sábado, 11 de junio de 2016

Broken horses

Los lazos de hermandad, las leyes de la lealtad y el sinsentido de la violencia se ponen a prueba con esta película sobre la guerra por el narcotráfico que se desarrolla entre las fronteras de Estados Unidos y México. 'Broken Horses' está protagonizada por dos hermanos, un violinista que vive en Nueva York y un asesino a sueldo.


Fidelidad por un hermano.

Al elegirla no esperas un peliculón como éste, y cuando lo descubres y encuentras, te impacta y sorprende.
Porque hiela en cada uno de sus pasos, porque hipnotiza en redondo, porque fascina en su propuesta y andadura; ese directo adentrarse de lleno en el asunto para, una vez en el núcleo de su retorcido corazón, ir desnudando la partida con sigilo, directriz y un firme caminar que te lleva a su explosiva traca final.
Decisivo Thomas Jane -junto a un espléndido Vincent D’Onofrio- en su clave personaje para endulzar tan amargo pastel; con soltura fascinante y excelente entusiasmo interpretativo te lleva de la mano por esa esperpéntica inocencia y salvaje honestidad que es su sello de identidad, personalidad franca de quien actúa convencido de su propósito pues “el mundo está lleno de hombres malos” y alguien tiene que eliminarlos.
Eterno y fiel amor de hermandad puesto a prueba por ese acogido padre, que ha tomado a uno de los hijos desamparados bajo su tutela; ordenes y peticiones patriarcales, de coacción dulce, que no se discuten y ejecutan a pies juntillas pues es el jefe, es tu amigo, es tu benefactor padrino, que vela por ti y por un mundo más seguro para toda la buena gente.
Suspense congelado, tirante y tenebroso que pone en duda todas las verdades mencionadas, que hace peligrar el cariño familiar, que pone en tensión ardua y en desequilibrio desmedido la balanza de todos los sentimientos y sensaciones que, una ingenua persona, puede acumular en su pura y frágil esencia.
Thriller exquisito, de venganza angustiosa, que te
atrapa desde el primer minuto gracias a las contundentes actuaciones y la delicia escénica puesta en marcha; la confianza y la amistad, entre compañeros de sangre, entre las cuerdas por la violencia abusiva de quien es utilizado como gatillo no pensante, cumplimiento magistral de un asesino devoto que cree estar haciendo el bien, al eliminar el mal del mundo.
“Una promesa es una promesa” y ese fervoroso designio pone la puntilla que inicia todo el desmadre catastrófico, inquieto y espeluznante que pone al límite todas las emociones; manipulación y franqueza conviven en mismo espacio, pero con espíritu diferente, cuyo abrazo y enfrentamiento están a corta distancia de tropezar y descargar toda su furia.
Dos hermanos, uno más hábil/otro más lento, uno violinista/otro saneador de personas enfermas, huérfanos de padre deben cuidar uno del otro a pesar del tiempo y la distancia; una boda y su orgulloso regalo como hecho que desencadena toda la virulenta pesadilla, que tiene lugar en el hogar al que se retorna.
No juega ni se entretiene, entre a tope en el asunto, matanzas a la orden del día donde Buddy es el tesoro más preciado de ese depravado tutor, que lo acoge como ahijado ejecutor de todos sus deseos; intriga
cuyo acelerado interés y sugestión van de menos a más, para despertar ese apetito devorador por su camino y resolución; dolorosa y socorrida agita el alma, conmueve a la comprensión y quiebra por su maldad bendita.
“Eres un hombre malo” cuyo paso equivocado dictará sentencia; es letal, sobria y venenosa, su arma son las palabras, su ira la utilización ofensiva de éstas; intensa y feroz sacude y hiere con fundamento, seduce y abraza con resistencia, su solidez argumental va progresando conforme consumes minutos y desvelas etapas.
No decora, se pringa de fango retorcido para salir ileso, altivo y con merecido superior aprobado de su fatigosa y tenaz aventura.
Te sorprenderá su hallazgo, sin duda te gustará y, al finalizar, hablarás bien de ella..., ¿quieres más? Mírala.
Broken horses, caballos rotos de agresión obligada.

Lo mejor; sus actuaciones y sencillo, pero sólido guión.
Lo peor; su descarte para ser apreciada en gran pantalla.
Nota 6,6



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