domingo, 25 de mayo de 2014

El sueño de Ellis (the immigrant)

Los elementos te son familiares, la historia te resulta conocida, ninguna sorpresa inesperada o atractiva vas a encontrar en este drama que no hayas percibido en otros de calado similar; su recorrido es apacible y previsible para el género que exhibe, la desesperación de un ilegal, el provecho ilícito de un empresario sin escrúpulos, la supervivencia al precio que sea y la oportuna historia de amor de mayor logro o menor camino según sea el gusto, una puesta en escena deliciosa y exquisita, lúgubre y apagada ambientación como requiere el relato, recreación sumamente espléndida en su correcta y conjunta exposición. Tres personajes interesantes dispuestos a un desarrollo emocionante, abierto a muchas posibilidades pero que forman un triángulo de baja intensidad, tensión poco excitante para mostrar sentimiento profundos de gran sensibilidad, apartado en el que no muestra la fuerza suficiente, el vigor deseado en la naturaleza de lo narrado pues las lágrimas y su inseparable compañera, la tristeza, deberían alcanzar cotas de registro más alto y de superior reflejo emocional; la cautivadora mirada perdida de Marion Cotillard -junto con toda su actuación-, la fuerza interpretativa de Joaquín Phoenix lo mejor de una pieza no tan llamativa como era esperable y que escasea en su resultado a pesar de la espectacularidad narrativa, esplendor visual no reforzado en un intenso y pasional melodrama que únicamente cumple con el requisito mínimo solicitado a pesar de los fantásticos elementos con los que cuenta. Bravo por lo que deja intuir, pena por lo no corroborado; una mano de cartas estilosa, lanzamiento de dados de esperanza fructuosa pero una partida final donde se recoge poco dado lo jugado y el valor de lo arriesgado. Gusta y complace pero un gusto a "ya lo he visto", "esperaba un filme de más impresión y mayor intensidad" ronda inexorablemente por el ambiente, por una cabeza y un corazón no cautivados plenamente ni con la atracción deseable, esperado impacto afectivo no recibido con la magnificencia vendida.




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