martes, 28 de abril de 2015

El destino de Júpiter

Bebe de todas las fuentes para acabar rallándose con sus propias ideas y sin ser capaz de crear corriente alguna, sólo estropicio mal barruntado/peor llevado.
Estás viéndola y te da todo igual, te parece todo ¡una maldita broma!
Entiendo que, después de tantas películas del mismo estilo, uno intenta ser diferente para destacar y sobrevivir a la copia de copias pero, si esa pretendida exclusividad supone ir a peor, ¿qué mérito tiene?, ¿en qué hemos mejorado?
Cinco minutos decentes de aburrida vida terrenal que te hacen albergar la esperanza de que no será tan mala como lo leído sobre ella vaticinaba pero, entonces llegan los clones de Caín -la maldad de hermano de ET- más un héroe, simulador de Spock sin su añorada Enterprise, cuyas zapatillas le hubieran encantado a Michael J. Fox para desplazarse en "Regreso al futuro" más, un montón de estrafalarios seres de otro mundo disputándose la Tierra como próxima cosecha de merienda mientras los humanos, especialmente los que hayan visto esta película, alelados oyendo una explicación de leyenda milenaria que no interesa ni a la propia protagonista que mira como la trasladan de limpiar habitaciones a ser Su Majestad, a estar rodeada de frikis y, entre tanta herencia, burocracia, intentos de matarla y posible matrimonio de conveniencia, sólo pensar y suspirar por que Mister musculitos, de labios carnosos y perilla lustrosa, la abrace, le de un beso y declare su amor eterno.
Este universo parece una partida de coloridas canicas entre críos caprichosos, extravagantes y bastante ridículos, por su excesivo maquillaje y disfraz elegido, que apuestan a ver quién dice más tonterías, hace más payasadas ruidosas y mantiene su cháchara más creíble sólo que, la primera que pierde toda credibilidad en este circo surrealista, de recreación futurista bastante torpe y nada fructífera, es Mila Kunis, que desfila por este tour planetario de ciencia ficción, sin aliciente ni provecho, al igual que tú, oyendo bla, bla, bla y dándole todo lo mismo pues, por fín, tiene ese deseado beso de su chico enamorado.
Minutos y más minutos de malabarismos teatrales, de velocidad galopante y ritmo atontado, que dan volteratas entre gárgolas y demás seres inventados con escasa imaginación, abuso de unos efectos especiales, de gran connotación negativa, que malogran a su referente -un, aún hoy, preciado y estimado "Matrix", en su momento, revolucionario y deslumbrante- y un competidor afónico, con el síndrome de Edipo, que trata de matar a su madre por consejo ilustrado de un, ya arcaico, Sigmund Freud que, aunque hacía referencia al genérico para expresarse, aquí la concreción es importante.
"El tiempo es el bien más preciado del universo", pues aquí hemos perdido 127 preciados minutos, imposibles de recuperar, pues para ser la dueña de la tierra, sólo ella y su fiel escudero, que abandonó a su compañero poli en Jump Street por patinar, sin manos, por el espacio, parecen divertirse porque, el resto, sentados, bastante aburridos ¡a verlas venir!
De tontería a estupidez, a revoltijo de ensalada mixta y tiro porque me toca, para acabar no cenando dado el estrafalario menú presentado, toda una caótica aventura, de nulo beneficio, donde ni siquiera la parte artística, de imaginación e inventiva sobre 
seres superiores que dominan y se reparten el universo, destaca por encima de una media, tirando a menos, que desacelera progresivamente al intentar desmarcarse de lo habitual, robando pedazos de todos sus parientes cercanos, para confeccionar un telar insustancial, vacío y poco motivante que desactiva todos los sentidos conforme avanza y construye un cómic sin gracia, interés o adrenalina, poco lucimiento para todo el espectáculo montado y su director de orquesta, los Hermanos Wachowski, que ni a propósito son capaces de cosechar menos elogios.
"Cuando una campana suena, un ángel consigue sus alas" se afirmaba en la inolvidable "Qué bello es vivir", aquí, que el guardaespaldas consiga sus alas es aviso de campana que pone fin a la película para que enciendan las luces de la sala y poder volver a tu vida bella pues la has visionado, has superado la prueba y mereces la recompensa..., cambiar la compañía y albergar la esperanza de que mejoren las cosas.
¡Ánimo!



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