sábado, 4 de enero de 2014

Una vez (Once)

Te hipnotiza maravillosamente, su sencillez es cautivadora; dentro de su majestuosa elegancia, sus letras y canciones te devoran y aniquilan con gusto y satisfacción. La música como desahogo, como válvula de escape de las emociones más profundas; armonía de dos personas sin etiqueta que hacen música, que conectan sin necesidad de palabras. Con notable ausencia de la cámara y de la magnífica dirección -por su papel secundario- este humilde relato, sin florituras ni adornos que te distraigan lo más mínimo, sobre dos almas sin nombre que se encuentran para mejorar sus vidas, para crear lo que viven con pasión es grandioso en su perfección e impactante en su efecto. Con una música arrebatadora, que te cautiva y fascina, que emociona tu espíritu con gran placer y fascinante poder, es desesperadamente seductora en toda su gran humildad. Imponente historia por no tener prepotencia en su fin, por simplemente mostrar y exhibir el disfrute de una pasión, la aparición de sanas emociones procedentes de buena gente que nacen y viven para su devoción, para su amor más oculto. Impactante positivismo, alegría de tu persona, sonrisa para tu alma, necesario y sorprendente bienestar el que ofrece este corto pero intenso film que no necesita de muchas recomendaciones pues habla por sí solo; imposible ver esta película y no sentir el efecto, la suculenta alteración de su extraordinaria banda sonora, de sus humanas y emotivas relaciones, de su colosal sencillez que las hace inolvidablemente deseada y querida. Escalada espiritual capaz de arreglar y mejorar cualquier día; compruébalo cuando quieras. Simplemente hechizadora en todo su ser, en todo su contexto; tan sencilla como mágica.




1 comentario:

grande dijo...

nO La CoNoZCo: La V3o Y Te DiG0. sU3na BiEn