Melissa McCarthy tuvo su época de gloria y esplendor como prima intolerable de compañía obligada que ánima el guateque en "La boda de mi mejor amiga" y como estrafalaria y abrupta pero soberbia compañera de reparto con Sandra Bullock en "Cuerpos especiales" pero, para de contar porque hasta ahí llegó su gracia, talento y acierto en sus papeles interpretativos.
Para esta ocasión toma el mando como escritora, productora y protagonista en una fanfarronada de comedia de tufo ofensivo a una inolvidable "Thelma y Louise" que ni se acerca, parece o asoma a lo que fuera que pretendía esta abusiva actriz de un tipo de papel grosero, insultante, basto y exagerado que ya no encuentra lugar, público o acomodo.
Se hace acompañar por una sorprendente Susan Sarandon de abuela alcohólica no-hay-quien-se-lo-crea que, por lo visto, los años no perdonan porque en caso contrario no se entiende que participe en esta charlotada banal de principio grotesco, continuación patética y final de insomnio por el recuerdo lamentable dejado difícil de olvidar si no es por ausencia de ofertas mejores.
Y, ¡parese de contar!
La susodicha mencionada acaparando pantalla, con su lastre de cansinas payasadas, su verborrea inútil y gesticulación molesta e insolente e injuriosa por evidente falta de imaginación y arte para salirse de la cola del suspenso y un sin fin -al menos lo parece- de minutos de jarana sin diversión, excursión sin atractivo y camino aburrido sin motivación que despeje tu lamento de elección para ese rato de entretenimiento que...,no hace falta decir mucho para que ella sola, con sus caras conocidas de reparto amigo, se estrelle de bruces contra su osado, aunque legítimo, intento de provocar risa, lograr alegría o alguna mueca parecida a una sonrisa en el rostro a través de la burla extravagante, la comicidad mal entendida y la estupidez lograda sin apenas pretenderlo.
Aunque si lo piensas, ¡esto también es todo un arte!
Ser garrulo y necio incluso para distraer con banalidades y tonterías de nulo contenido es mérito de un grupo reducido al alcance de pocos aunque..., ¡vete tu a saber si no conseguirá una buena taquilla!
¡Hoy en día ya te lo crees todo!
Al cajón de las malas ideas por eficacia nula, eficiencia cero y práctica desastrosa.
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