sábado, 14 de marzo de 2015

The voices

Hazlo/no lo hagas, será divertido/no está bien..., y lo curioso es que ni siquiera decido yo sino, un irrefrenable impulso que se alimenta sólo...,"estar sólo en el mundo es el origen de todo sufrimiento pero, tú no estás sólo Jerrry".
Entrar en la mente perturbada de un psicópata, de su peculiar lectura de los hechos, de su delicada e inestable percepción de la realidad, observar el mundo maravilloso que su enferma mente le muestra a sus engañosos ojos, tener al gato endemoniado y al perro angelical constantemente en pleno debate en su cabeza sobre el bien y el mal, la tentación de don Bigotes felino/la prudencia de Bosco canino, martirio incesante que sus hombros soportan mientras lee su mágica existencia con una dulce ensoñación en tonos rosas, perfecto anclaje que oculta la verdadera maldad que las pastillas le muestran, belleza surrealista de su propio engaño que le pinta la dulzura y excelencia de su andadura con una atractiva presentación ideal de cuento mágico cuyo protagonista es feliz ante la alegría emocional de su caminar.
Marjane Satrapi, con habilidad y arte, te va introduciendo, poco a poco, en la fotografía artística que su desquiciado titular dibuja para sí, una supervivencia coloreada, libre de remordimientos, con voces alternativas que acosan su razón y que le hacen dudar de su dilema presente, un niño loco con manos de adulto asesino que avanza con la ingenuidad de toda su pueril inocencia pero, deja el rastro de una perversa obsesión que no consigue acallar, que no puede evitar seguir, que no sabe fingir, que no puede frenar ante tanta presión 
seductora que las inagotables dicciones que oyen sus retumbantes oídos le causan en su agobiado corazón, sutileza de gran estilo estético para introducirte, con la inspección del portador del cuchillo, en una vida de alucinación y delirio, acomodada a las demandas desquiciadas de quien escucha a sus amigos imaginarios y odio a sus consejeros humanos.
Fantástica la actuación de Ryan Reynolds como amable demente encantador, genial su introducción y porte en el traje de un enajenado perdido que vislumbra gotas de su temporal raciocinio, ingenuo aunque culpable, de alma solitaria que es obediente a lo que le mandan, criatura grande que se piensa el príncipe enamorado de su propio relato/fábula pero resulta ser la malvada bruja/ogro feroz que aniquila, estropea y arruina ese bello final tan buscado y deseado.
En tono de comedia ácida, peligrosa, de psicología interesante no vas a reír a carcajadas, pero vas a disfrutar de lo que tu mirada cabal no puede recrear, esa quimera que tu cuerda razón no es capaz de figurar ni sospechar por moverse en el aburrido mundo de las premisas, la dialéctica y la lógica, una candidez irónica de conocimiento prohibido para la mayoría, combinación de Dr. Dolittle y Norman Bates, que tira más a lo psicótico que a la gracia, perversidad de muestra ocurrente y suculenta en este viaje caótico para una mente enferma e irracional, sadismo violento de gracia macabra de quien es culpable de hecho/inocente de pensamiento, hiriente por lo que desvela/maravillosa por cómo lo plantea, sabrosa en su recorrido del edén al infierno, paseo por un cielo maldito de fingida pureza mancillada por un realismo que destapa lo deleznable de su portador. 
Gusta y apetece por su peculiar planteamiento, deliciosos pictogramas, espléndida interpretación, cautivadora seguida, humor neurótico, psicosis lunática, depravación terrorífica de permanente sonrisa y curiosa incursión en su viaje tórrido, tortuoso azote de fisgona apreciación que enlaza la cordura con la brutalidad, la barbarie con la comicidad, la demencia con la perplejidad de un cariño no entendido que guarda sorpresas trágicas en su interior, exquisitez luciférica que explota con ingenio la impotencia confusa de no saber convivir con los demás ni con uno mismo pues, el atropello de habla que colapsa su autopista anímica no le permiten pensar, decidir ni razonar.
Disfruta de esta credulidad incrédula, niñez inmaculada de escondido diablo que no prevee las consecuencias de sus actos, retrato simpático de una cándida alma endémica de sorpresa ambivalente ofrecida con carisma, agudeza y chispa; es fácil hacerlo, no alcanza su cumbre máxima pero llega a buen nivel.
Posdata: lástima que esta linda esquizofrenia no mostrara más de ambos lados y, únicamente, se concentrara en la enajenación de su lado más salvaje.
"¿Escuchas voces Jerry?...ummm, ¿voces?, nooo, sólo la suya".



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