domingo, 7 de septiembre de 2014

El niño

El tan mencionado y publicitado Niño ni complace ni decepciona ni yin ni yan, se queda en stand by, en sorprendente neutro ambiguo que ni suspende ni saca buena nota, un mero aprobado sin más -dicho en voz bajita no vaya a ser que la prensa-tele-marketing amigo y pelota se vaya a ofender- y sí, simplemente, se conforman con batir el record de asistencia a las salas de cine -lo cual significa dinero en taquilla-, enhorabuena para ellos, yo como espectadora esperaba mucho más..., esperaba no desperdiciar con tanto desatino y tan poca gracia la participación de un impresionante actor como Luis Tosar cuya veteranía, carisma e irresistible atractivo en cámara por su fuerza interpretativa y sabiduría en la lectura de sus siempre impresionantes papeles ha sido derrochado con descaro y alto coste para la misma..., no esperaba un protagonista -Jesús Castro, la nueva cara de revistas y programas de la farándula quien debería aprovechar el momento antes de que se descubra que apenas sabe actuar- con cara de poker, rostro estático e inamovible que sólo sabe explotar sus ojos azules y esa pose de niño enfadado que te la va a hacer pagar..., no esperaba diálogos de tan poca inteligencia comunicativa y seducción lingüística pues sus inertes e indebles conversaciones apenas captan la atención e interés de mis distraídos oídos que se entretienen, al mismo compás, con la conversación de los de atrás cuyo mencionado sentido tampoco está por la labor..., no esperaba un relato normalito, mediocre, del montón, poco impactante y apenas cautivador, sin intensidad ni pasión aparte de las dos persecuciones aire-mar que sí, un aplauso, pero ¡la película se extiende dos horas!..., no esperaba tal debilidad interpretativa de los jóvenes actores que deben confirmar la credibilidad de los hechos narrados así como la falta de contenido profundo en sus personajes y..., no, no, no, no esperaba que Daniel Monzón se conformara con un fotográfico -eso sí, muy veraz y realista- fotograma del peñón, de la aduana y poco más que no puedas ver en un telediario de cualquier semana, ¡ahhhh!, si perdón, me olvidaba de las persecuciones lancha-helicóptero a lo ¡equipo A!, espera..., ¿cómo era?..., "me encanta que los planes salgan bien" debe estar diciendo con sonrisa hábil y pícara la famosa hasta-en-la-sopa productora porque al público asistente ¡le han vendido la moto!, ¡le han ofertado el cuento de la lechera!, pues la gallina de los huevos de oro resultó ser ¡de amarillo resina! y donde el cántaro fue tantas veces a la fuente que ¡se rompió!
Y prometo que sigo leyendo críticas y reportajes de este filme intentando descifrar donde está la incógnita, llave, clave, anzuelo, reclamo, secreto -porque tienes que existir para ¡tanta alabanza gratuita!- que revele la verdad de tanto bombo, hipocresía y falsedad..., y al hablar de engaño no me refiero al filme que, verse, se puede ver y es muy aceptable y pasadero sino a toda la planeada, dirigida, exagerada y orquestada campaña publicitaria cuyo único motivo no es cuidar y promocionar el cine español -eso podría respetarlo, sería genial y me encantaría- sino llenar las arcas con los-más-posibles dividendos y beneficios, también respetable si no manipularan , por el camino, a la concurrente audiencia. 
Pregunta..., ¿quién está más contento al acabar la película, tú o quien recoge tu dinero y toda la cadena que le sigue?
No te conformes y admitas con poca ambición un ¡no-ha-estado-mal!



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