domingo, 5 de enero de 2014

El médico

Para aquellos que no conozcan la obra de Noah Gordon decir que no saldrán tan impactados como esperan, su impresión conjunta será menor de lo ansiado pues el personaje y todo lo que le rodea no es tan apasionante ni tan excitante como sería posible hallarlos, tanto en el aspecto médico, como en el sentimental o en el propio conflicto religioso; más bien se queda en un tono tenue, complaciente aunque lejos del gran relato que deseabas encontrar. Buena fotografía, una adecuada caracterización, un guión medio, poco intenso en su esperada potencia dialéctica y unas actuaciones nada deslumbrantes aunque si lo suficiente correctas y apropiadas para agradar y no defraudar del todo. En general, todo el film debería lucir calurosamente con mayor arte y resplandor, alumbrar con precisión ciega a un espectador ávido de que le muestren una gran historia, un magnífico relato aunque, por desgracia, únicamente lo consigue a medias, un porcentaje por debajo de lo, en principio, esperado. Los hermosos y atrayentes ojos de nuestro protagonista no son compensados con una respuesta similar del público que le observa; y dada su duración, aunque nunca llegas a perder el hilo, vínculo que te permite seguir mirando la gran pantalla, el embelesamiento, hipnosis que tanto deseas no llega a confirmarse por mucho énfasis y ganas que pongas en ello. Un pobre, conformista aprobado para una obra que debería ser magnífica, que debería provocar en el espectador un hondo poso de recuerdo, una huella inquebrantable, insondable asiento del que seguir hablando una vez sales de la sala. La espesura de su profundidad se va desvaneciendo conforme rueda su tiempo de proyección. Un sabor que gusta pero no deleita es suficiente?





1 comentario:

grande dijo...

La L3í haCe Un SiGLo. V3r3moS...