viernes, 14 de febrero de 2014

Yo, Frankenstein

Me sobran las gárgolas y los demonios; el mítico nombre de Frankenstein no puede ser mancillado por tan banal, insustancial y pobre compañía. Estás dispuesto a pasar por alto la historia, el despropósito de relato que hayan podido inventar, a no dar mucha importancia a la mezcla tan inverosímil y surrealista que hayan creado; buscas buena y espectacular acción, golpes geniales y llamativos, potentes efectos especiales que no te permitan apartar la vista de la pantalla ni un segundo, intensa y espléndida recreación de un imaginario mundo, intenso color y rotundo sonido para tus ojos y oídos..., sigo buscando sin esperanza de encontrar nada!!! Y..., por qué tiene un tufo recuerdo no controlable, totalmente inevitable a los legendarios "Inmortales", con perdón de la nefasta y ofensiva comparación. No hay mucho que decir, sólo que la corta duración de la cinta va a la par con la nefasta y corta impresión que te llevarás de ella!!! Y lo malo es que esta lucha del bien contra el mal con Frankenstein -hombre sin alma, único ser que no procede ni de Dios ni del demonio- en medio de ambos, en el limbo sin pertenecer a ningún lado no era mala idea, podía haber quedado en algo espectacular digno de verse!!! A cambio tienes retazos de diversas películas, retales bien utilizados en otras muchas prendas hacinadas y rejuntadas sin mucho arte ni acierto. Primer mandamiento: no uses el nombre de Frankenstein en vano!!!




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