martes, 18 de noviembre de 2014

Voy a ser mamá

La cachemira, en cuanto a diseño, es un dibujo estampado con forma de gota curvada o riñón, su nominación procede de una región de la India de la cual procede su nombre donde se fabricaban este tipo de chals con lana de cabra muy escasa y extraña en el mundo y una de las más valoradas, suave al tacto, sedosa, ligera y de buen aislamiento térmica que suele asociarse con el verano del amor del 67, la cultura psicodélica y con la espiritualidad que los Beatles trajeron a occidente tras su viaje por estas regiones; el propio John Lennon era propietario de un Rolls Royce pintado con el diseño de cachemira.
¿Por qué toda esta introducción? Porque esperaba encontrar a través del título una posible pista que fuera clave para el galimatías bobo, vacío, estúpido y absurdo que encierra esta supuesta comedia francesa de incógnita aún-no-la-encuentro donde dos destartalados adultos de alto standing, ocupados en sus propios asuntos, con vidas independientes que comparten espacio y domicilio como quien se reune para hacer la colada deciden adoptar un niño al igual que se adopta un perro, con dinero por delante, entusiasmo triste y enorme ostentación de mal gusto por algunas insinuaciones patéticas y ofensivas o por una supuesta gracia resultona que sigue sin aparecer por mucho que la analices o la valores desde el lado más amable, indulgente y permisivo que se pueda considerar.
La directora ocurrente de tal disparate, Valérie Lemercier, de estrella protagonista como mujer de negocios-ansiada mamá, Gilles Lellouche de lamentable marido pelele por momentos-payaso por otros, escenas atropelladas de sentencias efímeras una tras otra y, un niño, supuesto ruso, cuyas instrucciones de rodaje fueron: tú, siempre cabreado ¿vale?, escena trágica hacia los tres cuartos, melodrama sincero a partir de entonces y reconciliación matrimonial con niño -y futura niña- incluidos, eso sí, ahora con una tierna y dulce sonrisa, todo ello después de soportar un montón de desfachateces y burradas en tiempo récord.
Dudo mucho que consiga causarte risa, humor, diversión o cualquier síntoma que se le parezca, incluso vacilo sobre su utilidad como posible entretenimiento ligero y superficial, necedad cómica-burla tonta son adjetivos bastante verosímiles a lo ofrecido, oferta que intenta vender a través del chiste, la charlotada y la broma temas de fondo serio.
Todo un cachemire de imitación y pega, falso en el porte, torpe en su andadura y banal en su despliegue de tonterías.
De la traducción del título original a "Voy a ser mamá", me ahorro el comentario porque éste ya sería un asunto serio que analizar.
Aprovecha, durante su visión, para hacer planes para después; adelantarás tiempo y pasará más rápido el actual 



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