domingo, 2 de noviembre de 2014

Heart of a lion

El odio genera odio, la violencia lleva a más violencia, la convivencia permite el conocimiento, la cordialidad y el entendimiento.
Un hombre que empieza a pagar las consecuencias de sus ideales, el rechazo de sus tatuajes, el bochorno de reconocer su mala actuación, la sinceridad de admitir "...no tengo nada en la cabeza, está hueca.", que duda de toda su trayectoria de vida y que empieza a escuchar a una tímida conciencia que cada vez adquiere más fuerza.
La fragilidad de un enamoramiento acompañada de un hijo negro con el que debe convivir un lider nazi que se cuestiona toda su persona, su ambiente y su forma de vida es el potente comienzo de un relato que expone hábilmente el proceso que sufrirá este erróneo héroe de la patria blanca al conocer, convivir y sentir la necesidad de protección de un chaval indefenso expuesto al peligro del color de su piel ante los ojos de unos bestias a quienes les mueve la violencia, les gusta la brutalidad, ensañarse en el miedo de sus víctimas y aplacar toda su frustración e impotencia a través de la humillación de quien escogen no merece su presencia ni compañía.
Un argumento conocido de evolución progresiva en su aumento de intensidad y velocidad que sabes cómo discurrirá -son muchos los filmes que han tratado dicho tema- pero que impacta e impresiona como si fuera la primera vez que tus ojos observan tanta malicia y perversidad, odio y sin razón, violencia física y estupidez mental más unos personajes de colapsada veracidad, rostro perverso, definidos con corrección y retratados con autenticidad que exhiben el salvajismo sin sentido de quien-es o ya-no-se-siente hermano de raza pura.
El retrato, siempre arduo y difícil, delicado y abrupto de transición y cambio de una forma de ser, de una existencia querida, de una rutina abandonada por carecer de valor y motivación lo que antes era motor de vida, situaciones duras y crueles ante su filiación al partido de una equivocada honra de nacimiento, ridiculez-lamento-patetismo ante el doble triste juego de esconder quien ya empieza a surgir y todavía soportar quien no ha desaparecido todavía del juego y, súbita agonía final de una ansiada libertad para quien ya ha despejado su camino y decide por si mismo, todo ello realizado con coherencia, frialdad y rectitud, un acierto que te permite seguir su visión e involucrarse emocionalmente pero no llegar al desespero ni rechazo de imágenes demasiado feroces o con una carga expositiva demasiado pesada y dura de soportar.
No es "American History X" pero vale como pariente cercana, es un buen ejemplo de la guerra psicológica, la martirizante lucha interior que sufre quien ya no se gusta y decide voltear, variar de rumbo y no seguir sintiéndose "...una mierda", que descubre amargamente quienes son sus verdaderos hermanos y su única válida familia.
Relato molesto e incómodo que abarca el tema con decisión, coraje y valentía, que atrapa tu atención y mueve tu sensibilidad, conmociona tu corazón y altera tu conciencia, una precipitada adrenalina de tensión constante que explosiona ante un caos andante de aceleración incontrolada que evoluciona de menos a más en busca de una paz de alto precio pero generosidad eterna.
¡Aprecia y degusta el valor, coste y empuje de ese ferviente corazón de león que resiste!



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