domingo, 28 de septiembre de 2014

Amor de mis amores

Manolo Caro, director teatral, admirador de Almodóvar, con el antecedente de "No se si cortarme las venas o dejármelas largas" y, en el futuro "Elvira te daría mi vida pero la estoy usando" presenta en el presente ¡Amor de mis amores!, dos bodorrios anulados ante el amor inesperado pero verdadero encontrado a dos días del fabuloso acontecimiento y algunos retazos complementarios de adorno decorativo.
¡¡Para!!, no te emociones mucho porque tenemos diálogos de pura chingada patética, destartaladas frases de incoherente seguida a cual sentencia más absurda que la anterior, protagonistas de pega sin contenido ni alma perfectos para la bufonada de escenas presentadas, personajes dispares de extremos en exceso forzados, dramatismo contundente después de hilarantes risas que sólo ellos entienden, referencias almodovarianas de ofensiva copia que no da para iniciar la pega, niñería infantil adornada con adolescencia de relleno en adultos que no sobreviven a un casting decente y, mucho, mucho movimiento excéntrico de ruido atronador y visión colorista para un argumento que no ofrece un mínimo de las intenciones iniciales del mexicano director.
Ya que ha manifestado su adoración por nuestro internacional manchego que repase toda su filmografía, desde su inicio por favor, y que la próxima vez que intente acercarse "al borde de un ataque de nervios" o cualquiera de sus ingeniosas hermanas, lo haga con más esmero, acierto y gracia, trabajo, condimento y sabiduría y que no se conforme con una telenovela de serie b que no da ni para cine de DVD, ni de sobremesa ni-na-de-na por mucho que utilice a Rossy de Palma de cameo referencial o a Carlos Bardem y su sonado apellido para darle estilo y gloria.
No vas a reír, no vas a entusiasmarte, no vas a llorar, apenas vas a entretenerte simplemente la dejarás rodar por pena de no acabar lo empezado y la olvidarás antes de poder leer en la pantalla The End.
¡Ay si Cenicienta descubriera en qué han transformado su hermoso cuento!
Si el Príncipe fuera listo dejaría el reino, su búsqueda de la misteriosa dama y se iría a tomarse una cerveza o de fin de semana a Ibiza.
Lo pasaría mejor que tú viendo este bodrio pintoresco de intento de película.
¡Amor de mis amores! Qué te está pasando para que fustigues y trates tan mal a tu casi perdida audiencia! 



No hay comentarios: