miércoles, 16 de julio de 2014

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

El abuelo que saltó por la ventana y se largó..., tú con intentar no quedarte dormido ya harás bastante!!!
Este Forrest Gump sueco basado en la novela de Jonas Jonasson de superventas y éxito mundial no convence ni satisface a nadie más allá de la simpatía y cariño inicial por un personaje que, conforme rueda y avanza en su aventura fantasiosa, se va haciendo más y más pesado, más arduo de llevar y soportar pues te dan ganas de abandonarlo en una gasolinera y seguir tu sólo el viaje!!
Una recreación bonita, colorida y de mucha luz para una narración que no provoca interés ni alegría, encanto o ensoñación excepto alguna sonrisa pícara ocasional que no sobrevive más allá de la primera hora, intrascendencia que se respira a cada paso de un filme que no levanta suspiros ni júbilo, fervor o quimera sólo el martirio de una ilusión apagada que carcome tu interior y corrompe todos tus anhelos de una inventiva sorprendente e impactante que guste y agrade. 
La esperanza y ensueño del espectador se va secando cual pasa tostada hasta quedarse sin apenas gracia ni sabor, ritmo o pasión, un atractivo que se diluye y pierde al compás de los minutos transcurridos al observar que todo el despropósito de este cuento soñador, toda la disparatada seducción que debería despertar se queda en cansino esperpento, extravagante desatino de narrar por narrar, inapetencia de unos pasos que no conservan la magia y desparpajo que toda fábula debe mantener y ofrecer.
Nulidad en el descaro, la soltura y la destreza, torpeza de un efecto deseado que pasa con demasiado facilidad de una sana curiosidad emocionante a una indeseable pesadez agobiante que oscurece los detalles positivos de una historia que no dudo sea divertida y chistosa, entretenida e hilarante en letra escrita pero que en palabra dicha e imagen formada se vacía de todo su entusiasmo y ánimo, asombro y admiración, pérdida fatídica de la locura y delirio que debería proporcionar esta comedia surrealista.
Un trayecto caótico y destartalado que siembra la emotividad del cariño y el afecto, la ternura y la amistad, sintonía de buen rollo y compañerismo que en la práctica se vuelve desastre total, desconexión silenciosa por falta de armonía y vigor, brío o emoción, una vibración intensa que mantenga tu pulso constante a buen equilibrio y donde el frenesí, la diversión y el desternilleo no sean un deseo que haya que dar por perdido por ser imposible su localización.
Estrambótica narrativa de provocación ausente, cardio bajo, nula gracia y resultado soso, nimiedad e indiferencia ante unos personajes curiosos y ocurrentes a los que no se ha sabido sacar buen partido, sólo retazos poco deslumbrantes sin tino ni ardor, únicamente aburrimiento y tostón, desidia y dejadez, un angustioso cautiverio de somnolencia más que segura y desapego garantizado.
Dan ganas de ser el espectador que saltó por la ventana y se largó!!!



2 comentarios:

Anónimo dijo...

De verdad Lourdes, admiro lo que haces, pero respeta más las normas de escritura y gramática y serás mejor redactora. Gracias.

Unknown dijo...

Si no concretas no se a qué te refieres?