jueves, 13 de noviembre de 2014

Child of god

Adaptación de la novela de Cormac MacCarthy, James Franco ofrece la historia de Lester Ballard, un hombre solitario, cruel y perverso que representa el crecimiento y la vivencia en aislamiento extremo, los estragos inquietantes de una soledad y arinconamiento continuos en el tiempo, la deleznable perversidad que mata toda compasión, corazón y toca ansiosa a la puerta, el salvajismo puro de quien pierde la conciencia y la razón de ser y la decadencia de una violencia y brutalidad en una experiencia humana llevada al límite de su supervivencia, un animal enloquecido sin apenas raciocinio en su más bajo estado cavernícola, desahuciado, acorralado y huido, desastroso ejemplo de existencia al margen del orden social, del entendimiento comunicativo, un ser privado de hogar y familia, de cariño, ternura o posible educación personal, sin ataduras ni lazos emocionales que llega a la perturbación sexual más horripilante amén de una atroz combinación macabra de necrofilia con pedofilia, subsistencia primitiva obscena y desagradable al precio que sea, tristeza de desperdicio de un alma desaparecida aniquilada por las condiciones de partida y los retrasos, carencias y desajustes sufridos durante el juego de la vida. 
Impresionante, brillante, fantástica interpretación de Scott Haze que asombra, fascina y acojona en su manifestación de la marginalidad, la dureza, el horror y el primitivismo de una limitación mental en un cuerpo golpeado, vapuleado que se defiende, ataca y es mortal como el que más, enojado, cabreado, desechado, confuso llega a la cúspide de una locura espeluznante de agotamiento visual, toda una delicia de papel protagonista para cualquier actor que tenga el valor y coraje de aventurarse en tan explosiva, detestable y humillante expedición.
No es una visión agradable, no es una lectura ligera y cómoda, revuelve al estómago más resistente e indigesta a todos y cada uno de los sentidos, rechazo instintivo ante tanto dolor, pesadumbre y dureza, recogimiento natural que lleva a vapulear y refutar un filme que, visto técnica y objetivamente, es un atractivo y soberbio ejemplo de excelente realización sobre un estado salvaje de perfecta comunión con la naturaleza donde sobrevive el más fuerte, el más sádico y el que dispara primero; cosa distinta es la repulsión y asquerosidad de la vida en los bajos fondos del fango más espeso y corrosivo.
"Ellos llegaron como caravana de feria popular, por los surcos de paja y pasando la colina con el sol de la mañana"
No te dejes engañar por esta introducción de suave advenimiento, no vas a ver un cuento de hadas; clara tendencia a dejar la película por la mitad y pasar a otra cosa.
Se puede afirmar con poco margen de error que a este, aún novel, director le apasiona toda forma de nihilismo y anarquismo y el reto de poder plasmar en imagen la sublime hermosura del horror más indigno y mezquino, fotografiar al hombre en su debatido virgen estado de naturaleza donde las normas, la convivencia y el respeto no existen más allá de uno mismo.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy acertada la descripcion, maccarthy es un especialista en este tipo de historias de gente al limite. cuando se estrenara en castellano? gracias

Unknown dijo...

Me preguntas algo que no se. Gracias por el comentario