domingo, 8 de septiembre de 2013

El último concierto

Delicada y potente en su ejecución, perfecta en su armonía, la obra de Beethoven como reflejo de una suave y melodiosa historia que utiliza la delicadeza y una profunda candidez para expresar sentimientos profundos, compartiendo espacio con una fuerza y vigor revelada propia del autor mencionado; cuatro fantásticos personajes cuyo estruendo sonoro debe oírse en pausado silencio para poder apreciar su progreso y valorar su conclusión. Maravilloso minimalismo, con espléndidas actuaciones, una increíble afinidad en cámara que se refleja en la gran pantalla y que llega con gran energía y firmeza hasta tu alma. La música como telón de fondo de complicadas relaciones, de espíritus no revelados que salen a la luz, de supervivencia y adaptación, de añoranza, cambio y esperanza. Simplemente, es magnífica. A mínimo que aprecies las buenas historias y los trabajados guiones y, aunque no seas de los que pide gran calidad en sus relatos, sencillamente, te vas a encontrar con una pequeña joya, que deambula sin apenas hacer ruido pero que por donde pasa deja una huella imborrable, vastamente sentida y bella, hermosa desde su recital interpretativo, tanto musical como emocional. De vez en cuando, renueva tu fe en el Séptimo Arte encontrar maravillas como ésta.

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