sábado, 11 de octubre de 2014

Así nos va

Así es la vida y ¡así nos va!, diría más de un actor generacional que por edad, falta de ideas e ingenio original de los responsables correspondientes Hollywood y la industria cinematográfica los ha relegado al cajón del olvido con la única opción de realizar papeles de calidad discutible y contenido aún más debatido.
Para esta comedia de abuelos jubilados tenemos a un Michael Douglas que aún domina el arte de la interpretación con cierta habilidad y gusto y que tiene la posibilidad de explayarse con alguna frase de cierta mordacidad e ironía y breve gracia por momentos alternos y una Diane Keaton respetada dentro de su profesión pero que ya hace tiempo que se limita a un tipo de papel vergonzante, cutre y ostensiblemente nimio, tanto por consistencia como por actuación, para lo que ha sido su carrera.
Al cóctel del huraño vecino de hijo olvidado y sufrimiento padecido y vecina artista de lloro patético continuo y frases aún más pobres y exiguas le añadimos una nieta inesperada para endulzar y conmover y más vecinos de relleno encargados de las escenas caóticas o de los enredos que producen supuesta diversión, agitamos y obtenemos una bebida poco refrescante, de gusto apenas trabajado y sabor muy, muy conocido y memorizado dada las veces que ha sido ofertado en pantalla.
Es verdad que el dúo protagonista de nombre señorial funciona estupendamente en pantalla, que tarda en coger ritmo pero consigue un ambiente simpático y cariñoso, de encanto, agradable ternura y emoción amable conforme rueda, que es muy previsible y fácil de intuir, que sus diálogos son flojos y débiles pues su guionista pensó que no valía la pena dedicarle más tiempo, que las escenas son reposiciones calcadas de manual de cómo-hacer-una-película-sin-pensar-mucho-y-sin-esfuerzo-agotador, que la dirección es ideal para novato que quiera adquirir experiencia -a pesar del nombre que se esconde detrás de ella, un Rob Reiner que nadie niega su pasado dirigido ni su arte mostrado-, que es cine familiar y que no aspira más que a desfilar por los cines entreteniendo a abuelos que vayan con sus nietos o a todo el conjunto si acuden también los padres.
Se puede ver para pasar el rato, crea un ambiente hogareño dulce, sensible que no llega a ser empalagoso como para vomitar y es una película de pocas aspiraciones que cumple con ese escaso nivel demandado pero, no deja de ser triste y penoso, incluso humillante, ver a ciertos actores de pasado glorioso realizar algunos papeles por la falta de imaginación e inventiva sobre dónde colocar a los actores de cierta edad o...,¿ese es el destino irremediable a seguir según cumples años no importa el talento con el que se cuente?; puede que así sea porque muchos de ellos están optando por las series o el teatro que si ofrece mayor diversidad, calidad y papeles más interesante, ¡así nos va!




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