lunes, 28 de octubre de 2013

El camino de vuelta

Gusta, agrada y contenta pero no tanto como esperabas; tus expectativas, ilusiones son mucho mayores a lo que la propia película te ofrece. Es una historia de emociones, exaltación y turbación desesperada del alma humana, apasionada e intensa pero de grado medio, no logra provocar el gran efecto deseado -puede que ahí tenga mucho que ver, en sentido peyorativo, la gran campaña publicitaria realizada- pero gusta, complace especialmente por la impresionante labor de sus protagonistas, de todos ellos, a cual mejor, que mantienen el nivel y la altura de toda la historia -con ayuda de un excelente guión-, y que dan vida a personajes muy bien definidos y delimitados, cada uno con sus propias turbulencias y desengaños y con un camino -de vuelta- propio que recorrer. Miedos ocultos, frustraciones adultas, el despertar adolescente, refugios donde esconderse para ocultar lo que acaba explotando, con gran sobresalto y conmoción, en nuestra propia cara; magníficos diálogos, maravillosamente interpretados, amén de buena música y una localización fotográfica ideal, es la joya, clave de este relato que pretende ofrecer más emociones de las que logra transmitir. Afinidad completa para una historia sencilla y amena, agradable de visionar y de evolución previsible que, aunque no ofrece sorpresas y no es el gran peliculón que te habían prometido, da resultados muy positivos.

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