jueves, 20 de noviembre de 2014

La conspiración de noviembre

"Te llamábamos the-november-man porque por donde pasabas no dejabas rastro".
Hace tiempo que Pierce Brosnan ya no deja rastro ni arrasa ni deja huella como espía pero sigue manteniendo el tipo con estilo, decoro y la elegancia que siempre le caracterizó en su etiqueta de James Bond.
Aquí, el pretendido 007 ha entrado en años y sigue los pasos de un guión de corte clásico que ha tomado ideas de varias historias y las ha unido proyectando escena tras escena con rapidez sabida, ejecución esperada y novedad desaparecida.
El argumento es débil, moderado y modesto, incluso en su afán de llegar a cuotas más altas fuera de su pretendido alcance presenta una trama que se complica ella sola -posible manga pastelera si eres cruel- y con evidentes carencias explicativas -no tengo claro que en el libro en el que está basado se confunda tanto la intriga- cuando tampoco era necesario pretender exhibir una misión de entramado complicado a lo Bourne que acaba resultando torpe, un poco negada y engorrosa pues sólo hay que poner al veterano irlandés, hacerle correr, pegar tiros con 
algún golpe de mano resultón y frases prototipo del manual de héroe retirado que vuelve por necesidad con principios honorables, sinceros y rectos y cuya traición a su persona será motivo de toda la acción, venganza y protección de la víctima inocente frente al siempre abuso arrogante de los poderosos y, da igual que ella misma se contradiga en sentencias afirmativas que después niega, que evidencie carencias y déficit en ese maléfico complot desenmascarado, es fácil de observar, llevadera de tolerar, sencilla de digerir y de formato standard cómodo, no es tarea ardua darle una media de aprobado si eres benevolente y bajas tus expectativas.
Este carismático y añejo protagonista fantástico de una, por pocos recordada, "Remington Steel" sigue teniendo un porte atractivo y sugerente a pesar de que el resultado de su esfuerzo, esmero y los papeles interpretativos elegidos -u ofrecidos sin otra opción- ya no ofrezcan las garantías de resultado pleno, complaciente y satisfactorio de sus trabajos anteriores pero, se perdona pues aunque ha perdido eficiencia y carácter de impacto súbito y emoción constante sigue siendo grata su presencia, como ese amigo que ya no tiene la soltura para organizar fiestas locas y estupendas y ha perdido el trono de rey de la movida y la acción pero a cuya compañía sigues acudiendo por recuerdo, estima y cariño ganado.
No la sanciones, no la fustigues, disfrútala como célula adyacente menor de trabajos superiores con un relato tibio y desapasionado aunque aceptable de acción justa pero decente, con la presencia de la bella Olga Kurylenko y un agente de portada retirado que intenta revivir sus mejores épocas y años de gloria.
Pues, como reza el cartel publicitario, recuerda..., "¡un espía nunca está fuera del juego!"
Tiene ganas de gustar y entretener, de modo que ¿por qué no concederle dicho placer?
Adjetivos fáciles de otorgar con buena voluntad y licencia de validez y pase concedida.



No hay comentarios: