martes, 18 de febrero de 2014

Old boy

No entiendo muy bien la motivación de Spike Lee por hacer esta versión americana del formato coreano original, mucho más impactante, feroz y salvaje; la versión genuina de Park Chan-wook, del 2003, es mucho más pura en su brutalidad, su obscenidad y su maldad son más caóticas e inciertas pues su recorrido es más turbulento y despiadado, ofrece una mayor oscuridad y despotismo en su por qué; en esta ocasión, se ofrece una explicación más al uso, información más clara y evidente que te permite estar menos perdido, una exhibición más lineal y de comprensión más razonable y digestivamente asimilable lo cual te permite seguirla con mayor coherencia y menor confusión. Por lo demás, es una copia bastante fiel al producto original; únicamente se desmarca en apuntes decorativos que no afectan al retrato del cuadro -de ahí el poco sentido de repetir lo ya realizado-. Por tanto, la impresión que te lleves de esta película dependerá de cuál sea tu caso, cuál es tu postura respecto a su visionado. Es decir, no has visto la coreana y vas virgen a la versión americana -la sorpresa, novedad te causarán gran impacto, saldrás como mínimo asombrado y estupefacto-; has visto la hermana mayor y acudes a ésta con conocimiento de causa -la comparación será inevitable y no la disfrutarás tanto-; una tercera opción sería que te entre, de repente, el gusanillo y veas la versión primera después de visionar ésta -te gustará más la americana, encontrarás demasiado basta, desmadrada la anterior, no captarás en su gran esencia el hacer bestia coreano. Yo pertenezco al segundo caso y prefiero, de gran recorrido, la genuina y original; cuál es tu caso?




1 comentario:

grande dijo...

mE niEGo A VEr esTe ReMake: La CorEAna, Lo Sé De AnteMaNo, eRa INSUPERABLE.

GrANd3!