lunes, 30 de marzo de 2015

Pasolini

Escasez..., sensación generalizada que no se supera en ningún momento.
La sinopsis lo dice claro, últimas horas de Pier Paolo Pasolini, el 2 de noviembre de 1975, antes de su muerte en la playa de Ostia, Roma, a las afueras de la ciudad, asesinado tras una noche en busca de placer y aventura, rebelde, incorformista y polémico, lucha contra el poder desde su exclusiva y particular percepción del arte, polemizaba con el marxismo oficial y el catolicismo a quienes llamaba "las dos iglesias", amado y odiado por igual, venerado por su simbolismo/perseguido por los censores, pasará sus finales horas trabajando, con su madre y amigos.
A todo ello, añádele una excepcional interpretación de Willem Dafoe que se funde, magníficamente, con el personaje para revivir y traer de vuelta su espíritu único de esencia irrepetible y la imaginación de Abel Ferrara para rellenar esas horas previas al trágico suceso donde combina las conversaciones y encuentros con sus conocidos y queridos con la fábula intuitiva de sus pensamientos respecto la obra que había escrito y de la que ofrece extractos en imágenes que toman doble sentido de vida y mensaje al ser las últimas palabras escritas por este peculiar, de oficio, escritor según rezaba su pasaporte y como a él le gustaba definirse -amén de poeta, director y filósofo- y que creía, con firmeza y por necesidad, en el derecho a escandalizar y ser escandalizado.
Poco más se puede decir, simple, llano y en bandeja para servir un manjar que no está a la altura del comensal en el que se basa e inspira, el estímulo en la visión de estas, fatídicas por el desenlace, últimas 24 horas no va más allá del interés documental de cómo pudo haber sido tal día y la devoción o interés que suscite, en tu interior, ello; los familiares con la obra del autor protagonista lo encontrarán banal y superfluo pues, dadas las buenas intenciones, el resultado no es tan halagüeño, los más alejados y desconocedores de su trabajo y persona, que sólo la escojan por curiosidad, la hallarán igual de banal y superflua pues no te acerca, en demasía, al personaje si no sabes previamente de él y la mezcla de realidad de los hechos y fantasía obtenido de su último guión no cuadran tan espléndidamente como debería.
Puedes llegar a apreciarla técnicamente pero, al tiempo, aburrirte enormemente lo cual te lleva a un aprobado raspado por la importancia del nombre escogido pero, también, a reticencia por la poca molestia tomada ya que, es una pena se conforme con tan poca suculencia respecto un director de tal apetencia.
Sabe a poco y lo poco no logra despertar tu atención ni fervor, corta en duración, contenido y oferta, con la cantidad de shows de 24 horas en la vida de fulanito, estrella fugaz del momento que se cree el centro del mundo, para una que si tiene la merecida categoría, dignidad y lo merece..., un, se certifica, aprobado raspado y, más por gratitud y displicencia por quien titula esta película que por lo recibido de ella.



No hay comentarios: