jueves, 17 de julio de 2014

Ahora y siempre

"La vida son momentos" y en esta película, cada meticuloso momento ha sido cuidado con delicadeza y sumo gusto, un sutil estilo de fragilidad, serenidad y belleza conjuntado con gran exquisitez, mucha calma y reposo ante la anunciada llegada de la muerte que se adelante con dolorosa precipitación.
Dakota Fanning es la historia, todo el relato, su penetrante y magnífica interpretación supone el cautiverio de tus sentidas emociones, de la sensibilidad de los cinco sentidos, irradia quietud y tranquilidad a través de miradas intensas y profundas que anhelan desesperadamente vivir sus sentimientos antes de despedirse, ese mitificado amor que te libere de una enfermedad acosadora, ese contacto carnal que te proteja de todos tus miedos, esa seguridad y deseo de un fuerte abrazo que te envuelva como suave toalla que te aisla del devastador frío de la soledad y te acerca hacia el confort y placer de saberse protegido y a salvo.
Un adiós lento, bello y angustioso de una frágil y quebradiza joven realizado con gran calidez y dulzura, con una impresionante y selectiva fotografía que a cada fotograma envía una deliciosa postal de ensueño, un placer sublime para la vista que te habla sin palabras de la grandeza, de la soberbia, de la magnificencia de una increíble naturaleza, de una querida existencia, de una vida que se escapa a cada segundo.
Tampoco mentiré, se trata de un romance juvenil, un drama familiar, esa búsqueda gloriosa del primer amor, una historia romántica entre adolescentes más sin aporte de novedad alguna excepto el uso, como base para magnificar y remover los sentimientos despertados en el público, de la enfermedad y el dolor, la injusticia y la lástima, esgrimar la pena y compasión de quien tiene el destino seguro, de quien sabe la hora y el día que partirá hacia nunca jamás, un viaje realizado con ternura, elegancia y encanto, una suave melosidad que no empalaga, todo ello reforzado por sólidas interpretaciones que fortalecen con rotundidad y armonía al principal protagonista de esta aventura hermosa y fatídica.
El reposado y ardua caminar, los cómodos silencios que embellecen el aire, el reconfortante despliegue de una estimada mariposa que bate sus alas y cambia el mundo de los que le rodean, que deja escrito su nombre para ser recordado con finura y distinción, relax de aceptar-lloro de rebeldía que se apaga, sentimientos encontrados que explosionan generando ese mar de lágrimas imposible de contener.
Toda esta descripción poética sólo servirá si tu grado de implicación es alto, si logras querer, sentir y apreciar al personaje con vívida emoción y cariño sincero dentro de la innegable e indiscutible afirmación de que es un filme cliché, simple y básico que con sus mimosos detalles y lujoso arte puede llegar a tocar tu alma y conmover tu corazón. 
En caso contrario verás todo un despropósito absurdo y cursi de contenido pesado y tonto que busca la lástima y la sensiblería fácil y que da ganas de vomitar.
A mí logró tocarme la fibra sensible, tenía una noche rara, qué quieres que te diga!!!



2 comentarios:

ulysses dijo...

Vine hasta aquí con un comentario en otro sitio del cual ya ni me acuerdo cual era, aún así, que manera de desmadejar películas, aunque en esta, no estoy de acuerdo.

Unknown dijo...

No se en concreto en qué no estás de acuerdo o a qué te refieres con desmadejar películas. No puedo ni se qué contestarte.