miércoles, 29 de abril de 2015

Justi&Cia

"Todos los pensamos pero nadie lo hace" y para alguien, Ignacio Estaregui, que se decide a tomar el mando y llevarlo a cabo ¡va y le sale esta chapuza!
Porque, por mucho que quieras ser condescendiente, benévolo y no excesivamente cruel, la verdad sea dicha y la justicia proclamada que, aquí, sólo hay una buena idea, apetitosa teoría de expectativas halagüeñas pero que se estrella contra la nulidad de su práctica, la incompetencia de un deseo mancillado al ser transformado en hecho, la pifia de plasmar en realidad filmográfica lo que en su mente era delicia y, acá, la impericia y torpeza no reside en su bajo presupuesto, en el modesto planteamiento, en lo limitado de sus recursos sino en la falta de trabajo, inteligencia y esmero por diseñar un guión acorde al argumento pactado, en el corto alcance de sus pretensiones y de sabiduría para elaborar un conjunto que complazca, cuidar el volcabulario, diseñar los diálogos, mantener un ritmo equilibrado, frescura en la movilidad, consistencia en los pasos, carácter en los personajes, determinación en la estructura, atracción en su centro y motivación cumplida, amén de actuaciones más vivas, convincentes y palpables que transmitan impresiones sentidas y no un triste desfilar, sin mucho arte ni ingenio, que se une a unos fotogramas muy bajos de intensidad y una evolución de los hechos narrados que, en lugar de transmitir la fuerza, valor y coraje que estaba previsto en el menú, se resigna con ser corolario de mediocridad que no lleva a ninguna parte.
"Dos cobardes hacen un valiente", poca valentía se encontró en unos papeles, simplones e insustanciales, donde lo único válido es tener la oportunidad de volver a ver a un actor querido, Alex Ángulo, del que nunca más se podrá disfrutar pues la interpretación del resto es de tal sosez, desgana y falta de crédito que más le valdría haber recurrido a estudiantes de futuro profesión compartida quienes le hubieran puesto más vivacidad, dinamismo y ganas.
Lamento de oportunidad perdida y abandonada a una suerte poco agraciada que se podía haber realizado mucho mejor de lo, finalmente, ofertado, más acorde con lo esperado de una anticipada suposición que le otorgó propiedades de las que, con mísera obviedad, carece, condimento más apetecible, gustoso y consistente con un relato que se conforma con migajas y realiza abstinencia de alimento para quedarse famelico en lugar de preferir pasar al engorde.
No se disculpa la bajeza de miras, el escaso orgullo de meta y altivez de imaginar un desarrollo más suculento y voraz, la ausencia de habilidad y destreza para confeccionar un recorrido más deseable y un consumo más satisfecho, talento generalizado que se escapa por no se sabe dónde pues se intuye pero, inmediatamente, se desinfla cula globo etéreo que vuela por inercia, no porque sepa lo que hace.
No capta tu atención, no seduce tu conciencia, no estimula, ni con convicción ni sin ella, a unos estímulos que ven actuar a Justino y compañía y no les hace gracia, ni drama, ni alteración, ni conmoción ¡ni Santas Pascuas!
Dirección pobre, manuscrito ínfimo, esterilidad de una merienda apenas sabrosa que no llega a despertar la gana y ansia de un paladar que la devora ausente y distraído, filme casero realizado para ellos, imposible que consiga adeptos.
"Antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu casa Justino"; con la que cae políticamente, desde hace tiempo en nuestra sociedad, corrupción, fraude, malversación y robo de los mandamases de traje, decepcionante visión de unos gobernantes a quienes les importa aumentar su patrimonio y pasan del bienestar del pueblo y ¡esto es todo lo que se te ocurre!, ¡lo único que sabes hacer con material tan suculento!, ¡más imaginación que ahora se entiende su corta duración!
"Yo no te pido la luna, tan sólo quiero.." emocionarme, seguirte en tu aventura y sentirme parte de la familia y no sentarme en una esquina y ver como el baile tiene lugar sin que participe aunque, visto lo visto, ¡dudo hubierta aceptado la invitación a salir a la pista del baile!
Aquí la sencillez cansa, molesta y apesadumbra.



No hay comentarios: