miércoles, 26 de febrero de 2014

Obra 67

Fernando Esteso y Andrés Pajares estarían orgullosos de esta pareja de atropellados que viven su día a día con una intensidad caótica que rememora el espíritu más clásico y potente de nuestros míticos hermanos de pantalla; unos peculiares "Faemino y Cansado" cuyos diálogos están tan llenos de ironía, de rapidez verbal y de una veracidad aplastante que asombra; en un sólo visionado te perderás gran parte de su riqueza argumental, una sola lectura no será suficiente para captar tanta sutileza y realidad callejera, vivo retrato de una barriada característica, de unos personajes -deambulantes profesionales- que te dejarán anonadada y con una sonrisa de puro sarcasmo en tu rostro. Perplejidad e impactante fascinación de unas intensas y emocionantes conversaciones, divertidas y chocantes cuyo giro argumental, cambio de registro tiene el efecto de disminuir esa suculenta armonía interpretativa por el caos, el desmadre y la locura total de un inesperado y oculto thriller. Un sorprendente descubrimiento de nuestro cine más vivo, de una realidad pura y enérgica cuyo visionado no te dejará indiferente. Una diversión sin risas ni carcajadas pero mucha alegría, hilaridad contenida que explota, emerge súbitamente, que esconde mucha inteligencia en sus palabras, unos matices sentenciales reflejo de verdades "como puños". Orgullo y altivez de su persona, de la amistad que profesan, pocas salidas laborales, presente de miseria, futuro triste y desamparado y una decisión desesperada que llevarán a un desmadre de resolución, el peor de los escenarios posibles; una película sencilla pero de gran contenido que cuenta con un guión inteligente, potentes y veraces interpretaciones, la transmisión de un espíritu y fuerza inusitadas y unos diálogos y situaciones de lo mejor. Un pequeño gran descubrimiento de nuestro mejor cine realizado con pocos recursos pero mucho talento, ilusión y ganas de expresar unas ideas claras. 





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