sábado, 9 de mayo de 2015

El gurú de las bodas

"La verdad siempre es lo mejor", y la verdad sobre esta película es que no cumple su misión, simplemente falla como desmadre jocoso de comedia que se desplaza por el despropósito, el descaro y la desfachatez, donde la lotería de esta tarjeta conocida, otras tantas veces vista, no funciona pues repetir lo conocido, lo ya referido sin pizca de originalidad ni mejora en el resultado es hacer el trabajo ¡pa'na!, y todos sabemos, gracias al genial José Mota, ¡que ir pa'na es tontería!
Miras las escenas y sabes que están preparadas para que te rías pero ¿significa ello que lo consigan?, porque esta pandilla de amigos alquilados tienen un miembro para cada clisé estipulado, a la espera de su lucimiento para explayarse en la bobada de turno, cada uno en su correspondiente banal papel para confeccionar la estrafalaria amistad que hará brotar la diversión y tu sonrisa grata e inesperada pero, sin embargo, estás mirando y mirando, esperando y pasando los minutos y, reconoces elementos de otras historias de más éxito, de relatos más intensos en su genialidad y fantasía creativa para el montaje de la tan ansiosa fiesta brutal que debe abarcar todo su visionado pero ¡que la tan mencionada verdad prevalezca!, ni un tímido escarceo de entretenimiento válido ni pasatiempo honorable que recordar.
Sucesión de momentos precocinados, fingidos y diseñados con disfraz poco motivante que apenas dan para cachondeo gustoso o jarana sabrosa, que se digieren en escenas sin salsa ni jugo mordaz, que ni siquiera merecen la mención de la referencia que todos tenemos en mente pues ni se acerca al carisma de un resacón ni a la locura de las Vegas, ¡y no digo, ya, la creación de Bic! que bebe, descaradamente, de un Hitch al que no llega por muchas ganas que le ponga su intérprete.
Despedida de soltero de un perdedor sin amigos cuyo montaje teatral es delineado con sumo cuidado para provocar gracia, siguiendo los pasos esperados y la estela adivinada sin mayor problema y, puede que ahí resida su falta de humor y picardía, en una forzada actuación donde se representan los cliché conocidos pero que, combinados -y tampoco en solitario-, no causan la chispa e ingenio que se les suponía, sólo estupor por pretender, Jeremy Garelick -guionista y director-, conseguir tu respeto y consideración con esta pretendida distracción sin efecto ni devoción y, aparte, creerse sus posibilidades de aprobado.
Alquiler de padrino-la traducción española es tema aparte- con entrada muy hollywoodiense, mucho colorido de fiesta venidera, llamativa banda sonora y mantel de alto standing, a partir de ahí cesa el ruido, se interrumpe el show y queda un argumento básico, de guión apenas avispado que vive de situaciones prototipo, llenas de sentencias ahorcadas, que se anulan mutuamente por ostentar alcanzar, un grado de calidad cómica, que no se posee ni puede lograr con tan escaso espectáculo, inmadurez creativa que vive de parientes lejanos, recordados con nostalgia próxima, que anulan cualquier posibilidad de triunfo en la presente comedia ¡si es que alguna vez la hubo!, pues se confunde tontería insípida con inteligente mascarada y, aunque es verdad que han habido grandes aciertos, de hilarante contenido, en este terreno de la fantochada filmográfica ésta, aún en su propósito y ganas, se queda muy lejos, simplemente las ve pasar, las rememora, intenta imitarlas y lo estropea en un esfuerzo gratuito que no llega lejos.
"..., una amistad no se mide por cómo te sientes sobre alguien más, lo importante es cómo te hace sentir sobre ti mismo" y sí, buena camaradería interpretativa entre Kevin Hart y Josh Gad pero insuficiente para lograr lo primordial, hacer reír al público que mira, observa y ni amago de esa alegría deseada, de ese efecto efervescente en tu rostro que desprende y anula, de un golpe, todas tus penas y, teniendo en cuenta que la eliges para reírte, desternillarte, troncharte etc, etc, etc y no lo consigue ¿qué hacemos?, ¿disculparla por el intento sin beneficio? No, condenarla por sustituible, prescindible y vaporosa, suspenderla en su exámen final ya que su verborrea fresca, de rodaje ágil y bromas prefabricadas, resulta estéril e insustancial.
Lo mejor, con diferencia, la referencia final del perdido Jorge García "I have a bad feeling about that fly" de tan ilustre serie, por siempre recordada/por pocos entendida que, perfectamente, puede valer para la película entera lo cual dice muy poco del cuadro presente ¿no?  



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