problema no es con el sexo explícito siempre que esté justificado y bien presentado, como por ejemplo sucede en el cómic. El problema es cuando se ha decidido mostrar una escena sexual larguísima con el único propósito de crear morbo gratuito y polémica. Podía haber sido una escena de sexo rodada con respeto, buen gusto, erotismo y sensibilidad y no quedarse en el puro morbo de un director tiránico que parece regodearse en las tijeras y el cunnilingus mientras filma para después querer tomar al espectador por tonto, hacerse el ingenuo y pretender venderlo como otra cosa. Eso es lo indignante. Más que una relación sincera y realista entre dos mujeres parece una fantasía pornográfica bastante tópica (e incluso ridícula por determinadas posturas) de un hombre heterosexual y obsesivo. Por ejemplo, una película como Nymphomaniac es bastante más honesta que ésta en cuanto a propósitos y objetivos, ya que no miente al presentarse a sí misma: “FORGET LOVE” es su frase de presentación y en ningún momento reniega de sus escenas pornográficas o de sexo explícito. Pero Kechiche hace todo lo contrario, muy hipócritamente: rueda escenas claramente pornográficas y de bastante mal gusto y nos las quiere hacer tragar no sólo como necesarias sino como demostración de la pasión más auténtica. Pues por eso yo no paso, lo siento mucho, no quiero que se me tome por idiota. Lo que ha rodado este hombre es porno, se ha recreado en él y en las actrices y ha querido hacerlo así para llenar más salas, crear más audiencia y alimentar más morbo (sobre todo el masculino). En el cómic las escenas de sexo no tienen nada que ver. Son explícitas, sí, pero no se recrean injustificadamente ni ofrecen morbo gratuito no resultan tópicas o insultantes. Son naturales, sugerentes y estéticas. En la película no veo más que tetas bamboleantes y posturas ridículas propias de un vídeo de Youporn.
Así que no nos hagamos los suecos. Si Kechiche hubiera dirigido “Brokeback Mountain” (o una película protagonizada por dos chicos en lugar de dos chicas), ni de coña nos habría deleitado con 10 "súper necesarios y súper justificados" minutos de "bellísimo" sexo anal, ni los críticos la habrían considerado tan brillante. Dejémonos de querer hacer comulgar con ruedas de molino, que todos sabemos por qué ha sido tan alabada y premiada, y no precisamente por su "impresionante" fotografía ni su "profundísimo" guión. Pura hipocresía al servicio del morbo gratuito.

Juan Ignacio dijo...

El otro día te dejé aquí un comentario, pero se ha debido quedar vagando en el ciberespacio.

Te venía a decir lo que te digo ahora. Que me gustó muchísimo esta película, tanto como a ti http://solocuandomeaburro.blogspot.com.es/search/label/Ad%C3%A8le%20Exarchopoulos

También te decía, Lourdes, que se ve lo que te gusta el cine, que sobre gustos cada uno tenemos los nuestros; pero que hay algo indudable, ¡lo bien que escribes! Me encanta leer tus reseñas tan bien escritas, a pesar de lo rápido que lo haces, que también se nota :)

Un cordial saludo.

Unknown dijo...

Perdona, no recuerdo haber leído nada previo; no te niego que voy siempre con prisas y, si añadimos lo despistada que soy, la mezcla ya es ¡un accidente andante!...jajaja. Gracias por el comentario