domingo, 15 de junio de 2014

Un largo viaje (the railway man)

Dos impresionantes, magníficos actores para dos magníficas y carismáticas interpretaciones, un sobrio y solemne proceder en la lucha por sobrevivir, un fatídico combate por una subsistencia digna, el final de una guerra fantasma y el inicio de una paz duradera, un descanso y una felicidad merecidas al precio que sea; una historia verdadera que emociona los primeros y últimos 20 minutos con la intensidad y atractivo del nacimiento de una historia de amor y la hermosura y calidez de la reconciliación con uno mismo y con el mundo pero que cuenta con la narración de un tramo medio que, a pesar de tratarse de hechos crueles y espeluznantes, de torturas y vejaciones incomprensibles no tiene la fuerza ni el enganche que debería, trayecto de un viaje que observas con detalle e incredulidad en cada paso relatado y a cada hecho marcado pero, tratándose de acontecimientos de tanta maldad y furia contenida, de tanta violencia externa y humillación interna tu implicación y afinidad no es absoluta, tus sentimientos y pasiones no se escandalizan y alteran en proporción a lo visto. Un resquicio mínimo e insignificante para un conjunto que se gana tu respeto y asombro y que deja un bonito, cálido y agradable recuerdo, un placer gustoso que se alimenta de un esperanzador inicio y un conmovedor final, una potente y efusiva entrada y salida que matizan y adornan un recorrido emotivo y perplejo en la narración pero de implicación emocional relativa, sentida penetración que llega con un esperado último encuentro, inquietantes matices de una solución necesaria y un tanto esquiva, una confrontación dura y extenuante que se alarga en el tiempo pero a la que es imposible ignorar; una majestuosa presencia de Colin Firth con su siempre exquisita, elegante y deleitosa interpretación para un comida armoniosa de entrantes deliciosos, de platos llamativos de digestión reposada y de postre impactante y generoso que endulza tu gusto y remata un sobrado aprobado que no llega a sobresaliente pero tampoco le hace falta para dejar un estimada huella, poco profunda pero muy reconfortante. Los traumas y secuelas de la guerra, los peligrosos efectos de un conflicto bélico en la humana y tierna esencia de quienes son usados en ambos lados, víctimas inocentes de ultraje desproporcionado que marca una vida y condiciona una existencia.




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